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“Perro, vete al monte”, insulto habitual de los radicales de Alsasua a la Guardia Civil

N. Elia

La pareja de uno de los guardias civiles agredidos el pasado mes de octubre en Alsasua ha señalado a la juez de la Audiencia Nacional que investiga los hechos que ella y su familia han abandonado la localidad navarra por la “presión” que desde el “entorno abertzale” se ejerce contra ella a diario. La Cadena Ser ha tenido acceso a los testimonios que los dos agentes que resultaron agredidos y sus parejas han prestado ante la juez Carmen Lamela, que investiga los hechos por los que nueve personas han sido procesadas bajo la acusación de delitos de terrorismo y odio, entre otros.

La novia del teniente de la Guardia Civil que fue agredido ha explicado a la juez que ella y su familia han abandonado Alsasua por la “presión” que sigue ejerciendo contra ellos “el entorno radical de la izquierda abertzale”. Según el relato de esta mujer, sus padres han decidido cerrar el bar que regentaban en Alsasua después de que les colocaran en la puerta de acceso una pacarta con el lema “fuera de aquí”. También relata que les colocaron una pancarta similar en el domicilio familiar.

La mujer, nacida en Alsasua, señala que ella y su familia han salido de su localidad natal tras la agresión sufrida por su pareja y otro guardia civil. Además, ha expresado que a la agresión han seguido otras amenazas, y que había vecinos que le habían retirado el saludo desde el pasado mes de marzo, tras conocerse que formaba pareja con el citado teniente del Instituto Armado.

Por su parte, la pareja del sargento agredido, de nombre Pilar, relata que es “habitual” escuchar insultos y agresiones verbales en el pueblo, como “perro, vete al monte”. Un clima que convierte en calvario actos rutinarios como comprar el pan cada mañana, ha señalado esta mujer ante la juez de la AN. Su marido ha añadido en su testimonio que tuvieron que prescindir de su inscripción en un instituto de Formación Profesional por los insultos recibidos.

Este sargento ha explicado a la juez que, ante el constante “hostigamiento”, han optado “por dejar de ir a los bares” o hacer vida social, limitando su vida al cuartel de la Guardia Civil en la localidad. A modo de ejemplo, señala que otro agente fue amenazado en un gimnasio de Alsasua tras ser rodeado por el monitor y varios clientes del centro. “Hay que tener cuidado por dónde se va”, advierte este agente.

En su opinión, el pueblo de Alsasua está “dividido en dos” y esta situación supone un “riesgo” para quienes no forman parte del entorno abertzale“. Cita, a modo de ejemplo, que una persona ”escupió a la cara a la mujer de un compañero cuando recogía a los niños en el colegio“.