Contrapunto es el blog de opinión de eldiario.es/navarra. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de la sociedad navarra. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continua transformación.
Retos para la izquierda
La izquierda se mueve, el escenario de la izquierda social y política a nivel estatal está en proceso de cambio y actualización, cada día que pasa es más amplia y heterogénea, se le mira más, se le percibe como una alternativa real y factible a los que llevan demasiado tiempo tomando las decisiones. Durante los últimos años se han producido importantes cambios sociales y económicos, que poco a poco se van trasladando al ámbito político. Se desmorona el sistema que hace décadas se impuso a partir de los pactos constitucionales. La crisis económica hace que la gente se pregunte quiénes son los responsables de su situación. El futuro se llena de incertidumbre. Los jóvenes se ven formados pero sin expectativas laborales. Se duda del Estado y su administración como garante de servicios esenciales. La forma de relacionarse y comunicarse de la sociedad tiene nuevos códigos, nuevas herramientas, cada día cambiantes. La precariedad laboral y el paro son una lacra que nos golpea con toda su magnitud.
Ante todo ello, la izquierda tiene importantes retos que abordar. Entre otros, los siguientes:
-Empoderar a la sociedad. Desde hace mucho tiempo la izquierda ha reclamado la necesidad de que los trabajadores, parados, estudiantes, etc. tomaran conciencia de su situación, fueran conscientes de las limitaciones que se les imponen desde el actual sistema y sus dirigentes y actuaran en consecuencia, trabajando por su emancipación y su empoderamiento. Trabajar para que el 90% de los ciudadanos sean conscientes que las decisiones las toman un 1% y las extienden y las aplauden el otro 9% que está al servicio de ese 1%. Que esas decisiones no se toman por sentido común o por interés general, sino que se toman en primer lugar para defender sus intereses como clase predominante. En estos últimos años hemos tenido muchos ejemplos de ello, como han sido la trasferencia de capital público a la banca sin contraprestaciones, la deuda ilegítima, la privatización de servicios públicos, la destrucción de derechos,la falta de transparencia de las administraciones y especialmente los casos de corrupción que están saliendo a la luz y que poco a poco está condenando el Poder Judicial. Una vez que se toma conciencia, actuar en todos los frentes posibles, en las calles, en la opinión, en las instituciones, con el voto, etc. Si tenemos una sociedad informada y formada será más fácil que este 90% tome conciencia y actúe para tomar el poder, o por lo menos no se lo ponga fácil al 1%.
-Comunicar para convencer. Un porcentaje muy alto de las llamadas “nuevas reivindicaciones sociales” desde la izquierda llevamos años planteándolas y defendiéndolas. Alguien se acuerda de cuando desde IU nos opusimos al Tratado de Maastricht, avisando de que suponía poner al capital por delante de los ciudadanos y ciudadanas de Europa, o que los programas electorales de años pasados de IU han recogido muchas de las actuales aspiraciones y reclamaciones de los movimientos sociales y otras organizaciones políticas. Como a Casandra, a IU una parte importante de la sociedad en los años anteriores a la crisis no le creía lo que decía. Por ello, por la necesidad de llegar al mayor número de gente, por adaptarnos a los tiempos que corren, es necesario que el mensaje que estamos trasladando desde la izquierda llegue a la gente de forma adecuada, sea comprensible y despierte interés por lo que decimos.
-Organizarse para atender mejor lo que nos reclama la sociedad y serle útil. Todo colectivo necesita herramientas y espacios para organizarse y extenderse, en política también. Es necesario compaginar las nuevas herramientas digitales con el contacto personal, trabajar al unísono. Conseguir que los canales de comunicación sean efectivos y con ello, todas las personas vinculadas reciban la información de forma adecuada y la toma de decisiones sean lo más participadas posibles. Trabajar para darle a la organización horizontalidad sin perder agilidad en la toma de decisiones, además de involucrar al mayor número de personas en la ejecución y extensión de las propuestas que tenemos para la sociedad. Las organizaciones de izquierdas deben ser también trasparentes, coherentes y permeables, la sociedad les tiene que ver en el día a día de sus problemas, reivindicaciones e ilusiones, codo con codo, por una sociedad mejor.
