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“Han destrozado Osasuna”

Osasuna juega un partido que no puede ganar. Las dudas en torno a los equipos directivos se han trasladado a los Juzgados y ahí, pase lo que pase, las peñas creen que está claro quién pierde: la imagen del club rojillo. Desde las peñas, y cabe recordar que Osasuna no es una sociedad anónima deportiva y por tanto la propiedad recae en sus socios, afrontan con una doble sensación los últimos acontecimientos en torno al club, como la detención (y posterior declaración ante el juez) de sus expresidentes Miguel Archanco y Patxi Izco. La primera, que las acusaciones confirmarían presuntamente lo que entre los seguidores eran rumores que no sabían si creer o no, y la segunda, que Osasuna, y ahí cargan contra la Liga de Fútbol Profesional, se ha convertido en “un chivo espiatorio” para “dar ejemplo”. En cualquier caso, los focos están ahora puestos sobre la entidad de El Sadar, y lo que están sacando a la luz no deja a ningún socio ni socia indiferente.

“Han destrozado el club. Ya poca solución queda para Osasuna”, cuenta Asier Urra, integrante de una de las pequeñas asociaciones de aficionados de Osasuna, con ocho miembros, Irrintzi Gorriak. La indignación, en cambio, es gigante. “La imagen del club ha quedado dañada, y de esto es difícil recuperarse, a donde quieras que vayas te pueden llamar tramposo. Somos un club humilde, hemos aguantado mucho, y no tenemos la culpa de esto”, apunta. Son cuestiones obvias, pero que ahora suenan a reivindicación. “Yo soy partidario de que se depuren responsabilidades, caiga quien caiga”, apunta Benjamín Rekarte, socio desde hace 25 años e integrante de la peña 9 de julio. “En lo deportivo estamos donde estamos, en lo económico también, y solo nos quedaba la imagen. Así que más bajo ya no se puede caer”.

De ahí que muchas peñas insistan en que es necesario “limpiar el club, volver a tiempos pasados”. Así lo apunta Txus Marcos González, de la peña Antsoaingo Talde Gorriak, y presidente desde hace cuatro meses de la Federación de Peñas Osasunistas. Cabe recordar que su antecesor en el cargo, Germán Urabayen, fue destituido, según confirmó en enero la federación a través de un comunicado, por una apropiación indebida de fondos que, se estimó, rondaba los 12.000 euros. De ahí la insistencia en esa necesidad de limpieza.

Para el actual presidente de esta federación, las decisiones del juez vienen a confirmar, supuestamente, lo que muchos socios ya sentían pero no sabían si debían creer. Que algo “olía mal” en las actuaciones de las directivas de Archanco e Izco. Esas sospechas, que ahora debe aclarar la Justicia, se centran en la acumulación de deuda, los fichajes excesivos en un club tradicionalmente de cantera, los partidos a final de temporada que se ganaban porque el portero contrario supuestamente levantaba la mano en el momento clave, o aquellos a los que, de forma puntual y presuntamente, se viajaba sabiendo que el resultado estaba cerrado.

No obstante, ninguna de las peñas consultadas cree que la denuncia presentada por el actual presidente, Luis Sabalza, y que se pregunta qué pasó con alrededor de 2,41 millones extraídos de las cuentas del club y cuyo destino se desconoce (el juez amplió después la investigación a 3,76), fueran dedicados únicamente a la supuesta compra de partidos. Muchos temen que hubiera quien se lucró (y también es por ahora una suposición) a costa del club o a través de apuestas, y de ahí que animen a aclarar todas las cuentas. Porque entre la mayoría hay una duda clave: si todo se destinó a la compra partidos, qué mal lo hicieron para al final acabar en Segunda División.

La querella de la LFP, por su parte, y cuya investigación el titular del Juzgado de Instrucción nº 2 de Pamplona ha acumulado con la del movimiento de dinero, apuntaría a al menos veinte operaciones. Pocos socios se resisten a hablar de la otra parte, de quien pudo aceptar primas u otro tipo de pagos. “Osasuna parece una cabeza de turco. Es más fácil reprender a Osasuna para dar ejemplo que a otros equipos”, cuenta Francisco Moreno, socio desde hace 15 años y miembro de la peña osasunista El Castillo, de Marcilla, que llegó a tener 80 miembros y ahora se ha quedado prácticamente en familia. Desde la Liga de Fútbol no hacen declaraciones ante este caso, en el que el juez ha decretado el secreto de sumario.

“Que lo paguen”

“Lo que más rabia te da es que esto lo puedes pensar de un club más grande, pero en uno pequeñito como Osasuna… Tras todo lo mal que lo pasamos con el descenso, la venta de jugadores, el problema para salvar la deuda, ahora resulta que supuestamente se ventilaron dinero. Que lo paguen, pero que lo paguen ellos”, apunta Moisés Nagore, exsocio, residente en Barcelona e integrante de la peña osasunista Marea Rojilla. Nagore hace referencia precisamente al plan aprobado por el Parlamento de Navarra para refinanciar la deuda del club, y que ha hecho que instalaciones como El Sadar o Tajonar pasen a ser públicas pero utilizadas por Osasuna.

Junto a la indignación, la denuncia y el hartazgo, hay otra sensación que se repite entre las personas consultadas: la incógnita que se plantean es cómo va a afectar deportivamente esta polémica al club, y no solo sobre el campo. Cuestionan si hay posibilidades de perder puntos o la categoría, algo que, según se dijo en la Cadena Ser, el exgerente Ángel Vizcay podría haber descartado al declarar ante la LFP y confirmar los pagos. Vizcay ha sido uno de los detenidos este pasado jueves (y puesto en libertad con cargos el viernes), de ahí que las peñas se pregunten ahora cuál es el siguiente paso, tras las continuas sorpresas, y no precisamente positivas, que rodean a Osasuna.