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El PP dice que ETA está detrás de la investidura de Chivite en Navarra
Tenso cara a cara entre Chivite y Esparza con los pactos con EH Bildu como telón de fondo
Las previsiones se han confirmado: los 20 votos en contra de la coalición de derechas Navarra Suma (UPN, PP y Ciudadanos) y los 7 de EH Bildu han impedido que la candidata socialista a la presidencia de Navarra, María Chivite, lograra la mayoría absoluta necesaria para triunfar en la primera votación, que ha tenido lugar pasadas las 19.00 horas de la tarde de este jueves tras muchas horas de debate de investidura. Será este viernes, 24 horas después, tal y como establece la Ley Orgánica de Amejoramiento del Régimen Foral de Navarra, cuando a la socialista le basten los 23 votos de sus socios (Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra) y las 5 abstenciones de EH Bildu (sólo otorgarán las mínimas necesarias) para ser proclamada presidenta por mayoría simple.
El debate se ha abierto a mediodía. Frente a las críticas enardecidas de las derechas, que le acusan de llegar al poder gracias a una ETA que ya no existe, la candidata socialista, natural de Cintruénigo, ha expuesto en una alocución de alrededor de una hora la pluralidad política como un valor añadido. Y ha pedido que no se utilice como “arma arrojadiza”. “Navarra no es homogénea, ni debe serlo”, ha recalcado y ha defendido que “los pensamientos son libres, y los sentimientos también”. Frente a los debates identitarios, ha defendido “el progreso económico y social, la lucha contra la desigualdad, la defensa y mejora del autogobierno dentro de la lealtad institucional, la igualdad de oportunidades y la convivencia en la pluralidad”.
La socialista se ha comprometido a trabajar también por “la memoria histórica y reciente” y ha considerado que el “terror político” de ETA “debe contar con el rechazo explícito y el reconocimiento del daño por parte de quienes tuvieron la responsabilidad en ese camino que nunca debió emprenderse”. Antes del pleno, la nueva portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, y la presidenta local y 'número tres' de Pablo Casado, Ana Beltrán, habían asegurado en declaraciones a los medios de comunicación que la investidura de Chivite era poco menos que un “homenaje a ETA”. También la portavoz de Ciudadanos, Lorena Roldán, ha llamado “infamia” a la nueva etapa política en la comunidad foral. Las tres han asistido como invitadas al arranque de la sesión de investidura, pero se han marchado sin escuchar todo el debate, aunque Álvarez de Toledo hubiera prometido seguir “en primera persona” todo el desarrollo de los acontecimientos.
En su intervención, Chivite ha prometido que buscará también “preservar y proteger la realidad histórica, cultural y social, incluyendo las lenguas propias de Navarra”. Al respecto, ha prometido “un amplio acuerdo social y político en torno al euskera, una lengua propia recogida en la ley orgánica de Amejoramiento del Fuero que no sea objeto de debate partidista ni de confrontación”. Tal y como recoge el acuerdo programático, la base de ese consenso será la ley foral del Euskera de 1986. El gobierno se da un año para evaluar el funcionamiento de la actual normativa, impulsada por el Ejecutivo de Uxue Barkos, y la “desarrollará” conforme a la “realidad sociolingüística” de la Comunidad foral.
La derecha, tras las elecciones de mayo en las que ganó pero sin mayoría absoluta, ha convertido Navarra en asunto de Estado y en arma arrojadiza también contra Pedro Sánchez. Así las cosas, las declaraciones y argumentos altisonantes han sido habituales durante toda la jornada. Jorge Esparza, aforado de Navarra Suma, ha asegurado nada más terminar Chivite los 52 minutos de su discurso que la socialista “se irá a cenar con Arnaldo Otegi para celebrarlo”. Y todo a pesar de que el PSN ha cumplido con la línea roja marcada por Ferraz de 'no hablar, no pactar'con EH Bildu.
