Lo de que el maltrato y la violencia sexual se debían a mentalidades propias del pasado que van siendo superadas con el relevo generacional es un cliché sin base estadística. Antes al contrario, la consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales del Gobierno de Navarra, Ana Ollo, ha reconocido el aumento “significativo” de las denuncias de violencia sexual por parte de mujeres jóvenes y ha precisado que el pasado año cuatro de cada cinco denuncias en la Comunidad foral fueron presentadas por chicas menores de 30 años.
Ollo, en una comisión parlamentaria a petición del PPN, ha detallado que esas denuncias suponen alrededor del 40% del total que se interponen en dependencias policiales en Navarra. El pasado año fueron 518 las mujeres menores de 30 años víctimas de violencia sexual y en la última década la media es de 464 denuncias al año.
“Nos preocupa enormemente el repunte de los casos de violencia sexista que estamos viviendo en la actualidad, especialmente entre los adolescentes, y del que nuestra comunidad no es ajena. Que seis de cada 10 chicas sufran este tipo de violencia en Navarra, en el 70% de los casos por parte de sus novios, y que, además, la mayor parte de las víctimas no sea consciente de ello es muy grave”, ha manifestado a este periódico la presidenta del PPN, Ana Beltrán, citando un estudio de la Fundación Anar.
Beltrán ha recordado que según ese informe, las chicas empiezan justificando “comportamientos inaceptables” y solo se dan cuenta de que son víctimas cuando ya es tarde y se ha llegado a la violencia física y sexual. “Además, nos encontramos con que las redes sociales hacen más fácil el control de la pareja, potenciando la indefensión de las víctimas, y hasta el 72% no denuncia”, ha remarcado Beltrán.
En sede parlamentaria, la consejera ha reconocido el “significativo” aumento de las víctimas jóvenes, y ha detallado que de las 138 denuncias registradas el pasado año, 113 correspondieron a mujeres menores de 30 años. Asimismo, ha detallado que durante el pasado año las mujeres jóvenes representaron en torno al 23% de las mujeres atendidas en los recursos de atención a mujeres víctimas de violencia sexista, centro de acogida y equipos de atención integral.
Preocupación por el machismo juvenil
En su intervención, Ollo ha afirmado que el Gobierno comparte la “preocupación” ante los casos de violencia sexista y ha remarcado que “ni un solo caso será admisible”. Ha afirmado que el número de denuncias no es más que “la punta del iceberg” y ha remarcado que los datos constatan “la existencia de discriminaciones muy importantes y comportamientos machistas y sexistas en la juventud”.
“La violencia de esta sociedad patriarcal sigue existiendo y en la juventud con un mayor número de violencias y visibilización de estos casos”, ha expuesto la consejera, quien ha transmitido el “compromiso” del Gobierno foral en “luchar e intentar atajar por todos los medios y políticas posibles esta violencia”.
Ollo ha incidido en que “no es solo un caso de una violencia aislada, sino que está instalada en la propia sociedad”. Y ha defendido que para prevenirla “hay que trabajar desde la educación, las políticas sociales, la cultura y la juventud, en todos los ámbitos de las políticas públicas”.
La consejera ha dado cuenta de distintas medidas e iniciativas puestas en marcha por el Gobierno foral de manera “transversal”, y también ha subrayado “la importancia de trabajar conjuntamente todas las instituciones, también con el movimiento asociativo y la ciudadanía” y ha apostado por “trabajar en la sensibilización, prevención, formación, en el apoyo y acompañamiento de las víctimas y en los recursos de acogida”.
El PPN ha tendido la mano al Gobierno para trabajar “conjuntamente” tanto en la propia comisión por boca de Javier García, como en las declaraciones posteriores de la presidenta, Ana Beltrán: “Desde el PPN consideramos que es necesario intensificar la formación en los centros educativos, más allá de conferencias o charlas puntuales, para abordar este tema de forma transversal, de modo que los adolescentes cuenten con las herramientas necesarias para evitar llegar a situaciones de riesgo”.
“Asimismo, es necesario que desde la Administración se potencien acciones concretas, dirigidas especialmente a los jóvenes, para concienciar de que actitudes como el control de la ropa y el móvil, el aislamiento de la pareja respecto a sus seres queridos y aficiones, el chantaje o la intimidación, constituyen signos de violencia sexista y en ningún caso tienen que ver con una relación afectiva sana”, ha expresado Beltrán.