El Gobierno foral remitirá este miércoles al Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) la solicitud para implantar el pasaporte COVID como requisito para acceder a determinados eventos y establecimientos, y después de que su homólogo en Euskadi haya tumbado este lunes la misma medida. La iniciativa ha sido planteada en la últimos días a los diferentes sectores que se verían afectados en medio de una escalada de contagios, que deja este inicio de semana la Incidencia Acumulada (IA) del virus más alta de España, con 373 casos por cada 100.000 habitantes a los 14 días y 238 a los 7. Según indicó la titular de Salud, Santos Induráin, el objetivo perseguido con este certificado es “seguir incrementando los niveles tan altos de vacunación”, que alcanzan actualmente el 90% de la población vacunable con pauta completa en la comunidad foral, así como “controlar la expansión y el impacto asistencial del virus”.
La solicitud redactada por los servicios jurídicos del Gobierno de Navarra, previa consulta al ámbito judicial, debe ser analizada en primer lugar por la Fiscalía, que emitirá su propio informe. Posteriormente, será la Sala de lo Contencioso la que delibere y resuelva a lo largo de esta semana dando o no la autorización al Ejecutivo foral. Además del varapalo judicial al Gobierno de Urkullu, este lunes y respecto a esta misma petición el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) ha solicitado al Ejecutivo de esta comunidad autónoma y a la Fiscalía que presenten alegaciones ante una posible cuestión de inconstitucionalidad del artículo 10.8 de la Ley de la Jurisdicción de lo Contencioso-Administrativo. En la comunidad foral, la intención inicial es que la medida entre en vigor a las 00:00 horas del 27 de noviembre y se prolongue hasta el 6 de enero. Además de este espacio temporal que comprende las fiestas navideñas, la propuesta contempla exigir el certificado digital para acceder a restaurantes y recintos con servicio de hostelería con un aforo superior a los 50 comensales; también en discotecas y salas de fiesta, establecimientos con licencia de café-espectáculo y bares con licencia especial. En estos últimos se solicitaría a partir de las 00:00 horas, a la vez que tendrá que ser enseñado para acceder a eventos multitudinarios en espacios interiores donde se consuman alimentos o bebidas.
Para elaborar la propuesta, los responsables del Departamento de Salud y de Gobierno de Navarra han mantenido una serie de encuentros con los sectores implicados, como son el de la hostelería, los eventos y el ocio nocturno. El portavoz de la Asociación Navarra de Pequeña Empresa de Hostelería (ANAPEH), Juan Carlos Oroz señala a elDiario.es sus dudas sobre cómo puede producirse la implantación de una medida que considera “complicada”. En concreto, se pregunta cuál es el encaje que tendrá la protección de los datos personales y “hasta qué punto un camarero puede pedir que una persona le enseñe un documento de Salud y su DNI para verificarlo”. Otras de las incógnitas que no han sido despejadas, a la espera de ser plasmada la normativa, están relacionadas con los medios técnicos disponibles para verificar la validez del certificado digital y los códigos QR. “Está claro que nadie nos va a ayudar y el personal para esta tarea correrá por nuestra cuenta”, asegura, para criticar además que al sector se le “utiliza para intentar concienciar a esas personas que no se han vacunado que se tienen que vacunar, porque la administración no ha sido capaz de hacerlo por sí misma”. Asimismo, considera “excesivo” que se extienda este requisito hasta el 6 de enero y encuentra “incoherente” los niveles máximos de aforo a partir de los cuales un restaurante debe exigirlo. Asegura no entender, en concreto, la razón que diferencia a un negocio con un máximo de 40 comensales a otro de 50. “Son muchas las incoherencias que nos hacen ser otra vez los paganos de lo que está pasando”, sostiene.
Por el contrario, el presidente de la Asociación de Salas de Baile y Discotecas de Navarra (ASBANA), Carlos Tabar manifiesta su apoyo a esta medida, aunque considera que llega “tarde” puesto que habría permitido la apertura del ocio nocturno de haberse implantado con anterioridad. “Nuestra única posición es la de apoyar lo que a la administración y a Salud Pública le parezca bien para atajar los contagios, aunque no quita que creamos que vaya a funcionar o no”, señala. Con todo, valora la inicitiva si contribuye a generar un mayor sentimiento de seguridad en los clientes a la vez que no cree que supunga “una gran dificultad” su implantación.
Otro de los sectores que se verían afectados por el pasaporte COVID de lograr la luz verde de la Justicia es el de los grandes eventos multitudinarios en espacios cerrados y con consumición de alimentos y bebidas. Desde la Asociación Navarra de la Industria Musical (ANAIM), su presidenta Ana Zamarbide saluda la propuesta al ser, precisamente, una medida solicitada durante la pandemia por el sector de la música en vivo para poder retomar cierta normalidad. “No nos preocupa, estamos preparados para hacerlo. A nivel nacional hay festivales que los han estado pidiendo y se puede hacer perfectamente. Somos un sector preparado por lo que, por nuestra parte, la acogida es buena”, celebra, para añadir las dudas que aún deben ser despejadas sobre su puesta en marcha.
En concreto, una de las cuestiones que señala que deben ser aclaradas es “si esta nueva normativa afectaría a los conciertos que se van a poner en marcha a partir de ahora o a aquellos que ya han vendido sus entradas, es decir, con carácter retroactivo”. Según explica Zamarbide, las entradas vendidas previamente a la posible entrada en vigor de este certificado no incluyen en sus condiciones el requisito de presentarlo para poder acceder al concierto. Exigir esto, asegura, supondría romper un contrato con el cliente. Con todo, reconoce que estas cuestiones aún las está analizando Salud Pública. “Nos están consultando, porque el objetivo tampoco es generar un problema, sino aminorar el riesgo”, matiza.
En este contexto, el próximo sábado, 27 de noviembre, está previsto en el Navarra Arena el concierto que ofrecerá la artista Aitana, con entradas agotadas, y que sería el primero afectado por la medida de ratificarlo para entonces el TSJN. Detrás de la organización de este evento también está Zamarbide, socia de la productora ‘In&Out’, quien se adelanta a los posibles escenarios y avanza que la organización optará por retirar las barras y el servicio de hostelería para no tener que exigir el pasaporte COVID, lo que supondría romper las condiciones de las entradas. Paradójicamente, después de conciertos como los de Robe, Loquillo o Amaral en el mismo espacio y con público de pie, este se celebrará con los asistentes sentados. Según explica Zamarbide, la razón radica en que al vendió todas sus entradas en el mes de abril, con las condiciones contempladas entonces al estar en vigor las restricciones más severas para contener la pandemia.