“Quien llegue no lo va a tener fácil”. Desde el sindicato LAB, que en principio será el sindicato que presida la Comisión de Personal (el cargo es rotatorio) tras vencer en las pasadas elecciones sindicales, tienen claras qué prioridades debe afrontar el próximo consejero o consejera de Salud en Navarra. La adjudicación de las cocinas, la unificación de las Urgencias o la necesidad de personal son algunas de sus reivindicaciones y estas no dependen, insisten, de quién gobierne en el Ejecutivo Foral.
Las mejoras pendientes, de hecho, son las mismas que LAB utilizó durante la pasada campaña para las elecciones a la Administración Foral. Y muchas de ellas han encabezado las críticas de la plantilla durante la legislatura de Marta Vera. De seguir UPN al frente del departamento, desde LAB consideran que “tendríamos más caos, más carencia de personal y los mismos problemas”, así que, si finalmente cobra forma un gobierno de cambio, como aspira la candidata de Geroa Bai, Uxue Barkos, “lo que esperamos es que, al menos, se frene esta tendencia, que no es poco”.
¿Y cuáles son las prioridades que debería afrontar en materia sanitaria el próximo Gobierno Foral? Las cocinas unificadas (y subcontratadas) del Complejo Hospitalario de Navarra encabezan la lista. Diversas de las fuerzas que piden un cambio en Navarra, como Podemos o Izquierda-Ezkerra, apostaron durante la pasada campaña electoral por poner freno a las privatizaciones en Salud y, en concreto, por recuperar el servicio de cocinas. Geroa Bai, en este sentido, se mostró interesado en un cambio, pero se preguntó cuánto podría costar poner punto final a una adjudicación que se realizó en julio de 2012 a la empresa Mediterránea de Catering por cuatro años y un importe de 22,8 millones de euros (IVA excluido).
Desde LAB, por su parte, ya han denunciado con anterioridad que se ha perdido vigilancia de la calidad alimentaria por parte del personal dietista y nutricionista. Por ello, consideran que un aumento de los controles de la calidad de las comidas permitiría confirmar que la empresa “incumple varias de las condiciones de ese contrato”; todo depende de que se quiera abrir “la caja de Pandora”, apuntan, y cuidar de un servicio que consideran esencial para los y las pacientes y para la calidad asistencial. El Gobierno Foral ya ha multado en diversas ocasiones a Mediterránea de Cátering por, por ejemplo, errores y retrasos en los menús, pero desde la Comisión de Personal lamentaron que esas medidas punitivas se han quedado muy cortas.
Otro de los proyectos que, según el sindicato abertzale, habría que repensar es la unificación de los laboratorios. En primer lugar, parando definitivamente el proyecto para desviar las analíticas que ahora se realizan en el Hospital Reina Sofía de Tudela a Pamplona, una apuesta que generó dudas entre la oposición y críticas por parte de la plataforma Ribera en Defensa de la Sanidad Pública. Vera, en cualquier caso, alegó que la demora se debía en un problema en la llegada de una máquina. Para LAB, aumentar la carga de trabajo del laboratorio unificado, el conocido como LUNA, solo empeoraría un proyecto que, según denuncian, no funciona. Por los fallos en la cadena, la pérdida de muestras o el aumento de los tiempos de espera, según denunciaron representantes de la plantilla ante el Parlamento.
Entre esas medidas que habría que repensar, también se apunta a las nuevas Urgencias unificadas. Fuentes del personal han denunciado, con insistencia, que hubo falta de planificación en la puesta en marcha del servicio, que faltan manos y material básico, y que se ha generado estrés entre la plantilla. Desde LAB se preguntan por qué, pese a la unificación, no se pueden mantener en servicio las antiguas Urgencias de Virgen del Camino, ahora destinadas a pacientes crónicos.
A vueltas con la OPE
La falta de personal, y la necesidad de actualizar la Oferta Pública de Empleo, ha sido otra de las cuestiones más expuestas por los sindicatos. UPN anunció a apenas cuatro meses de las elecciones que retomaría esa oferta de empleo público, una decisión que atribuyó a que ahora el Gobierno central había cambiado las restricciones al empleo público. Los sindicatos, por su parte, lo pusieron como ejemplo de que sus reivindicaciones eran ciertas: se calcula que en los últimos cuatro años se han perdido 800 puestos y, por tanto, plantean la necesidad de ofertar alrededor de 1.000.
Sea como fuere, LAB va más allá, y defiende que es necesario replantearse la estructura asistencial. No se trata de concretar nombres, matiza, pero sí considera que hay que reestructurar direcciones, jefaturas, puestos y diversas áreas que, hasta ahora, se habían “atomizado” y que han perdido coordinación. En su opinión, estas medidas habían aislado cada zona, para hacerla más autónoma, algo que hipotéticamente podía facilitar su privatización, por lo que ahora exigen otro sistema. Pese a este listado de grandes proyectos, de muchos temas “a corregir”, en el sindicato están convencidos de que aparecerán más temas; y algunos, como los problemas de organización, pueden pasar desapercibidos para los y las pacientes, pero no para el próximo Parlamento.