La Sociedad de Ciencias Aranzadi comenzó ayer las labores de excavación en una finca de Monreal (Navarra) para tratar de encontrar los restos de siete vecinos de Yesa fusilados y enterrados en el lugar en agosto de 1936. El objetivo era localizarlos antes del fin de semana para poder llevar a cabo su exhumación antes de que llegaran las lluvias anunciadas, que dificultarían la extracción de los restos.
Pero la labor de prospección ha resultado fallida. Tras dos días buscando de forma minuciosa los restos en la zona indicada por varios vecinos y familiares de las víctimas, Aranzadi ha dado por finalizadas las labores de búsqueda en la parcela indicada. Esta es la segunda ocasión en la que se explora el terreno, después de que en la primavera de 1979 familiares de los siete asesinados intentaran una primera intervención sin éxito para recuperar sus restos.
Se trata de los restos del concejal Mariano García Ilazorza, Marcos Gurrea González, guardia civil retirado, Miguel Iriarte Gallués y su hijo, Francisco Iriarte Murillo, Marcos Úbeda, obrero, Tomás Zabalza Pérez, padre de cinco hijos, y Juan Zarranz Labari, juez del pueblo, que fueron detenidos el 6 de agosto del 36 y llevados en una redada al cuartel. A las dos la mañana los llevaron a Monreal a una finca próxima a la Tejería, la mayor fosa de Navarra, donde fueron enterrados un centenar de fusilados.
A estos vecinos de Yesa y a otras muchas víctimas del golpe militar de 1936 se las seguirá buscando gracias a las nuevas 20 intervenciones que el Instituto Navarro de la Memoria, del Departamento de Relaciones Ciudadanas, que ha anunciado que acometerá en diferentes lugares de la geografía navarra a lo largo de este año, con el objetivo de seguir localizando fosas.
En el Plan de Exhumaciones del 2020 que ha preparado el organismo adscrito a la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, se incluía precisamente esta prospección en la localidad de Monreal en la búsqueda de la fosa en la que se encuentran 7 vecinos, que ha fracasado. Además, según el Plan, a lo largo del año se continuarán los trabajos arqueológicos en una serie de fosas relacionadas con traslados de población civil -normalmente desde los centros de detención de Pamplona-, con la fuga del fuerte de San Cristóbal en el monte Ezkaba en localidades como Garrués, Eusa o Etsain, entre otras, y con la represión de guerrilleros antifranquistas en el contexto de la lucha del maquis con intervenciones en Castillonuevo, Goldaratz o Vidángoz.
Se trata, explican desde el departamento de Relaciones Ciudadanas del Gobierno de Navarra, de las actuaciones más complicadas desde que se inició el plan de exhumaciones en 2015, ya que se han dejado para el final aquellas fosas de las que más dudas de su ubicación se tienen. Por ello, cuentan fuentes del departamento a este periódico, se prevé que puedan haber otros casos como el de Monreal, de prospecciones fallidas a lo largo de este año.
109 cuerpos exhumados desde 2015
Desde que en 2015 el Gobierno de Navarra comenzó a liderar el proceso de exhumaciones en Navarra con la Sociedad de Ciencias Aranzadi y en colaboración con las diferentes asociaciones de familiares, se han exhumado los cuerpos de 109 víctimas de la represión franquista. En total, la dirección general ha intervenido en 57 lugares, localizando 23 fosas y no obteniendo resultados en 34.
De las 109 víctimas recuperadas ha sido posible identificar 23 cuerpos, lo que ha posibilitado que hayan sido devueltos a sus familiares. Durante este tiempo además se han abierto 221 expedientes. Los trabajos de identificación son complejos, indican desde el Instituto Navarro de Memoria y a veces inviables por la degradación de los restos óseos o por la falta de donantes idóneos, pero son la vía que permite concluir los procesos de reparación con la entrega de los cuerpos a sus familias.