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“La ciudadanía le ha dicho al PSN: o cambiáis o no contéis con nosotros”

La renovación del PSN, en Navarra, pasa por la elección entre María Chivite y Amanda Acedo. Esta última, exparlamentaria socialista en la Comunidad Foral, representa a la lista del sector más crítico del partido, un grupo que apuesta por una renovación del programa, una cercanía a las bases y por dejar a un lado los posibles pactos en minoría con UPN. Acedo, que este viernes presentará oficialmente su candidatura en el Instituto Navarro Villoslada de Pamplona, ya le disputó la secretaría general a Roberto Jiménez en 2008; desde entonces, asegura, “han cambiado muchas cosas”. Para empezar, que el PSN tocó fondo en las pasadas elecciones europeas.

¿Qué representa su candidatura frente a la de María Chivite para liderar el PSN?

Nosotros somos un grupo de afiliados y simpatizantes que llevamos ocho años trabajando por un programa y unas líneas diferentes a las de la dirección que ha salido elegida. Y el tiempo ha venido diciendo, año tras año, consulta electoral tras consulta electoral, que la dirección ha cosechado los peores resultados en la historia del partido hasta llegar a las pasadas elecciones europeas. Con esa debacle, nosotros creíamos que la dirección plantearía un debate con las bases para ver cómo recomponíamos el partido y recuperábamos la credibilidad perdida, que se ha hecho añicos fundamente en los últimos tres ejercicios… pero no fue así. Y, por ello, empezamos a trabajar con las bases para ver qué nos decían y de ahí salió esta candidatura.

¿Cuáles son las líneas clave en las que el PSN debería cambiar?

Hay que recomponer nuestra ideología socialista, porque se ha desdibujado. Ha habido pactos, vaivenes, sobre todo a raíz del co-gobierno de UPN, y parecía que los mismos principios valían para gobernar con UPN o para pactar una moción de censura con los nacionalistas. Eso es tal error y tal tamaño de incoherencia que se resume en una frase: hacemos justo lo contrario de lo que decimos. Dijimos que no gobernaríamos con UPN, y nos ponemos a gobernar con ellos; dijimos que con Bildu ni a heredar, y luego resulta que íbamos a hacer una moción que dependía del apoyo de Bildu. Y eso los ciudadanos lo han castigado, claro está.

¿Los ciudadanos que votaron al PSN se han sentido traicionados?

Hay ciudadanía que se ha ido a otras posiciones, y que creo que aún nos puede abandonar más. Así que, más que traicionados, yo creo que nos han dicho: o cambiáis y hacéis que la ideología socialista esté muy clara, o no contéis con nosotros. Pero sí creo que se puede recuperar al votante socialista.

¿UPN puede ser un socio del PSN o, de entrada, esa opción debería estar descartada por ese contraste ideológico?

Nosotros ya nos posicionamos en contra del co-gobierno, pero no porque no se puedan pactar políticas con unos grupos o con otros, sino porque creemos que el PSN debería liderar la oposición o liderar el gobierno. Lo que no podemos ser es ni una cosa ni otra. Porque UPN ha liderado el gobierno y se ha comido a quien gobernaba con él. Pero pactaremos, evidentemente, con aquel en el que encontremos que nuestro programa puede salir adelante, y cuando nuestra política se reconozca claramente: hablamos de igualdad de oportunidades, de justicia, de nuestros principios básicos.

¿Diría que el tiempo ha dado la razón al sector más crítico del PSN?

No lo sé, lo que los ciudadanos han hecho ha sido votar. Y ojalá no hubiera sido necesario tanto tiempo para que escucháramos a la ciudadanía. Si le hablamos como si no entendiera, nos abandona y busca otras opciones. Por eso hay que aprender, reconocer errores y hacer una autocrítica completa, descarnada. Y, a partir de ahí, podremos hacer algo que sea creíble.

¿Sin la irrupción de Podemos habría sido posible este tipo de Primarias o hablar de regeneración?

Hombre, en el Partido Socialista en todo el país y en Navarra llevamos ya mucho tiempo pidiendo unas Primarias abiertas o con ‘un afiliado, un voto’.

Usted compitió con Roberto Jiménez en 2008. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

Han cambiado muchas cosas. En 2008, Roberto Jiménez no había tenido una dirección tan clara en las decisiones del partido; pero, ahora, ha habido un descalabro electoral del que se puede responsabilizar a los dirigentes. Y por eso en el partido debe haber una oportunidad de regeneración, y eso pasa por un cambio en la dirección.

¿María Chivite no representa esa regeneración?

Hay dos candidaturas: una que surge de las bases, de abajo hacia arriba, porque a mí me lo han propuesto mis compañeros; y otra que surge de arriba hacia abajo, que la determina la dirección. Y detrás de esa candidatura de la dirección están quienes han asumido responsabilidades durante todos estos años. Por tanto, esa regeneración o cambio propuestos desde quienes nos han llevado al fracaso es difícilmente entendible. Para nosotros, la regeneración es una redefinición ideológica y un cambio de equipo.

Ve, entonces, a María Chivite como un cambio de cara pero no de programa.

(Piensa unos segundos la respuesta). Me gustaría debatir los planteamientos de programa de cada candidatura [este martes, la candidatura de Chivite anunció precisamente la solicitud de un debate entre las candidaturas]. Pero esto no es una cuestión de personalismos. Yo he compartido Parlamento con María y me parece una persona excelente, así que esto no es ninguna crítica personal, pero sí creo que, políticamente, hay dos modelos diferentes.

Es indudable que la candidatura de Chivite ha recibido un espaldarazo de Madrid al ser nombrada portavoz en el Senado.

Ella ha dicho que no, que lo entendía como un apoyo al PSN, y yo la creo totalmente. Espero que ese nombramiento ayude a mejorar las relaciones entre Madrid y Navarra, algo que, francamente, nos hace falta, porque ha habido muchos desencuentros. Espero que la federación navarra tenga, dentro del PSOE, el peso que merece.

¿El PSOE, desde Madrid, debería entender por los resultados electorales que no se puede usar a Navarra para negociaciones más amplias?

Sabemos que formamos parte de un partido que depende de Madrid y lo importante es tener una mejor relación y un respeto mutuo. Si el PSOE se hace más participativo, y hay ‘un afiliado, un voto’, este tipo de decisiones no se volverán a dar. Los navarros tenemos que decidir para Navarra, y eso no es incompatible con las decisiones nacionales.