Albert Rivera ha vuelto a Navarra. Protegida por un importante dispositivo de seguridad desplegado por la Guardia Civil pero sin los escraches que les recibieron en Alsasua o Rentería (Gipuzkoa), la caravana España Ciudadana ha alertado una vez más de los peligros de los nacionalismos periféricos y, especialmente, de las “concesiones” que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está dispuesto a hacer a catalanes y vascos para mantenerse en el cargo, que incluyen el apoyo del PSN a Uxue Barkos en Navarra como cambio por el apoyo del PNV a la investidura en el Gobierno central.
También ha criticado a Meritxell Batet como “la única persona que va a presidir el Congreso habiendo defendido -tres veces- un referéndum para Catalunya”. A su juicio, el PSC “es un partido nacionalista porque actúa como los nacionalistas, habla con los nacionalistas y pide pactos con los nacionalistas”; “el PSC ha devorado, se ha comido y engullido al PSOE”, ha denunciado.
Ante un auditorio de medio centenar de personas, Rivera ha asegurado que el próximo martes se dará “la prueba del algodón” con los pactos para controlar la Mesa del Congreso, que no son sino “la antesala del acuerdo del 27 de mayo” del PSOE con Podemos –“podemitas”, ha dicho- y los nacionalistas. Una evidencia que “para muchos españoles es un palo”. El líder naranja, sin embargo, no ha querido caer en el desaliento y ha animado a los suyos a “truncarles los planes”, algo solo al alcance de Ciudadanos ante “un PP en descomposición”.
Rivera ha alabado no obstante el sentido de Estado de Ciudadanos, UPN y PP, que concurren en la Comunidad Foral bajo la coalición Navarra Suma, como fórmula para plantar cara al Ejecutivo nacionalista de Uxue Barkos. En España, ha asegurado que Ciudadanos “va a ser firme y leal a la Constitución” y va a funcionar como “una lupa gigante para vigilar cada una de las concesiones” de Sánchez a los nacionalistas.
Estas no se limitan a Catalunya, incluyen también “la entrega de Navarra al nacionalismo vasco”, ya que “cada voto al Partido Socialista de Navarra va a ser un voto al nacionalismo de Uxue Barkos”. Rivera ha abogado también por derogar la “maldita” disposición transitoria cuarta de la Constitución, que prevé la incorporación de Navarra a Euskadi mediante un simple referéndum.
Modificar la Ley de Víctimas del Terrorismo
Acompañado por Maite Pagazaurtundúa y su candidato local, Carlos Pérez-Nievas, Rivera ha elegido otro escenario icónico para visitar Navarra. La localidad de Estella (Lizarra en euskera) es el lugar donde se firmaron en 1998 los pactos que llevan su nombre, que supusieron la unión de todas las fuerzas nacionalistas vascas para tratar de explorar un fin dialogado de la violencia de ETA. “El pacto más podrido que nunca se realizó contra la democracia”, en opinión de Pagazaurtundúa, que ha recordado que dio paso a una “tregua trampa”.
Para “limpiar el buen nombre” de la ciudad -en palabras de la propia Pagazaurtundúa, que ha despertado más fervor en el auditorio que el propio Rivera- el líder de Ciudadanos ha anunciado su intención de proponer una reforma de la Ley de Víctimas del Terrorismo “para que no se puedan hacer homenajes a terroristas en ningún pueblo de España; ¿permitiríamos homenajes a nazis en Alemania?”, ha cuestionado, retórico.
Ha recordado que “el proyecto de Josu Ternera era anexionar Navarra al País Vasco”, y también ha recordado y citado al difunto Xabier Arzalluz y su metáfora de los que sacuden el árbol y los que recogen las nueces. Al respecto, Pagazaurtundúa ha pedido juzgar al dirigente etarra “por crímenes de lesa humanidad”, que serán “nuestros juicios de Nuremberg” para cerrar por fin la historia de ETA y no quedarse con la “escenificación edulcorada” que se vivió en Cambo.
Tras el mitin, que se ha desarrollado sin incidentes, un grupo de encapuchados ataviados con trajes blancos han rociado con lejía los alrededores para “desinfectar” la zona.