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El abogado de La Manada señala a la víctima: “No eran cinco lobos rodeando a una chica. Sólo tenía que decir no”

EUROPA PRESS

MADRID —

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“Simplemente tenía que decir que no. Claro que no es no. Pero para que sea no, hay que decir no. Intentar gestionar mínimamente una reacción negativa para que desde la otra parte se entienda claramente. Simplemente un gesto o manifestar que no de alguna manera. Nos resulta absolutamente increíble que se hable de gritos de dolor cuando la denunciante dijo que no sintió dolor. Los sonidos que se escuchan son gemidos y jadeos; extraer dolor de eso es un ejercicio inadmisible”, ha manifestado el abogado.

Martínez ha comenzado la defensa de su recurso de casación denunciado que sus clientes no han tenido “un jucio justo con todas las garantías” porque “la sociedad dictó sentencia” el 8 de julio de 2016, justo un día después de los hechos. “¿Se puede dictar una sentencia con esa presión? ¿Alguien ha pensado qué pasaría si esta Sala dictara una sentencia absolutoria?”, se ha preguntado, tras lo cual ha pedido a los cinco magistrados del tribunal “una resolución justa por más que pueda considerarse por la opinión pública que no es así”.

Y a continuación, el letrado ha pasado a cuestionar el relato de hechos de la sentencia de la Audiencia Provincial de Pamplona que después fue ratificado por el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN), desde el momento en que la víctima conoció a los acusados en la calle hasta que todos abandonaron el habitáculo en el que ocurrieron los hechos.

MOMENTOS ANTERIORES

A diferencia de la fiscal, Martínez sí cree que los momentos anteriores a que los acusados y la víctima entraron en el portal tienen trascendencia para emitir sentencia, pero en todo momento ha cuestionado la actitud que, según él, tuvo la víctima. Así, se ha preguntado por qué les acompañó, por qué esperó en la puerta del hotel donde entraron a preguntar si tenían habitaciones libres y después junto al portal en el que posteriormente ocurrió todo.

Durante ese camino, el abogado ha dicho que la víctima “encabezaba el grupo”, ya que iba delante acompañada de dos de los acusados, mientras que los otros tres les seguían detrás, por lo que, recordando el nombre de 'La Manada' con el que se les ha conocido, ha sentenciado que “esto no eran cinco lobos que iban rodeando a una chica”.

También ha cuestionado que la víctima besara en la calle a uno de los acusados y que no le sorprendiera que uno de ellos sujetara la puerta del portal para entrar en él. “No le sorprendió porque estaban todos esperando a encontrar un sitio para mantener relaciones sexuales”, ha afirmado.

MANTUVO SILENCIO

Para el letrado, el relato de hechos de la sentencia sobre lo ocurrido en el portal tampoco “en nada coincide con la realidad de los hechos probados”, ya que, en su opinión, la víctima no entró forzada y en todo momento “mantuvo silencio”. “Podía haber dicho '¿qué hacemos aquí?'. La reacción lógica. Y no, mantuvo el silencio. Ella no debía sentir ningún miedo o intimidación. Además, había otra escalera que no le impedía salir corriendo”, ha resumido.

Y sobre el acto sexual en sí, Martínez cree que no se produjo “ninguno de los elementos de agresión ni de abuso”, y para justificar esta afirmación ha recordado que uno de los magistrados de la Audiencia Provincial de Pamplona le preguntó a la víctima “qué manifestación hizo” para que los acusados “supieran que estaba en situación de shock”. “Ella contestó: 'yo cerré los ojos y no hice nada'”, ha recordado.

En su opinión, este es el “nudo gordiano de este procedimiento”, ya que con esto la propia víctima reconoció que el hecho de que ella cerrara los ojos lo pudieron interpretar los acusados “como que quería o como que no quería”. Para el letrado, “manifestar la oposición y la negativa exige que quede mínimamente claro que no se quieren mantener esas relaciones”.

Por todo ello, Martínez cree que los hechos probados de la sentencia deben ser revocados y se ha mostrado más de acuerdo con el relato del “magistrado disidente” de la Audiencia Provincial, Ricardo González, que abogaba por la absolución.