Supersubmarina vuelve al festival Tres Sesenta. El quinteto de Baeza (Jaén), que actuó en 2012 en la primera edición del festival, regresa a Pamplona con su estilo alternativo, aunque más rockero y luminoso tras la publicación de su tercer LP, Viento de cara (2014), que hace referencia a una recuperación sentimental, a la situación del grupo y, algo, a la situación del país, una lectura política que nunca han evitado. Se ha hablado de esta nueva entrega como, prácticamente, su disco de madurez y uno de sus integrantes, el guitarrista Jaime Gandía, no desdeña esa palabra. Aunque, eso sí, asegura que siempre estarán dispuestos a seguir evolucionando.
Vuelven de nuevo a Pamplona, al festival Tres Sesenta.
Nos hace bastante ilusión volver, y tenemos muy buenos recuerdos porque coincidimos con bandas de las que somos amigos y nos sorprendió el escenario. Me gustó mucho La Ciudadela. Y es de alabar que se apueste por la cultura y que se intente sacar adelante esta iniciativa; al final, para la gente es un momento de evasión de lo que pasa cada día.
¿Supersubmarina es un grupo festivalero?
No es que seamos festivaleros; tenemos nuestra gira y, en verano, coincide con este tipo de eventos. Además, parece que de nuevo hay un auge de los festivales y también de los grupos alternativos, que tocan algo distinto de lo que se suele escuchar en la radio.
Si el objetivo de ser un grupo alternativo es ser diferente, ¿qué os parecen que se os compare con Vetusta Morla o Lori Meyers?
Las comparaciones son comprensibles. Somos grupos que estamos en la misma onda y hemos llegado hasta aquí porque nos lo hemos ganado, trabajando desde abajo.
Ser alternativo, entonces, ¿es algo que alguien decide desde fuera del grupo, porque no suena habitualmente en las radio fórmulas?
Es una forma de hacer las cosas: hacer la música en la que crees y pretender llegar a la gente ganándotela concierto tras concierto, no porque suenes en una serie de televisión o 2.000 veces en una radio. Nosotros nos ganamos a la gente desde abajo, desde las alcantarillas.
Desde Supersubmarina siempre habéis destacado que no habéis parado de dar conciertos. ¿Cuál es la clave del éxito, teniendo en cuenta las dificultades del panorama musical actual?
La verdad es que es difícil, y hay que tener un punto de suerte, que a la gente le guste la música que haces, pero también hay un punto de ganas, de calentarte la cabeza y de ir a sitios una y otra vez. Primero habrá veinte personas, luego 40 y la siguiente igual vez igual hay 150 o 500 personas. Quienes tenemos la suerte de vivir de esto hemos apostado por esto. Hay que confiar en uno mismo.
Se ha hablado de vuestro último disco, Viento de cara, como un proyecto maduro. ¿Lo siente así?Viento de cara
Hemos grabado tres discos y estamos en un punto de cierta madurez, aunque quede mucho camino por recorrer. No nos gustaría quedar estancados, siempre queremos dar una vuelta de tuerca más a las cosas que hacemos. Tampoco es que vayamos a hacer hip hop, pero queremos seguir evolucionando y adaptándonos.
Santacruz, su anterior entrega, fue más oscura y Viento de cara parece más positivo. ¿Qué ha cambiado? ¿Se han cansado de ser oscuros?SantacruzViento de cara
Tiene que ver con situaciones distintas a la hora de componer. Santacruz surgió de una ruptura sentimental y Viento de cara es todo lo contrario, como esa luz al final del túnel. No es que nos hayamos cansado, pero queríamos un contrapunto a lo que fue Santacruz.
¿No tiene nada que ver, entonces, con la situación del país?
A nosotros, desde Electroviral [su primer disco, en 2010] siempre nos ha gustado tratar la temática social y la situación actual es bastante desagradable. Y nosotros tenemos la suerte de hacernos oír.
Habéis hablado de vuestra sintonía con las reivindicaciones del 15M. ¿Está satisfecho, entonces, con los resultados electorales?
Vivimos rodeados de familiares y amigos que viven esta situación. Nosotros también estamos indignados: hay gente que no puede encontrar trabajo y, si lo hace, es precario o en unas condiciones lamentables. El movimiento del 15M, además, se ha transformado en lo que tenía que transformarse: solo a través de los partidos políticos, de una forma civilizada, puede intentarse cambiar los cosas.
Hablabas de la situación difícil, y antes has mencionado que sois unos privilegiados por vivir de la música. Siempre se ha dicho eso, pero ¿es ahora cuando es una realidad?
Siempre se ha dicho, pero nosotros sabemos que tenemos suerte por poder ganarnos la vida con esto. Hay muchísimos grandes músicos que no la tienen. Por eso estamos agradecidos de poder vivir de algo que nos gusta.