El 'buen' dato de pobreza en Navarra y el riesgo de caer en la “autocomplacencia”
Un 11,9% de la población navarra está en riesgo de pobreza, según la Encuesta de Condiciones de Vida realizada por el Instituto Nacional de Estadística. Esa cifra sitúa a la Comunidad Foral como la segunda región con mejores datos en ese sentido de España, solo por detrás de Euskadi, donde la tasa es del 10,2%. La medida nacional se sitúa en el 22,2%, y zonas como Andalucía y Murcia alcanzan el 33,3% y 37,2%, respectivamente. La cifra más alta se da en Ceuta: un 44,3%. Desde ciertos colectivos sociales en Navarra alertan, sin embargo, y con cierta indignación, del peligro de que las instituciones o la propia ciudadanía se sientan aliviadas porque en Navarra la situación es mejor que en otras comunidades. “Podemos estar mejor que otras zonas, eso es cierto, pero eso no quiere decir que quien lo está pasando mal no sea preocupante”, apunta Lidia Almirantearena, presidenta de la Red de lucha contra la pobreza en Navarra.
“No deberíamos compararnos solo con otras comunidades españolas, sino con otras europeas que tienen un nivel de renta similar a Navarra o con nosotros mismos hace unos años”, apunta Almirantearena. Por su parte, Ana Fernández, integrante de la plataforma de la Renta Básica comparte esa opinión: “¿Para qué sirve decir que estamos mejor que en otras zonas cuando hay gente que lo está pasando mal? Los problemas están ahí y hay que resolverlos”.
La preocupación de estos colectivos es que las conclusiones de este tipo de estudios rebajen el nivel de alerta. El consejero navarro de Políticas Sociales, Iñigo Alli, ha recordado en diversos debates parlamentarios que, según la tasa AROPE sobre pobreza y exclusión social, que combina la pobreza (considerada como un ingreso un 60% inferior a la media nacional), la carencia material severa y la baja intensidad en el empleo, Navarra está entre las tasas de pobreza severa más bajas de Europa (en marzo de este año, se habló de un 0,6%).
Frente a estas cifras, colectivos como la plataforma o la Red de lucha contra la pobreza defienden que se complementen con las conclusiones ofrecidas por el último estudio de la cátedra de investigación CIPARAIIS de la Universidad Pública de Navarra (la red colabora con esta investigación), que en marzo de 2015 anunció que, en Navarra, alrededor de 30.000 personas se encuentran en situación de pobreza severa. En noviembre de 2014, en un estudio para Cáritas, se situó esa cifra en torno a las 20.000.
Miguel Laparra, doctor en Sociología y responsable de la mencionada cátedra, insiste en la necesidad de evitar una guerra de cifras (las conclusiones de este estudio, por cierto, fueron cuestionadas por el consejero) sobre la situación de la pobreza en Navarra. No obstante, también subraya la necesidad de manejar más datos: y, en concreto, defiende la necesidad no solo de comparar las cifras teniendo en cuenta la media nacional de ingresos, sino la de cada comunidad. Porque “lo normal es que en comunidades como el País Vasco o en Navarra, con un mayor nivel general de riqueza, presenten las menores tasas”, como ha ocurrido con el último informe del INE.
Este nuevo documento ha trascendido también por concluir que un 35,4% de los menores de 16 años se encuentra en riesgo de pobreza o en exclusión. El propio Laparra participó recientemente en un estudio para el Ayuntamiento de Pamplona en el que recordaba que la pobreza consistente en Navarra, que mezcla privación de bienes e ingresos bajos, afecta a un 9,3% de la población infantil de la capital navarra.
Unas diferencias no tan alejadas
Para Laparra, los nuevos datos anunciados sobre la tasa de pobreza representan, únicamente, “una parte de la realidad”. Para este experto, resulta incuestionable que la situación en Navarra es mejor que en otras autonomías; no obstante, defiende que si se comparan los datos de pobreza con la media de ingresos en Navarra (y no con la estatal), las diferencias “serían más pequeñas” con las presentes en otras comunidades. Por ello, además de esos datos, este investigador insiste en la necesidad de tener en cuenta, en primer lugar, que en Navarra “los precios también son distintos, y más elevados que en esas otras zonas” y, por otro, el diferente modo de vida de cada área.
Tanto Laparra como los colectivos sociales insisten en estas apreciaciones porque, como apunta el profesor de la UPNA, de lo contrario la Comunidad Foral podría caer en la “autocomplacencia”, en lugar de mirarse a sí misma y a sus situaciones de necesidad.