Juguetes y libros con una segunda vida

Se acerca ese momento del verano de hacer limpieza antes del colegio. Libros por estudiar, juguetes renovados y nuevos propósitos, que obligan a desahogar las estanterías de casa. Para evitar que esos objetos en buen estado acaben en la basura y para animar a los ciudadanos a darles una segunda vida, la asociación navarra Nueva Futuro, una ONGD especializada desde hace 40 años en labores con la infancia en situación de dificultad social, organiza durante las próximas semanas dos campañas: una de recogida de juguetes, que se desarrolla desde este 20 de agosto y hasta el 12 de septiembre en las sucursales de Caja Rural de Navarra, y otra de libros, que tendrá lugar del 25 al 30 de agosto en el hipermercado E. Leclerc. El dinero recaudado servirá para financiar proyectos de cooperación en Perú, Haití, y para dar soporte a jóvenes en situación de dificultad en Navarra.

“Las dos campañas suponen una oportunidad maravillosa para fomentar el reciclado”, explica la directora de la asociación navarra Nuevo Futuro, Elena Vizcay. Estas iniciativas, que en ambos casos suman ya cuatro y siete ediciones respectivamente con este modelo, impulsan esa idea de que lo que está en buen estado y sigue funcionando puede no servir a su dueño pero sí a otra persona. Y estos destinatarios cada vez superan más ese prejuicio de preferir los objetos a estrenar que los de segunda mano. Además, hay usuarios que incluso donan juguetes recién comprados y libros impolutos, que luego la asociación pone a la venta a precios “muy competitivos”.

El año pasado, por ejemplo, a través de la campaña de reciclaje de juguetes se recogieron, a través de las 140 oficinas de Caja Rural, un total de 15 palés de objetos. Algunos en muy buen estado y otros necesitaron un último retoque antes de ponerlos a la venta en el rastrillo, que por cierto el colectivo realizará este año (en su 20 aniversario) del 30 de octubre al 9 de noviembre en la antigua estación de autobuses de Pamplona. Con estos juguetes reciclados, se logró recaudar unos 4.000 euros. “Cualquiera que tiene niños pequeños sabe que, cuando crecen, el juguete puede no valerle a ellos, pero sí a otros”, explica Vizcay.

Con los libros ocurre algo parecido. Cada vez parece que tiene menos sentido, si no se van a releer, acumularlos en casa. Y, así, el año pasado lograron reunirse hasta 14.000 ejemplares. Y, entre las seis campañas ya realizadas, llegaron a los 30.000, según los datos aportados por la entidad a través de un comunicado. Un tesoro para quienes busquen títulos descatalogados o simplemente adquirir varios ejemplares por “unos pocos euros”, de nuevo a través del rastrillo de la asociación. Una razón más para comprar juguetes y literatura, para dar una nueva oportunidad a objetos descartados y para colaborar con causas solidarias.