“Una masacre” en la que “no hay posibilidad de refugio” para la población civil. Así ve Xabier Aguirregabiria lo que, en la actualidad, ocurre en la franja de Gaza. Este psicólogo es el responsable (desde 2007) en Euskadi y Navarra de la ONG Sodepaz, que, además de proyectos de cooperación internacional (en zonas como Palestina, Cuba, Bolivia o El Salvador), también organiza viajes solidarios con asociaciones locales a estas zonas. En Euskadi y Navarra detecta una sensibilización especial sobre estos temas y, de hecho, lo habitual es programar a lo largo del año los desplazamientos de unas cien personas a estos puntos. Ahora, ultima los preparativos de la segunda edición de un Curso de Verano en la Universidad Pública de Navarra que lleva el título ‘Palestina/Israel, buscando caminos para una paz con justicia’.
¿Cómo surge para Sodepaz la posibilidad de organizar viajes a zonas como Palestina?
Sodepaz es una ONG con dos vertientes: la de los proyecto de cooperación internacional al desarrollo y la de la sensibilización pública sobre lo que ocurre en estos territorios. Los viajes unen estos dos ámbitos. Porque se trata de desplazar a gente interesada en conocer los proyectos que desarrollamos y también es una forma de concienciación. Al final se trata de una forma de viajar diferente, con una parte política, solidaria, ideológica, muy clara. Y con el objetivo de que ese dinero se abone a organizaciones locales [el coste de un viaje a Palestina, durante dos semanas, rondaba los 1.200 euros; y habitualmente tenía lugar en los meses de verano, sobre todo en agosto] y no acabe en manos de las grandes empresas turísticas.
¿Nota concienciación sobre lo que ocurre en Gaza en Euskadi y Navarra?
El movimiento solidario está bastante arraigado en Navarra y Euskadi, así que aquí esta situación se está viviendo con tensión e indignación, hay muchas movilizaciones en todos los territorios, y siempre son muy numerosas. En ellas se mezcla el sentimiento de rabia por lo que estamos viendo, porque parece que nadie quiere hacer nada efectivo por parar esta masacre, con la sensación de que esta es otra oportunidad para lanzar un mensaje solidaridad con el pueblo palestino. Las imágenes son bastantes claras.
¿Cómo describiría lo que está ocurriendo?
Lamentablemente lo que está ocurriendo se anticipó antes con una campaña feroz con más de 1.000 detenciones sin pruebas ni juicio, en zonas como la franja de Gaza, Cisjordania o Israel este. El ambiente ya estaba alterado, pero ahora se ha culminado con una masacre, porque lo consideramos así, contra la población civil de Gaza. En este caso, además, hay que destacar que este es uno de los pocos conflictos armados en los que a la población civil no se le permite escapar a un lugar seguro. Hay que recordar que la franja de Gaza es uno de los territorios más densamente poblados, con 1,8 millones de personas en 365 kilómetros cuadrados y donde más del 60% de la población son menores de edad. Y se está bombardeando solo con el pretexto de acabar con los túneles, con un resultado devastador: más de 1.800 muertos y 9.000 heridos, así como la destrucción de infraestructuras como mezquitas, la estación eléctrica, escuelas, pequeñas reservas de agua… Realmente lo que se ha conseguido este último ataque es dejar la franja en un estado de inhabitabilidad.
¿Y a dónde acuden a refugiarse?
Algo de lo que no se suele hablar es de que hay más de 250.000 personas desplazadas de sus hogares. Y no hay un refugio seguro. La gente no tiene dónde huir.
Antes ha hablado de que las imágenes son claras. Sin embargo, desde la embajada de Israel se ha cuestionado la imagen que se está dando del conflicto. Y, por ejemplo, criticó la cobertura de la corresponsal de TVE Yolanda Álvarez.
Es habitual que la embajada de Israel esté muy al tanto de todo lo que se publica. No deja de ser escandaloso, pero no del todo raro. La embajada de Israel tiene un mecanismo muy amplio de registro de todo lo que se habla de Israel y Palestina. Siempre hay presiones, nosotros también las hemos sufrido.
¿Por la organización del Curso de Verano en la UPNA?
Sí, el año pasado celebramos primera edición, y se envió un comunicado a la universidad en el que cuestionaba el enfoque de las jornadas. Eso sin haber asistido. Hablaba de que venía sesgado, cuando el curso en realidad está centrado en el derecho internacional, y también acudía una experta judía-israelí, profesores de diferentes universidades… Pero intentaron presionar para que se cancelara.
Sin embargo, este 3 de septiembre empieza una nueva edición. ¿La intención es que continúe?
Este año el título es ‘Palestina/Israel, buscando caminos para una paz con justicia’. Es un curso abierto a cualquier persona, pero sobre todo va dirigido a alumnado universitario y personas de movimientos sociales. Empieza el 3 de septiembre y tendremos a una persona mujer palestina directora de una de las mayores ONG que llevan presos políticos palestinos y a un judío israelí en una ONG israelí… Y sí, nuestro interés es que el curso mantenga, aunque línea de financiación cada vez es más difícil por los recortes.
¿Augura que, para cuando empiece el curso, puede haber mejores noticias desde Gaza? No parece que los altos el fuego estén funcionando.
El alto el fuego lo decide solo Israel. Esto no es un conflicto entre dos partes, sino que hablamos de una población militarmente ocupada y una entidad ocupante. Hamas no quiere un alto el fuego sin más, sino poner fin al bloqueo, desarrollar sus propias infraestructuras. Hay condiciones que Israel tiene que decidir si las cumple o no. Y, como eso no va ocurrir, volverán a asesinar palestinos, la resistencia volverá a lanzar cohetes, y ocurrirá siempre la misma espiral de violencia.
¿Y cuándo terminará?
Hasta que no aplique el derecho internacional, hasta que no se cumplan las resoluciones de Naciones Unidas o Estados Unidos le retire su apoyo, Israel seguirá expandiéndose. Auguro años y años de conflicto, matanzas y mascares hasta que la comunidad internacional no se decida a aplicar el derecho internacional. Hasta que Israel no pague un precio, nunca parará la espiral.