Chivite ha querido añadir expresamente desde la tribuna parlamentaria que EH Bildu ni será socio de Gobierno ni interlocutor y ha querido rebajar su protagonismo a una abstención pasiva en la investidura. Además, ante las dudas de legitimidad lanzadas por el líder de UPN y de Navarra Suma, Javier Esparza -ha llegado a decir que casi duplicó en votos al PSN-, la presidenciable ha indicado que “23 es más que 20” -la suma de su partido con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra, y que “143.000 votos son más que 120.000”. “Ahí está la legitimidad de cada uno”, ha zanjado para apostillar que, entre tanto, UPN ha pactado con Ciudadanos, un partido contrario a la foralidad y al Convenio Económico.
Chivite y Esparza han protagonizado los momentos de mayor voltaje de la sesión parlamentaria. Esparza ha acusado al PSN de venderse “por un sillón” a “los amigos de Josu Ternera” (dirigente de ETA recientemente detenido) y “a quienes no han condenado los asesinatos de sus propios compañeros”. “Por lo menos Uxue Barkos iba de cara y dijo que tenía un acuerdo con EH Bildu”, ha reconocido Esparza a la presidenta saliente, de Geroa Bai, a la que hace cuatro años regaló argumentos muy similares que los empleados en 2019 con Chivite. Si en 2015 Esparza auguró una 'euskaldunización' de Navarra, ahora vaticina que el Gobierno de PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra dará continuidad a las políticas de Barkos a pesar de que los socios de aquel Ejecutivo cayeron “de 26 a 19 escaños” tras las elecciones.
“Usted ha excluido a Navarra Suma y se ha echado e brazos de EH Bildu. Ha excluido al 36% de la sociedad navarra. Ha puesto un cordón sanitario al principal partido de Navarra. Pasará a la historia como la socialista que dinamitó los acuerdos con los constitucionalistas en Navarra. Todo por su ambición, por el sillón presidencial. Si hay que renunciar a todo lo anterior, da igual. No sé si se da cuenta de la irresponsabilidad con Navarra y con el resto de España. EH Bildu y el PNV se están frotando las manos. Si le aplaude Arnaldo Otegi y todos los que quieren que Navarra sea Euskadi, ¿no se han parado a pensar por qué le aplauden?”, ha espetado Esparza, cuya intervención ha sido interrumpida en al menos media docena de ocasiones por la bancada de la coalición de UPN, PP y Ciudadanos hasta el punto de que el presidente de la Cámara, Unai Hualde, les ha pedido que “contuvieran el júbilo”.
Chivite se ha mostrado muy enfadada en su réplica por las acusaciones de Esparza y ha remarcado su compromiso contra ETA y a favor de las víctimas del terrorismo. “Mientras yo me partía la cara en la Universidad, usted jugaba al balón”, ha soltado a un Esparza que no paraba de hacer aspavientos en su escaño. Además, ha esgrimido un Excel para probar que, en la anterior legislatura, UPN votó “el 51%” de las leyes votadas con EH Bildu. “106 iniciativas de la anterior legislatura, la cotidaneidad de este Parlamento. El 51% con el apoyo de su partido, con su voto y con el de EH Bildu. ¡En 57 ocasiones! Navarra Suma y EH Bildu votaron lo mismo… Votó más veces con EH Bildu que con el PSN. Le paso el Excel y, si no, repase el diario de sesiones. La realidad supera a la ficción. ¿Qué pacto oscuro tenían ustedes con Bildu que no ocultan y se avergüenzan?”, ha atacado Chivite, aplaudida por los suyos.
Esparza no ha esquivado los datos pero los ha querido matizar: “Una cosa es coincidir en votaciones puntuales de aspectos de gestión y otra cosa es hacerla presidenta”. Dicho esto, ha mantenido que el PSN se apoya en quienes dieron cobertura política a ETA. “Han justificado el asesinato de dos compañeros de mi partido”, ha insistido. El portavoz socialista y 'número dos' de Chivite, Ramón Alzórriz, ha salido al barro para auxiliar a su jefa de filas y elevar todavía más la tensión y acusar al PP de haber puesto en libertad a un terrorista: “Juan Priede, compañero socialista en Orio, fue asesinado por un terrorista que quedó en libertad por la política penitenciaria del Gobierno de Aznar”.