-Coordinar y sumar a todos los colectivos y personas que quieren cambiar esta sociedad, los que llevan años peleando y todos aquellos que en los últimos tiempos han visto necesario tomar partido por la izquierda, salir a la calle, reclamar sus derechos. Conseguir que todos se vean a gusto en el barco y con ello podamos remar más fuerte. Sumar lo viejo y lo nuevo, que los que llevan años reclamando los valores de la izquierda aprendan de los jóvenes y viceversa, que las mochilas de unos se aligeren y otras se llenen de propuestas e ideas, sin exclusiones. Sumar personas para llegar más lejos.
-Generar ilusión, darle a la sociedad esperanza en un mañana más justo, democrático e igualitario. En los últimos tiempos, un dato que se ha repetido en las encuestas es el pesimismo de la gente en el futuro, en que aprecian que su situación va a empeorar. Desde la izquierda tenemos que decirles que con nuestras propuestas el futuro puede ser mejor y que, a pesar del 'establishment' y sus manipulaciones, son factibles y reales. Que conseguimos realidades, que sus recortes se pueden revertir, que no todo se mide por lo económico, que es posible una democracia más real, que la política se puede imponer al capital si se quiere, que los problemas tienen soluciones en la política. Darle alegría a esta revolución para poder bailar.
-Aunar la pluralidad y las diferentes identidades que conviven en la izquierda. Poner en primer lugar lo que nos une, hacer propuestas en positivo, debatir con transparencia las diferencias, ser flexibles en la negociación y los debates. Si se tienen en cuenta estos criterios será más fácil sumar y llegar a acuerdos, estos nos los están reclamando la gente en la calle y en los próximos meses tenemos que intentar que la izquierda trabaje de forma unitaria y coordinada para ser más.
-Compaginar las instituciones y las calles, ser conscientes que ambas son necesarias para cambiar las cosas. Trabajar para que un ámbito se refleje en el otro, que las instituciones recojan y solucionen lo que se reclama en la calle y que la calle tenga completa libertad para expresarse, reivindicar, decidir, vivir y convivir. Tenemos que tener claro que son necesarias las instituciones para cambiar las cosas y hay que ganarlas, y que estas siempre tienen que respetar lo que dice la calle.
La RAE define al reto como aquel objetivo o empeño difícil de llevar a cabo, y que constituye por ello un estímulo y un desafío para quien lo afronta. Sí, se trata de un gran desafío, que mano a mano, codo a codo, podemos trabajar por alcanzar. El camino está lleno de obstáculos, que nos han impuesto quienes no quieren que nada cambie, pero son obstáculos salvables, y que debemos ir retirando para conseguir esa sociedad más justa, más libre y más igualitaria.
La izquierda se mueve, el escenario de la izquierda social y política a nivel estatal está en proceso de cambio y actualización, cada día que pasa es más amplia y heterogénea, se le mira más, se le percibe como una alternativa real y factible a los que llevan demasiado tiempo tomando las decisiones. Durante los últimos años se han producido importantes cambios sociales y económicos, que poco a poco se van trasladando al ámbito político. Se desmorona el sistema que hace décadas se impuso a partir de los pactos constitucionales. La crisis económica hace que la gente se pregunte quiénes son los responsables de su situación. El futuro se llena de incertidumbre. Los jóvenes se ven formados pero sin expectativas laborales. Se duda del Estado y su administración como garante de servicios esenciales. La forma de relacionarse y comunicarse de la sociedad tiene nuevos códigos, nuevas herramientas, cada día cambiantes. La precariedad laboral y el paro son una lacra que nos golpea con toda su magnitud.
Ante todo ello, la izquierda tiene importantes retos que abordar. Entre otros, los siguientes: