Navarra ha estrenado su entrada en la fase 1 al ralentí. Las dudas acompañadas del mal tiempo han provocado que muchos locales de hostelería -uno de los sectores más afectados por la crisis de coronavirus- hayan optado por no abrir. Otros, sí han habilitado sus terrazas al 50% de ocupación como exige la ley, pero no han tenido la ocupación “esperada” por la lluvia que ha acompañado durante toda la jornada a la Comunidad foral.
A primera hora del día muchos hosteleros han vuelto a su puesto de trabajo tras dos meses sin actividad. Dos meses que han provocado, entre otras muchas cosas que ahora su rutina sea “muy distinta”. Antes de abrir al público ha tocado desinfectar con esmero cada una de las mesas y sillas de las reducidas terrazas -se permite un máximo del 50% del aforo- para evitar en la medida de los posible nuevos contagios. “Es algo a lo que nos tenemos que acostumbrar, esto va a ser siempre así a partir de ahora”, cuenta a eldiario.es Xabier, camarero del bar Gure Etxea de la Plaza del Castillo de Pamplona.
Unas mesas en las que ahora no está permitido poner servilleteros, ceniceros o cualquier objeto que pueda facilitar la transmisión del virus y en las que el cobro de las consumiciones solo puede realizarse mediante tarjeta. Con la mascarilla y los guantes puestos Xabier confía en poder remontar “un poco” la situación. “Será complicado, en esta primera fase no contamos con ello al solo poder abrir la mitad de la terraza”, señala. Precisamente esa ha sido la razón que ha llevado a muchos locales a ni siquiera abrir la persiana este lunes y esperar a nuevas fases de la desescalada en las que ya se permita atender a gente dentro de los establecimientos. El Café Iruña de la Plaza del Castillo ha sido uno de los que han optado por esta opción. Otros no han tenido más remedio, como por ejemplo los bares de las calles Estafeta o San Nicolás, que sin terraza no han tenido otra opción que prolongar su cierre.
Pese a no resultar rentable en estos primeros días de la desescalada una gran parte sí que han abierto, bien para atender el público, o bien para acondicionar sus establecimientos de cara a las siguientes fases en las que habrá menos restricciones. De los sitios más concurridos ha sido la plaza del Ayuntamiento de Pamplona, donde se ha podido ver a gente desayunando, tomando el café de media mañana e incluso el vermú del mediodía. “La gente ya tenía ganas de volver a la rutina de tomarse el café y hablar con los amigos”, señala la camarera de una de estas cafeterías.
Es la primera vez que la hostelería puede abrir desde que se decretó el estado de alarma y desde que, el pasado 21 de abril la entonces alcaldesa en funciones de Pamplona, Ana Elizalde, anunciara la cancelación de los Sanfermines del 2020. Una noticia que, pese a ser esperada, ha sentado como una losa para el sector que más vive y depende de las fiestas en la capital navarra. “Eso ya no lo recuperaremos nunca, aunque se celebren en otras fechas no serán lo mismo. Los Sanfermines te salvan un mal año, y este año no será así”, explica Xabier, del bar Gure Etxea. Hoy a vuelto al trabajo con otros tres de sus cinco compañeros. Todos se vieron afectados por un ERTE cuando se decretó el estado de alarma y ahora cuatro se han salido de él y han recuperado su actividad laboral.
“Si nos acompañara el tiempo hoy podría ser un día dentro de lo que cabe bueno por ser la novedad, pero ni eso, con la lluvia no tendremos un buen estreno”, lamenta Xabier al tiempo que termina de desinfectar la última mesa antes de abrir la terraza. Espera que en la medida de los posible a partir de ahora se puedan ir minimizando las pérdidas que se han generado durante estos meses y apela a la “responsabilidad” de la gente, para que todos los pasos que se den ahora sean hacia delante y no haya que volver a cerrar la hostelería.
Los talleres, a pleno rendimiento
Uno de los negocios que no han cerrado durante el estado de alarma, aunque solo para atender urgencias, han sido los talleres, que este lunes han abierto sus puertas para atender a clientes ya sin la necesidad de tener una cita concertada previamente. Este lunes, primer día que muchos han necesitado del coche para acudir a su puesto de trabajo tras semanas de confinamiento, han sido varios los que se han llevado una sorpresa al ver que al girar la llave, el coche no arrancaba. Esto también lo han notado en los talleres. Así lo cuenta a este periódico Alejandro, dueño de un taller en Pamplona, que este lunes ha recibido varios vehículos sin batería en su taller. La imagen de las grúas transportando coches por las calles de la capital navarra también ha sido una estampa habitual de este lunes de estreno en la fase 1 de la Comunidad foral.
También reabren las iglesias
Este lunes también han podido reabrir las iglesias y demás lugares de culto. En Navarra todas las parroquias han retomado su horario habitual de celebraciones de misas, si bien con estrictas medidas de seguridad como un aforo máximo permitido de un tercio, que se contabiliza en función de la dimensión del templo y la disposición de los bancos. Debe garantizarse una distancia de dos metros alrededor de cada uno de los fieles, excepto en el caso de las personas que convivan juntas, que podrán estar más próximas. También recomendaciones como las de usar mascarilla o lavarse las manos antes de entrar con gel desinfectante. El arzobispo de Pamplona por su parte ha pedido a las personas mayores, enfermas o en situación de riesgo a que valoren muy seriamente la conveniencia de no salir de sus domicilios para ir a misa, de momento.