Lejos de los pactos secretos o del entendimiento entre la izquierda abertzale y los socialistas que pregonan las derechas, Bakartxo Ruiz, portavoz de EH Bildu, ha adelantado que sus siete parlamentarios realizarán una “oposición contundente” al gobierno de María Chivite, y ha recordado que sin ellos “no es posible construir ninguna alternativa a la derecha. Le pese a quien le pese. Eso dice la aritmética y eso dice el sentido común de la política”.
Con todo, la abstención de 5 parlamentarios de EH Bildu -justo los mínimos necesarios- permitirá mañana viernes a Chivite hacerse con al Presidencia de Navarra por mayoría simple. “La arrogancia les ciega, señora Chivite, les ciega tanto que han olvidado las reglas más elementales de la aritmética y de la política”, ha denunciado Ruiz, quien no obstante ha confirmado que “es público y notorio que vamos a posibilitar su investidura con las abstenciones estrictamente necesarias”.
La presidenta en funciones, Uxue Barkos, ha sido la portavoz de Geroa Bai, su partido, a pesar de ocupar durante el debate el escaño del Gobierno. Barkos ha prometido en su nuevo papel a Chivite la “ayuda convencida” de Geroa Bai tanto para la investidura como durante la legislatura: “Le damos la confianza, tenga ambición, no caiga en la trampa de la derecha”, ha pedido a la que será su sucesora. Barkos ha lamentado que Navarra “se ha convertido por desgracia en objeto de uso y abuso en el debate nacional”. Frente a esas presiones externas, ha insistido en que la comunidad foral “es sujeto político de su propio destino”.
Barkos, en un discurso que ha sonado a balance de gestión y despedida del Ejecutivo, ha reivindicado la labor de su cuatripartito, “el que más explicaciones ha dado en esta Cámara”, en un discurso que ha sonado a despedida de su cargo. Ha recordado que Navarra ha logrado bajo su mandato tener la tasa de pobreza más baja del Estado; una tasa de desempleo en el 7,58%, también la más baja de España. Ha pedido a la socialista que reconozca el legado que le entrega y ha criticado a Navarra Suma por hacer “uso y abuso del dolor de las víctimas del terrorismo”, y ha advertido a la socialista de que la oposición que practicarán “va a ser igual que la que tuvo mi gobierno”. Y frente a las críticas hacia la legitimidad del futuro gobierno de Chivite, ha recalcado que la sociedad navarra “es mayoritariamente progresista, no sé si nacionalista, pero sí progresista”.
Desde la bancada de Podemos, ahora reducida a solamente dos escaños, Mikel Buil ha garantizado “lealtad” al nuevo Gobierno aunque eche de menos en el acuerdo algunas medidas más de izquierdas en materia de impuestos, vivienda o sanidad -ha citado expresamente la gratuidad de la odontología-. Eso sí, “lealtad” no supone orillar la “exigencia”. Podemos entrará al Gobierno al frente de Políticas Migratorias y Justicia. Buil ha reconocido el “riesgo” de dar ese salto y lo atribuye a la mayor “madurez” de su formación tras una legislatura anterior de divisiones internas y malos resultados en las urnas. “Pero que nadie confunda nuestra humildad y madurez con domesticación o institucionalización”, ha zanjado. Chivite le ha agradecido al partido morado que, a diferencia de lo ocurrido en el Congreso, en Navarra socialistas y Podemos sí hayan podido pactar.
El debate lo ha cerrado Marisa de Simón, de Izquierda-Ezkerra, el referente foral de IU. Esta formación apoya la investidura pero ha optado por no entrar al Ejecutivo por sus malos resultados, que han reducido su representación a solamente un escaño, y para no “maniatar” su libertad y “autonomía” en el Parlamento. “Vamos a ser leales con el programa pactado pero vamos a ser exigentes para que se cumpla”, ha dicho De Simón.
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