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María Chivite y Uxue Barkos cierran el preacuerdo para un Gobierno de Navarra presidido por los socialistas

La incorporación de la candidata a presidenta de Navarra, María Chivite, y de la presidenta en funciones, Uxue Barkos, a la reunión que pulía los últimos detalles del preacuerdo de gobierno entre los socialistas, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra hacía prever algo finalmente confirmado por las cuatro fuerzas en una comparecencia conjunta en el Parlamento: luz verde al preacuerdo que tratará de sacar adelante el buscado gobierno de progreso en Navarra. Los 23 parlamentarios de las cuatro fuerzas dependen, no obstante, de la abstención de EH Bildu en la investidura.

La propia María Chivite ha agradecido “la disposición del resto de formaciones políticas por su voluntad de diálogo y de llegar a acuerdos”. La socialista ha calificado el programa cerrado por los cuatro partidos de “ambicioso, centrado en las personas, progresista, con avances sociales, en el que se afrontan los retos económicos que tiene nuestra comunidad”. Algo en lo que han coincidido tanto Uxue Barkos (Geroa Bai), que ha resaltado el valor de la negociación “entre diferentes”, como Eduardo Santos (Podemos) y Marisa de Simón (Izquierda-Ezkerra).

La presidenta en funciones ha agradecido también al PSN su trabajo a la hora de buscar “un acuerdo ambicioso, de marcado carácter progresista, plural”, que a su juicio supone una continuación de las políticas que ella misma ha presidido durante los últimos cuatro años. Barkos ha negado también que el papel de Geroa Bai sea ahora intermediar entre los socialistas y EH Bildu para asegurar la necesaria abstención de la izquierda abertzale en el debate de investidura: “No seremos correa de transmisión de nadie. Corresponde al PSN buscar los apoyos”, ha afirmado.

El secretario general de Podemos en Navarra, Eduardo Santos, ha recalcado el valor del “programa de legislatura” hoy pactado. La parlamentaria de Izquierda-Ezkerra, Marisa de Simón, se ha mostrado también satisfecha por haber podido cumplir su promesa de articular un gobierno “alternativo a la derecha”, un “acuerdo de mínimos” que se basa “en lo social, la convivencia y el respeto a la diversidad”.

Aunque los socios han superado sus diferencias a lo largo de una semana de negociaciones en siete mesas temáticas separadas, el preacuerdo no pasará a ser acuerdo hasta que lo ratifiquen las direcciones de cada formación política. Para después de los Sanfermines quedan flecos como la fórmula definitiva de Gobierno, que podría reservar algunas consejerías a Geroa Bai.

Con todo, las cuatro fuerzas suman 23 parlamentarios, por lo que necesitarán la abstención de los 7 de EH Bildu para investir a María Chivite presidenta, algo que podría ocurrir a finales de julio.

Para entonces, los militantes de base del PSN deberán haber ratificado el preacuerdo alcanzado, trámite que no debería suponer un escollo para los planes de la socialista. El peso de los 7 diputados del PNV en Madrid y la labor del navarro Santos Cerdán en la Ejecutiva Federal del PSOE para explicar la idoneidad de la apuesta han resultado claves para superar las dificultades y los ofrecimientos de Navarra Suma para tratar de frustrar el acuerdo.

La socialista ha confirmado que no tiene ninguna intención de variar su postura de veto ante EH Bildu. Ni hablará ni negociará con la izquierda abertzale, y descarga sobre ellos la responsabilidad de la decisión que tomen: o bien abstenerse y posibilitar el gobierno progresista en la Comunidad foral o bien votar en contra y provocar así una repetición electoral en otoño. “Cada partido tendrá que explicar su postura”, ha sentenciado.