El Juzgado de Primera Instancia nº 7 de Pamplona sentenció el pasado 19 de diciembre de 2014, aunque la decisión se ha conocido esta semana, que una cláusula suelo de una hipoteca era “abusiva” y, por ello, condenó a Caja España no solo a eliminar esa cláusula, sino también a devolver los importes cobrados desde 2009 a la demandante y a acarrear con las costas del juicio. Esta decisión, contra la que cabe interponer recurso de apelación, es un paso más en la batalla iniciada por las personas que firmaron unas condiciones en sus hipotecas que, según aseguran asociaciones de consumidores como Irache, benefician claramente a las entidades financieras, les aseguraban sus ingresos y, además, lo hacían sin que muchos de quienes debían pagarlo supieran que lo estaban haciendo.
Pero, ¿se puede hablar de la cláusula suelo en pasado? ¿Cuántas personas pueden haberse visto afectadas por estas condiciones en sus hipotecas? El representante de Consumidores Irache Alberto Lazcoz da un consejo básico: lo mejor es que revise su hipoteca. Una encuesta realizada por la firma CIES para la asociación en marzo de 2014 determinó que, tras consultar a 400 personas, el 22% afirmó haber firmado en los últimos diez años una hipoteca con una cláusula suelo, y un 49% aseguró no tener esa cláusula. Pero el dato que preocupa al colectivo es el 29% que respondió No sabe si la tiene. En torno a la mitad de ellos eran personas mayores.
¿Qué es una cláusula suelo? Lazcoz explica que se trata de un límite al interés variable de la hipoteca y que afecta a la cuota que se abona por ella. Normalmente, se trata de un suelo, un límite por lo bajo, que quien firma la hipoteca debe asumir en caso de que el interés ordinario, habitualmente el tipo del Euríbor más un diferencial (un tanto por cierto), cayera por debajo. Además, solía tener asociado un techo, otro límite por lo alto que si se superaba beneficiaba al firmante, pero que raramente se alcanzaba. En el caso analizado en el Juzgado de Primera Instancia de Pamplona era, por ejemplo, un suelo del 3% (luego se redujo al 2,5%) y un techo del 12%.
De ahí la justificación de que esa cláusula era “abusiva”. La clave, para Lazcoz, es que en muchas ocasiones quienes firmaban no sabían en qué consistían esas condiciones. De hecho, en varias sentencias del Tribunal Supremo en torno a las cláusulas suelo, esta circunstancia ha marcado la diferencia, al declarar nulas estas condiciones por falta de “transparencia”.
Alrededor de 1.000 reclamaciones
Preguntados por esta presunta falta de aclaraciones, desde la Federación de Servicios del sindicato CC OO, que representa a empleados y empleadas (entre otros) del sector financiero, defienden la “profesionalidad” de los trabajadores al explicar estas cláusulas, que se generalizaron porque, en su opinión, conllevaban unas condiciones atractivas para quienes la firmaban al poner un suelo pero también un techo, con respecto a otros sistemas como los tipos de interés fijos o variables (el más habitual suele depender del Euríbor). No obstante, también reconocen que, si finalmente los tribunales dan la razón a consumidores y consumidoras, lo valorararán de forma positiva porque “estamos de acuerdo sin consideran que fue un abuso”. Otra cuestión, afirman, es que estas reclamaciones también pongan en duda el sistema de estos procedimientos, como la firma ante Notarías.
Consumidores Irache, por su parte, ha recibido desde alrededor de 2010 unos 1.000 casos vinculados a cláusulas suelo, y correspondientes a más de seis entidades financieras diferentes. Recientemente, por ejemplo, anunció el acuerdo alcanzado precisamente con Caja España para que eliminara la cláusula suelo a 26 de sus asociados (supone que, en general, desde enero dejan de pagar unos 150 euros al mes por su hipoteca), un pacto alcanzado poco antes de llegar a juicio y de que el juez admitiera a trámite la denuncia de la asociación. En otros casos, sin embargo, Lazcoz augura que “van a caer demandas”, algo que asegura que la batalla por las cláusulas suelo sigue adelante.