Navarra seguirá derivando pacientes a la Sanidad privada para reducir las listas de espera

Rodrigo Saiz

Pamplona —

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El Servicio Navarro de Salud - Osasunbidea seguirá derivando pacientes a la Sanidad privada para reducir las listas de espera, que en el mes de agosto han aumentado hasta los 65.931 pacientes que esperan para recibir una primera consulta con especialista y a 8.960 en el caso de las personas que esperan recibir una intervención quirúrgica. Así lo ha anunciado el consejero de Salud, Fernando Domínguez, quien ha reconocido que se trata de unas cifras “históricas” para asegurar que trabajará para “frenarlas y revertir la tendencia”.

La comunidad foral sigue superando el tiempo máximo de espera permitido, fijado por una ley foral de 2008 en un máximo de 30 días. En agosto el tiempo de espera medio para ser atendido por primera vez por su especialista se situó en los 79 días, superando por mucho el doble del tiempo máximo legal. En el caso de la espera para someterse a una operación quirúrgica, este se situó en agosto en los 100 días, que si bien supone un incremento con respecto al tiempo de espera de meses anteriores, sigue siendo inferior al máximo que fija la ley fija la ley de garantías, 120 días.

Para reducir las listas de espera, el consejero de Salud ha anunciado en una comparecencia en comisión parlamentaria distintas medidas como un plan de jornadas extraordinarias “después de comprobar que la actividad ordinaria ha sido la adecuada” y la derivación de pacientes a la red privada. Esta última medida la ha venido realizando ya el Servicio Navarro de Salud en los últimos meses y según los datos que el Gobierno foral facilitó a este periódico, solo en marzo las derivaciones para consultas en la privada tuvieron un coste superior a los 130.000 euros.

Domínguez ha asegurado que Navarra cuenta con “los mimbres para hacer que el sistema de Salud navarro siga siendo el mejor” y ha afirmado que se cuenta “con presupuesto” para “afrontar nuevos retos y tener buenos resultados en gestión”, así como con “la infraestructura necesaria”. El consejero ha señalado que su departamento apuesta por un cambio del modelo de gobernanza y ha propuesto así que el Plan de Salud y el Plan de Salud Pública sean los instrumentos de planificación estratégica, dirección y ordenación del sistema sanitario.

Según ha detallado, aspiran a dotar a Osasunbidea de “la máxima autonomía de gestión que permita el marco jurídico del derecho público”. En este sentido, ha abogado por avanzar en la autonomía en la gestión de los profesionales y avanzar hacia la autonomía en las situaciones administrativas, en las OPE o en las negociaciones de la mesa sectorial. También ha considerado necesaria la reorganización territorial de las áreas sanitarias avanzando hacia áreas únicas funcionales, “una reorganización territorial que no supondrá el cierre de ninguno de los hospitales de la Comunidad foral”.

El consejero también ha urgido la necesidad de reformar la ley foral de Salud. “No podemos continuar con una ley foral de Salud aprobada en 1990, el sistema no es el mismo, las leyes no son las mismas y, sobre todo, la sociedad y sus necesidades tampoco lo son”, ha precisado, para indicar que es necesaria una ley “de consenso, moderna y eficaz”. En cuanto a Atención Primaria, ha apuntado que “ahora mismo es necesario escuchar a todos los agentes concernidos y reorganizar el sistema de forma consensuada para dar la mejor asistencia a todos los ciudadanos en el menor tiempo posible”.