En un escenario en el que Geroa Bai trata de negociar el nuevo Gobierno de María Chivite, la coalición se ha desplomado en la cita electoral de este 23 de julio. Que ninguno de los cinco diputados de los 350 del Congreso ni de los cuatro senadores de los 208 totales que elige Navarra sea de Geroa Bai (PNV, Socialverdes e independientes) no es algo novedoso, puesto que no logra representación en la Cámara Baja desde 2011. Sin embargo, sí que es llamativo que la coalición liderada por Uxue Barkos haya quedado este 23J en séptima posición, incluso por debajo de Vox tras obtener 9.231 votos, es decir, un 2,90% del total frente a los 12.709 que consiguió en las elecciones de 2019.
La cabeza de lista de Geroa Bai al Congreso de los Diputados, María Solana, ha justificado estos datos argumentando que la ciudadanía “ha dejado a las claras que hoy se ha votado para defender España y no para defender Navarra”. En su intervención en la sede del partido tras conocerse ya porcentajes altos de escrutinio, Solana ha felicitado “a quienes van a obtener representación al Congreso por Navarra, que esperamos que defiendan los interesés de Navarra”. “Consideramos que no es la prioridad de ninguna de las opciones que han salido, pero les exigiremos y les recordaremos que son diputados por Navarra y que se deben a quienes les han votado aquí”, ha apuntado.
“Era una pugna en clave bipartidista, nos hemos encontrado ante lo que sabíamos que iba a suceder, en clave de una polarización extrema y es un riesgo para Navarra y para coaliciones como Geroa Bai que tienen otras claves políticas”, ha defendido Solana, para después añadir que su mensaje “no caduca esta noche electoral y lo defenderemos desde aquí, con solvencia y garantías”. El resultado, según ha destacado, les “anima a seguir trabajando y a seguir adelante”.
En paralelo a estas elecciones, a día de hoy aún se mantienen las negociaciones para la conformación del Gobierno de Navarra en las que la figura de Geroa Bai, que la pasada legislatura fue el principal socio del Gobierno de la socialista María Chivite, ha destacado por sus intenciones de querer mantener el peso que tenían hasta ahora. Peso que podría quedar en entredicho debido al desplome electoral que ha sufrido la coalición.
Durante las negociaciones entre el PSN de Chivite y el Geroa Bai de Barkos, que según aseguró a este periódico la propia María Solana se han retomado tras el parón de San Fermines, pero “todavía queda mucho camino por recorrer”, exigieron una reunión bilateral que dejara fuera a Contigo/Zurekin (Podemos, Izquierda Unida, Batzarre, Equo y Alianza Verde), con el objetivo de saber “clarificar cuál es la visión y el plan del Partido Socialista”, además de seis puestos incluso antes de sentarse a negociar entre los tres socios.
En concreto, reivindican a los socialistas que además de la presidencia del Parlamento foral, que seguirá en manos del presidente del PNV navarro, Unai Hualde, que se les dé una vicepresidencia y cuatro consejerías en el nuevo Ejecutivo, así como el senador de designación autonómica. En 2019 PSN y Geroa Bai pactaron esas mismas condiciones y la coalición de PNV y Socialverdes obtuvo la presidencia del Legislativo, también con Unai Hualde; la vicepresidencia segunda, que recayó en manos de José María Aierdi; cuatro consejerías (Desarrollo Económico y Empresarial, Ordenación del Territorio, Vivienda, Paisaje y Proyectos Estratégicos, Relaciones Ciudadanas y Desarrollo Rural y Medio Ambiente); y el senador autonómico, que fue Koldo Martínez.
No obstante, si el PSN entendía que tras los resultados del 28M se encontraba en una posición de mayor fortaleza que la de sus socios, ahora tras ganar las elecciones generales del 23J con la pérdida de fuerza de Geroa Bai en el territorio, la situación se complica aún más para la coalición de Barkos.