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Llega el debate sobre las diferencias del gobierno del cambio en Navarra: estas son algunas de las claves

Los acuerdos están cerrados, ahora toca abordar las diferencias. Los cuatro partidos que apuestan por apoyar un Gobierno Foral alternativo a UPN han avanzado en las negociaciones del acuerdo programático, que siguen adelante aunque ya está claro que no habrá una sesión de investidura que convierta a la cabeza de lista de Geroa Bai, Uxue Barkos, en presidenta de Navarra antes de los próximos sanfermines. No obstante, tanto Geroa Bai como EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra han dado por seguro ese cambio, aunque también han reconocido diferencias en las negociaciones, pero sin llegar a concretarlas. Únicamente Podemos, en el encuentro abierto a la ciudadanía celebrado este pasado domingo, especificó algunas de ellas, como el TAV o la educación segregada por sexos. Pero no son las únicas.

Las diferencias en torno al Tren de Alta Velocidad son las que más han trascendido. Desde Podemos aseguraron en ese encuentro con la ciudadanía que Geroa Bai ve prioritario seguir adelante con la conexión de Pamplona a Alsasua, mientras que Podemos exige que se haga un estudio de coste-beneficio. Este debate es clave, porque por ejemplo formaciones como EH Bildu o Izquierda-Ezkerra también han sido críticas con el TAV, de manera que, en caso de acordar que las diferencias dentro de los cuatro partidos se saldaran con un voto ponderado, eso pondría sobre el alambre el apoyo del Ejecutivo al tren, que sin embargo sí podría salir adelante si, por ejemplo, Geroa Bai buscara acuerdos fuera de estas cuatro fuerzas dentro de la Cámara (como UPN, PSN o PPN). No obstante, fuentes cercanas a las negociaciones creen que, más que un voto ponderado, se buscará lograr un pacto que las cuatro formaciones puedan defender.

Otro de los puntos a debatir desde este martes son los convenios con colegios concertados que segregan por sexo, otra de las cuestiones destacadas públicamente por Podemos. La formación apuesta por eliminar ese tipo de acuerdos, pero también por revisar contratos con entidades privadas en cuestiones sanitarias. En campaña, EH Bildu e Izquierda-Ezkerra también se posicionaron a favor de contener las derivaciones y privatizaciones, con posible reversión de las cocinas del Complejo Hospitalario de Navarra como referente. En este último tema, Geroa Bai se mostró dispuesta a estudiar esa posibilidad, pero por ejemplo también se preguntó cuánto podría costar romper el contrato con Mediterránea de Cátering. El sindicato LAB, por cierto, aconsejó al Gobierno Foral mejorar el control de las comidas, porque en su opinión habría razones de sobra para finalizar esa subcontratación.

Además de estas diferencias en educación y sanidad, desde Podemos, que ha sido hasta ahora la formación que más ha mostrado públicamente sus diferencias sobre las negociaciones, también recuerda, en palabras de su secretaria general, Laura Pérez Ruano, que echa en falta medidas más concretas para lograr el “rescate ciudadano”. La formación incluso ha solicitado que las propuestas vengan acompañadas de partidas, para así garantizar su cumplimiento. Y, para poder financiar esas actuaciones, será clave que las cuatro formaciones también acuerden una reforma fiscal y las intervenciones prioritarias, otros de los puntos en los que hay diferencias.

Otro punto pendiente, el formato del gobierno

Si se acercan posturas en torno a estas y otras cuestiones, otro punto pendiente será, por fin, abordar el formato del Gobierno. Podemos también ha dado a entender que podría inclinarse por acordar las líneas estratégicas del nuevo Gobierno, apoyarlo y vigilar su cumplimiento fuera del ejecutivo, mientras que EH Bildu insiste en que su apuesta es por un gobierno cuatripartito (el modelo que sí se ha acordado en el Ayuntamiento de Pamplona), según ha reiterado este lunes su cabeza de lista, Adolfo Araiz. Barkos, por su parte, ya ha lanzado mensajes en las últimas semanas en cuanto a la dificultad de lograr un gobierno a cuatro y a la necesidad de evitar un gobierno de cuotas.

Por el momento, lo que se aclaran son los pasos hacia la investidura: todas las fuerzas parecen aceptar ya que, aunque se puede cerrar el acuerdo programático esta semana, no se llegará a tiempo para celebrar la sesión antes de San Fermín (debe celebrarse la ronda de la presidenta del Parlamento con los grupos, convocar la sesión de investidura con tres días de antelación y esos trámites, incluso en caso de una negociación rápida, lo complican). De hecho, las previsiones apuntan ahora a justo después de las fiestas, cuando el Parlamento de Navarra ya no es inhábil gracias a los cambios introducidos la semana pasada en la Mesa de la Cámara.