Mª Elena Simón Rodríguez es bromista, cuidadosa al usar las palabras y feminista. Con esa combinación logra que, al hablar de igualdad, sus afirmaciones suenen redondas y cercanas, pero sin perder contundencia. Por ejemplo, que ser padre ya no significa tener la presión de llevar un único sueldo a casa, defender el honor de la familia y volver al hogar y “que te pongan las zapatillas calentitas”. Esta alicantina, licenciada en Filología Moderna, profesora de Educación Secundaria y escritora de libros como La igualdad también se aprende: cuestión de coeducación, visita este miércoles Navarra para explicar en qué consiste la asociación que preside, Museo de Hechos y Derechos de las Mujeres. De la mano de la Coordinadora de Organizaciones de Mujeres y/o Feministas por la Igualdad en Navarra, Simón impartirá una charla a las 16:45 horas en el Café con letras de Estella y otra a las 19:00 horas en Civivox Condestable, en Pamplona.
¿En la preparación del profesorado se hace hincapié en la educación?
En su formación inicial, no. Igual hay algún tema, alguna asignatura, pero cuesta mucho poner este tema en su formación permanente. Sobre esta cuestión no se ha hecho el camino que cabía esperar, que fuera de menos a más. Muchas cuestiones han ido en su contra: como, por ejemplo, cuando dicen que trabajar desde la convivencia, pero sin enfoque de género, ya es suficiente.
¿No se confía en la coeducación?
No sé si confiar es la palabra. Es una materia que hay que introducir. El enfoque de género debería estar en el currículo oculto, el formal y el omitido, para que así la gente escolarizada aprenda en igualdad. Por esta razón nace el Museo de Hechos y Derechos de las Mujeres. Porque la ausencia de las mujeres en los acontecimientos científicos, culturales o sociales es patética. Solo se ha logrado superar esa barrera cuando se trata de personalidades muy excepcionales. Y te pongo un ejemplo: dime una mujer que conozcas por sus contribuciones en el campo científico.
Marie Curie.
Esa es la respuesta que daría la gran mayoría de la gente, sea quien sea. Se trata de una persona que se consideró excepcional y por eso su obra ha pasado a la historia, pero eso ocurre esporádicamente, cuesta mucho que las obras de las mujeres aparezcan en los currículos de las instituciones educativas. Por eso el Museo de Hechos y Derechos de las Mujeres es una iniciativa pionera, en España por su puesto y en Europa casi.
Poner en valor lo realizado por las mujeres frente a lo realizado por los hombres es pasar de la desigualdad al empoderamiento. ¿Ese paso puede generar rechazo?
Es una acción positiva, pero incluso si yo hago un museo con los trajes de mis abuelos puede generar rechazo. Pero hay que tener en cuenta que la mitad de la Humanidad está silenciada; vete a un museo y ya me dirás cuántas obras de mujeres hay. Normalmente, verás musas y modelos, y prostitutas siempre que se pueda, seremos personajes de la Literatura, pero no aparecemos como personas con iniciativa, poder o conocimiento. Eso falta, y nuestra intención es ponerlo, no quitar lo que ya hay. Lo que se dice de la Humanidad es lo que hay de los hombres en la Humanidad, pero no se reflejan esos actos que las hacedoras lograron para conseguir derechos, y que han abierto la puerta a otras.
¿Todas las mujeres tienen que ser feministas?
Las mujeres que tienen un puesto de trabajo y pueden estar colegiadas, que cuentan con una carrera superior, que van al hospital y pueden ir por la calle sin taparse la cara… todas se han beneficiado de los derechos que se han conseguido tras una lucha muy larga y una presión continua. Sin hechos como los congresos internacionales, las organizaciones o ciertos eventos, sin todo eso, no habrían sido posibles los derechos actuales, que no cayeron por la chimenea como Papá Noel. Por eso creo que el feminismo es una doctrina que aboga por unas mejores condiciones de vida para hombres y mujeres y que, aunque no te consideres feminista, sí disfrutas de sus beneficios. Ojalá hubiera más gente feminista, pero lo que está claro es que se benefician de esa lucha.
¿Los hombres también?
Están quedando arrinconadas esas cargas que se ponían a los varones, de que debían sostener económicamente a la familia. Ahora el papel de un padre es diferente, porque en la agenda feminista está la corresponsabilidad en los cuidados y la remuneración. A las mujeres se nos eximía de muchas responsabilidades y también nos quitaban derechos, y esa época no se ha acabado todavía.
¿En qué percibe esa vulneración de derechos?
A menudo echamos en falta que se hable en positivo, de los avances en los derechos de las mujeres, pero si quieres que denunciemos algo, basta con coger las estadísticas del Instituto de la Mujer, y verás la desigualdad salarial, que no está respetada en ningún país, también hay el doble de paradas que de parados, y de cada diez horas de trabajo no reconocidas ocho las hacen mujeres…
¿La crisis ha supuesto un paso atrás para estas reivindicaciones?un paso atrás
No las ha considerado como algo fundamental, sino accesorio. Los problemas económicos han desdibujado unas acciones que ya tenían un camino. Si quieres, hablamos del tema de la violencia y por qué se sigue produciendo.
La titular del Juzgado de Violencia contra la Mujer de Pamplona, Ana Llorca, ha reconocido su preocupación por el número de casos que siguen registrándose entre las nuevas generaciones.su preocupación
Sin coeducación, no trabajamos para la igualdad, y la violencia es el mayor ejemplo de desigualdad.
¿Cuál es su opinión sobre la educación segregada por sexo?
Todo depende de qué es lo que deseamos. Me parece que, si no se desea la igualdad, es la mejor forma de conseguirlo.
Usted es defensora del uso de las dobles formas. ¿Es este un tema clave? ¿Por qué centrarse tanto en el lenguaje?
Desde el punto de vista de la Filosofía y la Lingüística, creo que todos sabemos que el lenguaje refleja cómo se conforma el pensamiento. Es algo inseparable. Así que si nombras en desigualdad, actúas en desigualdad. Es una decisión que tomas, pero deberíamos ir aprendiendo a ser más incluyentes, a no privilegiar un género sobre el otro.