La portada de mañana
Acceder
La declaración de Aldama: “el nexo” del caso Ábalos apunta más arriba aún sin pruebas
De despacho a habitaciones por 1.100 euros: los ‘coliving’ se escapan de la regulación
Opinión - ¿Misiles para qué? Por José Enrique de Ayala

Pamplona se blinda para evitar festejos en los “no Sanfermines”

Pamplona no quiere que el lunes en sus calles se produzcan escenas como las que se han visto estos últimos días en ciudades vecinas como Vitoria o Irún: grupos elevados de gente de celebración en las calles del municipio sin respetar las medidas sanitarias. Conscientes de que el 6 de julio, día en el que cualquier año salvo este comienzan los Sanfermines, la capital navarra será el foco de atención del resto de ciudades de España y muchas del mundo, como reconoció hace unos días el alcalde Enrique Maya, el Ayuntamiento de Pamplona en coordinación con el Gobierno de Navarra ha preparado un dispositivo especial para evitar que los ‘fiesteros insumisos’ que quieren celebrar los ya conocidos este año como “no Sanfermines”, puedan hacerlo. Para ello, además del refuerzo de los controles policiales, se han preparado varias campañas tanto en Pamplona como e ciudades limítrofes para recordar que este 2020 no habrá fiestas de San Fermín y concienciar a la gente para que no acuda al Casco Viejo de la ciudad.

Las fiestas se cancelaron en abril, pero la avalancha de reservas en los restaurantes del centro de la ciudad para el tradicional almuerzo que las cuadrillas celebran antes del chupinazo, el 'almuercico', hicieron saltar todas las alarmas. A raíz de ahí, tanto el Ayuntamiento como el Gobierno de Navarra comenzaron a preparar de forma coordinada una campaña especial para concienciar a la gente de que no se celebren estas fiestas. Iniciativa a la que también se unió la Federación de Peñas, que también anunció la cancelación de todos los eventos programados para la semana más especial del año para cualquier pamplonés.

La nueva normalidad no permite a las instituciones restringir la movilidad y por ello desde las instituciones se ha optado por una campaña de concienciación. El propio alcalde señaló que el día 6 acudiría al Ayuntamiento a trabajar como otro día cualquiera, sin vestirse de blanco y sin llevar el pañuelico, y de hecho ha establecido este año los días 6, 8, 9, 10, 13 y 14 de julio como hábiles y laborables a todos los efectos. Pese a ello, muchas cuadrillas se apresuraron a reservar mesa en los restaurantes del Casco Viejo para las horas previas al chupinazo (12 del mediodía). Tal es así, que desde hace días no quedan mesas libres. Muchos restaurantes por iniciativa propia y viendo el aluvión de reservar decidieron cancelarlas y anunciar que cerrarían el 6 de julio. La Asociación Navarra de Pequeña Empresa de Hostelería ha explicado en un comunicado que la apertura de los bares del 6 al 14 de julio en Pamplona es una “decisión muy personal” de cada titular también ligada a la “pura supervivencia”.

Con todos estos alicientes, y conscientes de que habrá quien intente celebrar las fiestas pese a estar canceladas, se han establecido una serie de restricciones para evitar aglomeraciones y posibles brotes de coronavirus como los que se están registrando por todo el país. Además de las anunciadas con anterioridad de la prohibición de sacar mesas a la calle para los almuerzos, se va a limitar el aforo de la Plaza Consistorial a 400 personas y el de la Plaza del Castillo a 3.675. Además se instalará un dispositivo especial coordinado de Policía Foral y Policía Municipal que patrullarán las calles del centro de Pamplona durante la semana de los Sanfermines para controlar los aforos y garantizar que se cumplen las medidas de seguridad, tales como las distancias y el uso de las mascarillas, multando a quien no cumpla las normas. Tampoco se darán los permisos para la ampliación de horarios en la hostelería que se suelen dar en estas fechas, ni se ampliarán los servicios de transporte urbano.

14 puntos de control de acceso

En concreto la Policía Municipal va a instalar controles de aforo en las seis zonas del Casco Antiguo que cuentan con un mayor número de establecimientos de hostelería, así como en la Plaza Consistorial y en la Plaza del Castillo. Se habilitarán 14 puntos de control en las entradas y salidas de las calles Jarauta (entre San Saturnio y el inicio de la calle Descalzos), San Nicolás, Pozoblanco -Comedias, Estafeta- Espoz y Mina, Calderería y la zona de la plaza de la Navarrería. En cada una de ellas se ha calculado un aforo permitido en la calle, teniendo en cuenta la superficie de la vía y las medidas de distanciamiento social existentes.

Así las cosas, en Jarauta podrá haber un aforo máximo de 137 personas, en San Nicolás 160 personas, en Pozoblanco - Comedias 71, en Estafeta 344, en Calderería 287 y en el entorno de la plaza de la Navarrería 220 personas, ha informado en una nota el Consistorio.

Habrá también controles de aforo en la Plaza Consistorial y en la Plaza del Castillo. En la Plaza Consistorial los controles serán en las calles Zapatería, Mercaderes y Nueva - San Saturnino. Los accesos por Santo Domingo, la plaza de los Burgos y la calle Calceteros permanecerán cerrados.

Para la Plaza del Castillo se instalarán controles de acceso y salida en las seis calles que confluyen en la plaza, es decir, en Chapitela, Bajada de Javier, Espoz y Mina, Carlos III, paseo de Sarasate y San Nicolás. El pasadizo de la Jacoba permanecerá cerrado.

Sí habrá misa de San Fermín

Al estar canceladas las fiestas, cualquier acto oficial de los Sanfermines ha sido suspendido: encierros, conciertos o el propio chupinazo. Las peñas también han cancelado todos sus actos y muchas cuadrillas han optado por celebrar los almuerzos en viviendas particulares lejos del Casco Viejo. Sin embargo no todo se ha cancelado, los actos religiosos continúan en pie. El arzobispo ya ha anunciado que el 7 de julio se celebrará la tradicional misa de San Fermín con control de aforo a la entrada vigilado por voluntarios. No habrá procesiones.

La medida ha generado polémica en la ciudad a raíz de que el alcalde Enrique Maya aceptara la invitación del arzobispo de Pamplona para acudir a la misa del 7 de julio. Desde el principal partido de la oposición, EH Bildu, le han criticado que supone “mandar mensajes contradictorios a la ciudadanía” el acudir a un acto tradicional de San Fermín cuando está pidiendo a la gente que no lo haga. Maya ha respondido señalando que “de forma voluntaria cada uno puede acudir a las misas”. Ha señalado que “tampoco se van a paralizar del 6 al 14 otro tipo de actos que se pueden celebrar en la ciudad”. “El que quiera acudir, acudirá y el que no, no acudirá. El revuelo se ha montado porque son las misas, si nos hubieran invitado a otra cosa, seguramente no se hubiera dicho nada. Es una asistencia a titulo personal de los concejales que quieran acudir y es coherente con todo lo demás”, ha subrayado.