La Corporación Municipal de Etxarri-Aranatz, que representa a poco menos de 2.500 habitantes, la componen 9 concejales de EH Bildu y 2 del PP. Un dato que muestra un pueblo donde la convivencia, aun sin ETA, resulta difícil. Por ese 15% de voto, que hoy se ha escondido en sus casas ante el acoso de los radicales, el PP ha programado esta tarde un mitin con uno de sus pesos pesados de la retórica: Cayetana Álvarez de Toledo. La diputada por Barcelona se ha empleado a fondo tanto para justificar su presencia –“la plaza pública es de todos”, ha recordado- como para afear la conducta de unas decenas de radicales, algunos encapuchados, que han protestado por el mitin: “¡Xenófobos, tribalistas, antidemócratas!”, les ha espetado, para a continuación dedicar su discurso a la “infinita superioridad moral de la España constitucional”, a loar a la Guardia Civil por detener a Josu Ternera y a citar a “Su Majestad el Rey” diciendo a los demócratas que “no estáis solos en ningún pueblo de España”.
Como ya le pasó a Albert Rivera en Alsasua, que está a solo 10 kilómetros de distancia, Cayetana se ha encontrado con una plaza llena de estiércol pestilente, banderas independentistas catalanas y navarras, ikurriñas, pancartas por los presos de ETA y hasta una enseña de Cuba. Un grupito de encapuchados controlados por la Guardia Civil -que ha tomado el pueblo- ponían música a todo volumen y sostenían una pancarta que rezaba Faxismoa egurre! (leña al fascismo) junto a una caca dibujada con los nombres de PSOE, PP, Ciudadanos y Vox.
El corredor de la Sakana, que conecta la Cuenca de Pamplona con la Llanada alavesa, es una sucesión de pueblecitos feudos del EH Bildu más radical, diferente del más acostumbrado a pactar en las instituciones.
Desde que ha llegado pasadas las 17.05 horas hasta que se ha ido unos 45 minutos después, los concentrados alrededor de la plaza no han dejado de gritar: Alde hemendik, utzi pakean (fuera de aquí, dejadnos en paz), Zuek faszistak zarete terroristak (vosotros fascistas sois los terroristas) e insultos varios.
La comitiva del PP era escasa: la propia Cayetana; la presidenta del partido en Navarra, Ana Beltrán, el presidente del PP de Catalunya, Alejandro Fernández; y unos pocos cargos locales, entre ellos el cabeza de lista de la coalición Navarra Suma (UPN, PP y Ciudadanos) en Etxarri-Aranatz, Manuel Leal.
Con la megafonía a todo volumen para tratar de contrarrestar el bullicio de las protestas, Cayetana ha argumentado “la infinita superioridad moral de la España constitucional sobre sus enemigos, sobre quienes gritan, quienes han asesinado y quienes agreden”. Ha comparado la situación de Catalunya con la de Etxarri-Aranatz, y ha asegurado a los constitucionalistas que el PP “nunca” les abandonará ni les dejará solos “en ningún pueblo de España”.
“La democracia es hablar, debatir y dialogar, no gritar mientras otros hablamos y debatimos; hacéroslo mirar, reflexionad profundamente sobre lo que sois y lo que defendéis para vuestro pueblo: totalitarismo, ruptura, decadencia y división”, les ha dicho mirándoles mientras le insultaban.
El asesino de Jesús Ulayar, hijo predilecto
Este año se cumple el 40 aniversario del asesinato del alcalde del municipio Jesús Ulayar. Su asesino es hijo predilecto del pueblo, y la familia sufre el acoso de los radicales desde entonces. Este año, sin ir más lejos, destrozaron unas flores depositadas en el lugar donde le dispararon, junto a su casa familiar. La presidenta del PP de Navarra, Ana Beltrán, ha tildado de “vergüenza” el “intento de blanqueo” de la historia de ETA.
Tras el acto, los radicales no han dejado de hostigar a la comitiva popular hasta que sus coches escoltados les han recogido exactamente en el mismo punto donde les dejaron. Mitin terminado, objetivo cumplido. Los mensajes de apoyo comenzaban a llegar, el propio Pablo Casado lo ha denunciado en su cuenta de Twitter. Pero una vez que se marchan las estrellas políticas y la prensa, queda Manuel Leal, el cabeza de lista en Etxarri-Aranatz, que deberá desenvolverse en un clima tan tensionado que parece irreconciliable. “Lo primero que hay que conseguir es un ámbito de libertad y de igualdad para todo el mundo, cosa que en este momento no se da”, ha dicho. Cuando los últimos se marchaban, la Guardia Civil ha tenido que proteger a los militantes menos conocidos del PP, que acudían en sus vehículos particulares. “Ahora ya sabemos cuál es tu coche, para cuando vuelvas”, les ha gritado un encapuchado.