La viuda de un Guardia Civil asesinado por ETA se niega a saludar a la presidenta de Navarra en un homenaje

Este martes se cumplen 17 años desde que ETA asesinara al cabo de la Guardia Civil, Juan Carlos Beiro (24 de septiembre de 2002) con una pancarta bomba a las afueras de la localidad de Leitza. María José Rama, viuda de Beiro, se ha negado a saludar tanto a la presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, como a la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, que han acudido al homenaje. Rama ha criticado la presencia de Chivite en el acto asegurando que, para ella, la presidenta “no es bienvenida aquí porque no está haciendo lo que debería y se junta con quien no debería. Igual que Uxue Barkos”. María Chivite ha preferido no hacer declaraciones al respecto.

No es la primera vez que María José Rama muestra su rechazo ante la presencia de representantes del gobierno navarro. Durante el homenaje de 2015, al que acudió la entonces presidenta Uxue Barkos, la viuda de Beiro acusó a Barkos de “cinismo” y le echó en cara que “alguien que se apoya en quienes justifican a ETA para presidir un Gobierno pueda venir a un homenaje a un asesinado”. La entonces presidenta le trasladó a la viuda que tenía la “conciencia tranquila” y que consideraba esa crítica “injusta y poco acreditada con respecto a la dignidad de un Gobierno, que quedó bien definida con la presencia en Leitza y que seguirá siéndolo cuando esta institución sea invitada”.

En el acto de este año ha intervenido Silvestre Zubitur, concejal de Navarra Suma en Leitza, que ha sido criticado durante las últimas semanas por haber participado en un acto de enaltecimiento carlista. Zubitur ha pedido que la Guardia Civil se quede en Navarra.

Una pancarta trampa en Leitza

Juan Carlos Beiro era natural de Asturias y vivía con su mujer y sus dos mellizos de cinco años en Pamplona, donde estaba destinado. Apenas tres meses antes del atentado y con tan solo 32 años, solicitó el traslado al cuartel de la Guardia Civil en Leitza. A las 12.50 horas del 24 de septiembre de 2002, una patrulla acudió a un talud de la antigua carretera de Berastegi donde había una pancarta en la que se leía en euskera “Guardia Civil, mátalo aquí”, junto con una diana y el anagrama de ETA. De acuerdo con el testimonio aportado por COVITE, “cuando el cabo se aproximó unos pasos para inspeccionar la zona, terroristas de ETA que observaban la escena activaron con un mando a distancia una bomba oculta en un bidón”. Juan Carlos Beiro murió durante su traslado al hospital y otros tres compañeros resultaron heridos de diversa gravedad. 

Las Fuerzas de Seguridad nunca lograron dar con los autores de la matanza, aunque se sospecha que Mikel Carrera Sarobe -alias “Ata”-, considerado como el último jefe 'militar' de ETA, puede estar relacionado con el atentado.  María José Rama ha explicado que no saben nada: “Están sin juzgar, sin detener, sin condenar, y eso es muy triste. Son 17 años, a los 20 prescribe. La esperanza va decayendo, pero aquí estamos y aquí seguiremos pidiendo justicia, para él y para todos los demás”. En total, la banda terrorista ETA asesinó a 230 guardias civiles.

Este martes se ha celebrado en Leitza una misa en recuerdo de Juan Carlos Beiro y se ha realizado una ofrenda floral en el lugar en el que sufrió el atentado mortal, en la carretera que une Leitza con la localidad guipuzcoana de Berastegi.