Pamplona coloca una placa en memoria de Ángel Berrueta, asesinado por un policía nacional tras el 11M

El Ayuntamiento de Pamplona ha colocado este viernes una placa conmemorativa en recuerdo de Ángel Berrueta, el comerciante que fue asesinado el 13 de marzo de 2004, dos días después de los atentados yihadistas del 11M, por un policía nacional por haberse negado a colocar en el escaparate de su su panadería un cartel en el que se atribuía a ETA la autoría de los atentados, como sostenían José María Aznar y el Gobierno del PP.

El alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, acompañado de los familiares de Berrueta y de la consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera del Gobierno de Navarra, Ana Ollo, ha colocado la placa delante del establecimiento en el que se encontraba la panadería que regentaba Berrueta y en la que fue asesinado, en la calle Martín Azpilcueta, junto al portal 18, en el barrio pamplonés de San Juan/Donibane.

Al acto también han acudido familiares de Berrueta: su viuda, Mari Carmen Mañas, y tres de sus cuatro hijos, Imanol, Aitor y Aitziber. Su hijo Enekoitz se encuentra trabajando fuera de Pamplona y no ha podido acudir al acto. Ellos son considerados también víctimas de motivación política. “Queremos recordar no solo por nosotros y nosotras, sino también por quienes, como Ángel, ya no pueden hablar ni contar su historia. Recordamos por todas las víctimas y por quienes, en el futuro, también recordarán. Para que la historia no se vuelva a repetir. Gracias por vuestra fortaleza, por vuestra lucha y por mantener viva la memoria de Ángel durante todo este tiempo”, ha señalado el alcalde, Joseba Asiron.

En la placa, cuyo texto ha sido supervisado por el departamento de Memoria y Convivencia del Gobierno de Navarra, se puede leer, en euskera y castellano: “Aquí fue asesinado por un funcionario de policía Ángel Berrueta Legaz, en un contexto de motivación política el día 13 de marzo de 2004. Verdad, memoria, dignidad y justicia”.

Berrueta tenía 60 años cuando fue asesinado. El 12 de marzo de 2004 no abrió su panadería, sumándose al duelo que mostraron aquel día multitud de comerciantes en España. También colocó en su escaparate un crespón negro en señal de luto por la masacre yihadista que el 11 de marzo en la que murieron 192 personas y más de 2.000 resultaron heridas. Sin embargo, eso no resultó suficiente para María del Pilar Rubio, quien en el mediodía del 13 de marzo bajó a la panadería de Berrueta, contigua al portal de su vivienda, a reclamarle que colocara un cartel con la leyenda 'ETA ez' (ETA no en euskera). Tras la negativa del tendero, Rubio le dijo a Berrueta, a quien consideraba un etarra por haber fundado la asociación Gurasoak, de familiares implicados en acciones de la 'kale borroka' (dos hijos suyos fueron detenidos y posteriormente declarados inocentes por acciones de este tipo): “Tú un asesino, tú eres un etarra”.

Posteriormente subió a su casa y contó lo ocurrido a su marido, Valeriano de la Peña, y a su hijo Miguel. Ambos bajaron a la panadería de Berrueta, donde le asestaron una puñalada. El panadero trató de refugiarse en la trastienda de la tienda, pero fue entonces cuando el policía nacional, con su pistola reglamentaria, le asestó cuatro disparos. Los dos asesinos abandonaron el local sin atender a Berrueta.

En un juicio celebrado en el año 2005, el policía nacional Valeriano de la Peña y su hijo Ángel de la Peña fueron condenados a 20 y 15 años de cárcel respectivamente por asesinato con agravante de “motivación ideológica”. María del Pilar Rubio fue condenada como inductora del crimen, pero meses después fue absuelta por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra. Según la sentencia, los agresores actuaron “por un sentimiento ideológico”, por ser la víctima “socio y miembro fundador de la asociación 'Gurasoak Lanean'”, considerándolo un “etarra”.

Hace unos meses el Gobierno de Navarra declaró a Ángel Berrueta y a su familia, que durante años siguieron recibiendo amenazas de muerte anónimas, víctimas de la violencia policial.