La osa 'Claverina', una cuestión de Estado que enfrenta a Francia y España
A Claverina la soltó en Francia el Gobierno francés, pero un oso pardo no entiende de divisiones administrativas y, tras hibernar, ha decidido cruzar la muga y comenzar a recuperar peso con la dieta de la oveja, animal manso y sociable que prolifera en abundancia en los Pirineos en forma de apetitosos rebaños, y que poco puede hacer frente a las garras y fauces del plantígrado. Así funciona la naturaleza, pero no la política, y los escarceos primaverales de la osa eslovena han puesto en pie de guerra a los ganaderos y en un aprieto al Gobierno de Navarra, que ha presionado para que España y Francia fijen el próximo viernes una reunión en Madrid para gestionar de forma conjunta la convivencia.
Y no es que el apetito de Claverina haya llegado por sorpresa: ya se zampó cuatro ovejas en el mismo valle de Roncal el pasado noviembre para prepararse para el periodo de letargo, y esta semana ha efectuado otros cuatro ataques -tres de ellos en la misma zona de Navarra-, con un total de ocho ovejas muertas. El Gobierno foral ha activado el protocolo que permite realizar “intervenciones disuasorias” con el fin de cambiar los hábitos de la osa, con escaso éxito. Cuando el hambre aprieta, ya se sabe.
La portavoz del Ejecutivo foral, María Solana, aseguró esta semana que el Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local está trabajando “con mucho empeño e interés” para tratar de frenar los ataques. La consejera del ramo, Isabel Elizalde, trata de “tranquilizar” a los ganaderos de la zona, que critican abiertamente la decisión “unilateral” del gobierno galo de reintroducir a las osas eslovenas Claverina y su hermana mayor, Sorita, en el Pirineo en octubre del año pasado. De hecho, ya han amenazado con articular las medidas jurídicas correspondientes, “tanto nacionales como internacionales”, para “retirar los osos” y evitar así que “alteren el trabajo de los ganaderos de los valles”.
Ángel Remírez, responsable jurídico del sindicato agroganadero UAGN, ha advertido de que “el Código Penal establece que el que introdujera o liberara especies de flora o fauna no autóctona, de modo que perjudique el equilibrio biológico, contraviniendo las leyes o disposiciones de carácter general protectoras de las especies de flora o fauna, será castigado con la pena de prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a veinticuatro meses y, en todo caso, inhabilitación especial para profesión u oficio para tiempo de uno a tres años”.
Claverina tiene siete años y pesa unos 140 kilos -quizá alguno más, después de la estricta dieta carnívora de esta semana- y junto con Sorita forman parte de la cabaña de unos 43 osos que habitan en el Pirineo. Claverina significa heredera, nombre que resalta su condición de hembra, la primera de su sexo en la zona después de que en 2010 muriera último ejemplar autóctono pirenaico, Camille. Las autoridades francesas eligieron las osas eslovenas por su mayor parecido genético con las pirenaicas frente a las que habitan los Picos de Europa.
Desde Ecologistas en Acción llaman a la convivencia, y ya que el animal no hace otra cosa que la que le dicta su naturaleza, consideran que la solución al problema pasa por reforzar la protección del ganado.
Navarra ha solicitado ayuda a Europa para gestionar el conflicto entre osos y ganaderos, y “Europa dijo que es una cuestión que debe resolverse entre los dos Estados implicados, que son el francés y el español”, recalcó esta semana la portavoz del Ejecutivo navarro, pasando la patata caliente al Gobierno central. En principio, la cumbre internacional está fijada para el próximo viernes 17 de mayo en Madrid.
Mientras tanto, el Gobierno de Navarra busca pastores de refuerzo para los rebaños pirenaicos, reparte sistemas de geolocalización para tenerlos bajo control y también ha introducido perros mastines, que no se arrugan ante el acecho de un oso. Con todo, Solana reconoció esta semana que “no se ha dado con la solución y el problema sigue y parece ser que de momento va a continuar”. Ante la sospecha de un ataque de oso los ganaderos afectados se deben poner en contacto con el teléfono 699 30 76 98 de Guarderío de Medio Ambiente.