La exhumación ahora, la financiación después. Egüés, y en concreto el concejo de Elía, acogen este sábado la posible exhumación de tres fusilados que se escaparon en 1938 del controvertido Fuerte de San Cristóbal. El Ayuntamiento del municipio navarro corre ahora con esos gastos, anticipándose al Gobierno Foral, sin descartar que después el Ejecutivo navarro, como recoge la Ley de Memoria Histórica, tenga que asumirlos. Se trata de una intervención, planeada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi con la colaboración de la asociación Txinparta, que recupera por primera vez restos de tres personas de la histórica fuga del fuerte, una huida tan masiva que muchos prisioneros fueron ajusticiados allí donde fueron interceptados, algo que dificulta ahora su localización.
Esta actuación fue aprobada por el Pleno del municipio el pasado mes de noviembre, y afecta a la parcela catastral 168 del polígono de Elía, en el Valle de Egüés. El Gobierno Foral dio luz verde después, el 15 de diciembre, a la intervención y, por fin, este día 3 está previsto que arranquen los trabajos. El sábado, sobre las 09:30 horas, empieza la prospección con máquina y, si se confirma la localización de los cadáveres, su exhumación podría realizarse “en solo un día”, según explica Koldo Pla, de la asociación Txinparta.
La actuación afecta a tres fugados del fuerte. En concreto, según se recoge en el proyecto de intervención, esta intervención sigue la pista de los testimonios de vecinos que sitúan el enterramiento a 145 metros de la carretera NA-2375, donde fueron fusilados los tres reos tras la fuga de la prisión del 22 de mayo de 1938. Fue ese día cuando se produjo la huida de 795 prisioneros y, de ellos, solo “tres o cuatro”, según se lee en el informe, lograron llegar a suelo francés. Algunos volvieron a la cárcel y otros, alrededor de 207, fueron ejecutados.
Esta nueva intervención pretende recuperar los restos de tres de ellos que, según los testimonios, aparecieron en la zona pidiendo pan a los vecinos, fueron apresados y, al parecer, fusilados a instancias de un pelotón de la Falange por los propios “matones” que los arrestaron, según ha relatado el Ayuntamiento de Egüés a través de un comunicado.
El cementerio de las botellas
Esta exhumación se produce en torno a un paraje, el fuerte de San Cristóbal, que ya ha sido objeto de varias actuaciones, puesto que en este entorno se localizó el llamado cementerio de las botellas, con 130 cadáveres, de donde ya se exhumó (con financiación del Gobierno central) a 45 personas enterradas entre los años 1942 y 1945, ya que la prisión, característica por el frío y sus malas condiciones, después se convirtió en un sanatorio al que destinaban a presos enfermos. Los vecinos de la cendea de Ansoáin criticaron entonces cómo el entierro de los prisioneros colapsaba sus cementerios, y por ello se creó este camposanto, ahora ubicado en terreno militar, a unos 200 metros del fuerte. Los cadáveres se enterraban con una botella entre las piernas en las que figuraba su nombre, la dirección y otros datos clave, aunque el agua acabó entrando en algunas de ellas y dañó la información. Ahora, muchos cadáveres siguen a la espera de que sus familiares puedan reclamarlos.
En el caso de esta intervención en Egüés, la financiación ha sido adelantada por el propio Consistorio y, según ha apuntado el alcalde, Alfonso Exteberria (Geroa Bai), después esperan solicitar ese importe al Gobierno Foral, que en principio a través de la Ley de Memoria Histórica debería costear estas actuaciones. No obstante, colectivos como la asociación de familiares de fusilados de Navarra, affna36, ya han denunciado que las partidas destinadas a la Memoria Histórica solo se han ejecutado a la mitad durante los últimos años. El coordinador de la entidad, Joseba Eceolaza, ha insistido en que las partidas destinadas a este fin logran resultados y, en su opinión, el caso de Egüés demuestra que cumplir estos compromisos es solo una cuestión de “voluntad política”. Egüés esta vez “se ha anticipado”, pero desde affna36 lamentan la “pasividad” de una institución como el Gobierno Foral que debería ser el referente en este tipo de exhumaciones.