Oihan Arnanz, Jokin Unamuno y Adur Ramírez de Alda, tres de los ocho jóvenes de Alsasua condenados por agredir a dos guardias civiles y sus parejas en una pelea en el bar Koxka en octubre de 2016, han sido informados este jueves de que a partir de mañana viernes pasan a estar clasificados dentro del tercer grado penitenciario, según ha informado la Asociación de madres y padres de los condenados Altsausu Gurasoak.
Se trata de los tres que habían recibido las penas más altas de los siete que llegaron a entrar en prisión, ya que Aianara Urquijo, que fue condenada por el Tribunal Supremo a un año y seis meses de prisión por delitos de desórdenes públicos y amenazas, no llegó a entrar en la cárcel. Los tres, que se encuentran en la prisión alavesa de Zaballa, han sido notificados de ejecución de esta progresión de grado, que supone la semilibertad de un recluso y es el paso previo a la libertad.
Los tres, que el pasado mes de junio cumplieron 1.300 en prisión tal y como recordó la propia asociación de familiares, pasan a estar en la misma situación que Iñaki Abad y Aratz Urrizola, los dos que recibieron las penas más bajas de los que entraron en la cárcel, y a los que se les concedió el tercer grado en diciembre. Todavía continúan en segundo grado los otros dos jóvenes que entraron en prisión por la agresión, Jon Ander Cob y Julen Goicoechea, a los que el alto tribunal condenó a siete años y medio de prisión para cada uno por un delito de atentado a agentes de la autoridad y tres delitos de lesiones con la agravante de abuso de superioridad.
Penas rebajadas por el Supremo
Los ocho condenados por la agresión a los guardias civiles en octubre de 2016, fueron juzgados primero en la Audiencia Nacional, y posteriormente por el Tribunal Supremo, que rebajó de forma considerable las penas impuestas por la Audiencia Nacional al suprimir la agravante de discriminación en su actuación y la agravante de abuso de superioridad en el caso del delito de atentado, que se mantiene en los delitos de lesiones.
Oihan Arnanz, fue quien recibió la pena más alta, nueve años y medio de prisión por un delito de atentado a agentes de la autoridad en concurso ideal con un delito de lesiones (dos años y medio); tres delitos de lesiones con concurrencia de la agravante de abuso de superioridad (dos años por cada uno); y delito de desórdenes públicos (un año). La Sala de Apelación de la Audiencia Nacional le había condenado a trece años.
En el caso de Jokin Unamuno y Adur Ramírez de Alda, el alto tribunal les condenó a ocho años y medio de prisión para cada uno por un delito de atentado a agentes de la autoridad en concurso ideal con un delito de lesiones (dos años y medio); y tres delitos de lesiones con agravante de abuso de superioridad (dos años por cada uno). Ambos fueron condenados por la Audiencia a doce años de prisión.
Ahora, nueve meses después de esa sentencia del Supremo y más de 1.000 días después de que entraran en prisión en noviembre de 2016, los tres condenados con las penas más altas reciben el tercer grado. De los siete que entraron en la cárcel, solo dos continúan en segundo grado.