El Gobierno cuatripartito de Navarra perdería la mayoría parlamentaria obtenida en 2015 debido al desplome de Podemos, partido al que el electorado navarro hace pagar sus crisis internas y pasa de 7 a 4 diputados, conservando un 8% de la intención de voto. La coalición Navarra Suma ganaría las elecciones forales, con un 27,5% de los votos y 16 parlamentarios, uno menos que los obtenidos por UPN y PP en los anteriores comicios. Geroa Bai y el PSN empatan con una intención de voto del 16,5% y 16,4% respectivamente, que se traduce en 10 parlamentarios para cada uno. EH Bildu repite resultados y se queda con un 14,1% de los votos y 8 parlamentarios, Izquierda-Ezkerra también conserva sus dos asientos en el Parlamento y un 3,7% de los votos y Vox no logra entrar en la Cámara, al quedarse con un 1,1% de los votos, por debajo de la barrera del 3%.
Estos datos estadísticos han sido aportados a eldiarionorte.es por el experto Endika Núñez, que elabora un modelo probabilístico de estimación de votos y escaños que promedia las encuestas ponderándolas por tamaño de muestra, por la fecha en la que fue realizado el trabajo de campo y la calidad de la encuestadora. A continuación, simula las elecciones 10.000 veces para obtener los datos finales. El modelo clavó los resultados de las elecciones generales en Navarra del mes pasado.
Los datos presentan diferencias notables con la macroencuesta preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). En el estudio de eldiarionorte.es la suma de las cuatro fuerzas que sostienen el ejecutivo de Uxue Barkos pasaría de los 26 escaños actuales a 24, por lo que el actual pacto entre izquierdas y nacionalistas no sería suficiente para controlar los 50 asientos del Parlamento Foral y formar gobierno.
La caída de tres parlamentarios de Podemos no es compensada con la ganancia de uno por parte de Geroa Bai -y ni EH Bildu ni Izquierda-Ezkerra varían sus resultados respecto a 2015-, por lo que la posibilidad de reeditar una fórmula cuatripartita con los mismos integrantes se esfuma. No obstante, con toda la campaña por delante y los márgenes de error de las encuestas, no puede descartarse de forma tajante que al actual cuatripartito le den los números para afrontar una segunda legislatura.
Más complicado lo tiene la coalición Navarra Suma (UPN-PP-Ciudadanos), que pese a ser la opción más votada, pierde un parlamentario respecto a los anteriores comicios forales. El modelo probabilístico no otorga a Vox el mínimo del 3% de los votos necesarios para entrar al Parlamento, si bien es un resultado menos fiable debido al margen de error. Con todo, las derechas tienen complicada la aritmética para formar gobierno.
El PSN, decisivo en todos los escenarios
Los datos muestran que es el PSN el gran beneficiado en estas elecciones: aprovecha el efecto Sánchez, la crisis de Podemos y el discurso renovado de María Chivite, que se aleja de una entente con las derechas, para ser el partido que más crece -de 7 a 10 escaños- y colocarse en una situación de empate técnico con Geroa Bai que permitirá a su candidata negociar de tú a tú con la actual presidenta, Uxue Barkos.
Incluso con el veto a EH Bildu le dan los números: sumaría 26 con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra, en una suerte de recambio del cambio que haría que los socialistas relevaran a los abertzales. María Chivite ha dicho en diversas ocasiones que quiere ser la próxima presidenta de Navarra, y los electores comienzan a darle la razón. Las generales fueron bien: adelantó a Podemos, recuperó la segunda posición en el ránking de partidos y vuelve a ser referencia en la izquierda. Si consigue superar la confrontación en el eje nacionalismo vasco-nacionalismo español y prioriza un gobierno progresista deberá decidir con Uxue Barkos quién de las dos se queda en el Palacio de Navarra.
Las negociaciones en Madrid entre PSOE y Podemos abonan la posibilidad de conformar una entente progresista también en Navarra, al mismo tiempo que la presencia de Ciudadanos y PP en Navarra Suma alejan a los socialistas de un acuerdo con las derechas frente al nacionalismo vasco, como reclama Javier Esparza.
Pamplona, escenario abierto
Mención aparte merecen las municipales. En Pamplona, la ciudad más grande gestionada por EH Bildu, la coalición Navarra Suma será la opción más votada, con un 29% de los votos, una subida de cuatro puntos porcentuales en intención. También sube EH Bildu, que se aprovecha de la Alcaldía para pasar de un 17,6% a un 20,2% en las encuestas. A continuación, Geroa logra un 14%, menos que el 19,6% logrado en 2015. El PSN también pasa de 9,1% a un 10,8%, y Podemos se deja la mitad de los apoyos al pasar del 14% al 7%. La desunión de las izquierdas pasa factura también a Izquierda-Ezkerra y Aranzadi: la primera puede obtener un concejal, pero la segunda no supera la barrera del 5% necesaria para formar parte de la Corporación Municipal. Vox tampoco tiene sitio en Pamplona.