Navarra ha reducido el consumo de energía final un 10% en 2020, en comparación con los datos registrados un año antes. Esta cifra se desprende del Balance Energético de Navarra 2020, presentado este lunes por el consejero de Desarrollo Económico y Empresarial del Gobierno de Navarra, Mikel Irujo, y el director del Servicio de Transición Energética, Martín Ibarra.
En concreto, durante 2020 se consumieron en Navarra un total de 1.765.932 toneladas equivalentes a petróleo (teps), lo que supone una reducción del 10% respecto al año anterior. Si se tiene en cuenta el consumo energético per cápita, cada habitante de Navarra ha consumido 2,67 teps. Esta cifra supone un descenso del 10,53% respecto al año anterior. Por último, cabe señalar que el consumo de energía final por PIB se ha situado este año en los 88,68 teps, un 2,2% menos que en 2019.
La parada de la actividad económica, obligada por la pandemia, el cierre de fronteras, así como su vuelta “progresiva y escalonada” han sido factores que han influido en este consumo de energía.
El consejero de Desarrollo Económico y Empresarial ha señalado que uno de los datos “más destacables” de este balance es que ha aumentado la presencia de la energía renovable en Navarra. “Las energías renovables generan ingresos, tenemos la solución en nuestra mano”, ha trasladado, tras apuntar que la electricidad generada por estas fuentes en 2020 equivale al 53%, mientras que en el año 2019 fue del 47% de la electricidad total generada.
“Vamos por buena senda, se cumplen objetivos 20/20/20 de la Unión Europea, pero queda mucho por hacer”, ha afirmado Irujo, tras añadir que los objetivos de 2030 son, entre otros, la generación de al menos un 40% de total de la energía por medio de fuentes renovables. “En 2020 alcanzamos el 23,7%. El modelo actual es absolutamente insostenible, el reto es llegar a cumplir los exigentes objetivos que tenemos para el 2030, de los cuales estamos lejos pero estamos en la buena senda, y son los que contribuirán a salvar el planeta”, ha subrayado.
El consejero, que ha apuntado que el modelo actual “es muy costoso”, ha añadido que “por primera vez la tecnología y la rentabilidad económica se conjugan para poder realizar la transición energética por fuentes renovables y limpias”. Una transición “que se basará en tres pilares: eficiencia energética (la mejor energía es aquella que no se consume), el autoconsumo y la generación de más fuentes renovables mediante la ampliación de parques renovables”.
También ha indicado que en 2022, el departamento revisará el Plan Energético de Navarra. “En Navarra progresamos adecuadamente, pero los objetivos marcados por la Unión Europea son tremendamente exigentes. Partimos de una buena base, pero tenemos una década por delante en la cual tenemos que acometer transformaciones profundas y radicales”, ha subrayado Irujo, que ha insistido en que el sistema actual es “tremendamente caro” porque Navarra destina anualmente entre 1.500 y 1.600 millones de euros “solo a comprar derivados de petróleo y gas”. “Eso no puede ser, el sistema actual es insostenible, futuras generaciones no podrán entender que sigamos en 2020, que es el balance que presentamos, consumiendo energía que proviene en un 80% de fuentes fósiles. Es insostenible desde el punto de vista económico y medioambiental”, ha asegurado.
Consumo por sectores
El sector energético que más ha descendido su consumo de energía ha sido el transporte, que ha consumido un 21% menos respecto al año anterior, motivado por el descenso de la movilidad derivado del “parón económico debido a la pandemia y el cierre de fronteras”. Este “parón obligado” también ha sido el motivo del descenso del 6% que se ha producido en el sector industrial.
El último de los sectores energéticos que también desciende es la administración y los servicios públicos que han consumido un 12% menos. Los motivos los encontramos en la instauración del teletrabajo debido a la pandemia y en las acciones que se realizan desde las instituciones públicas para “favorecer el autoconsumo y mejorar la eficiencia energética”.
En cuanto al sector que engloba el consumo doméstico, comercio y servicios, se ha producido el mismo consumo que el año anterior. La explicación a esto se encuentra en que el cierre del comercio y parte del sector servicios ha compensado el mayor consumo realizado en los hogares durante el confinamiento. Dentro de este sector cabe señalar el aumento del 19% que se ha producido en biomasa, lo que significa “que se está iniciando el proceso de cambio de las calderas de gas y gasóleo a este material, mucho más sostenible”.
Por último, el sector de la agricultura es el único que ha aumentado su consumo, en concreto un 12% más respecto a 2019. El motivo principal de este incremento se encuentra “en que ha sido un sector que no se ha visto afectado por los cierres durante el confinamiento”. Además, es uno de los sectores “que menos actuaciones en materia de transición energética está realizando”.
En cuanto a representatividad, el sector que más ha consumido ha sido el industrial (37,80%), seguido del transporte (34,38%), y el sector doméstico, comercio y servicios (18,60%). Los que menos han consumido ha sido la agricultura (6,78%) y la administración y servicios públicos (2,44%).
Durante el año 2020 también se ha producido un importante aumento incremento de las instalaciones solares fotovoltaicas de autoconsumo en Navarra. En concreto se ha pasado de una potencia instalada de 11,4MW a 24,6 MW.
El consumo energético de la Administración Pública de Navarra ha descendido este año un 13,69%. El coste que ha supuesto este consumo ha sido de 8.202.824,74 euros, lo que se traduce en un descenso del 9,09% respecto a 2019 y 820.239,93 euros menos.
Este año se han realizado dentro de la administración una inversión de 764.642 euros en mejorar la eficiencia energética. Los departamentos que más dinero han recibido han sido Salud (260.132 euros), Educación (169.843 euros) y el departamento de Presidencia, Igualdad, Función pública e Interior (168.705 euros).
Según el Ejecutivo foral, este tipo de inversiones son “muestra del compromiso que el Gobierno de Navarra tiene para avanzar hacia un mundo más sostenible, pero, además, son un beneficio para la ciudadanía al suponer un ahorro económico”. Se calcula que la inversión se recupera en 4,5 años y el ahorro anual que suponen este tipo de inversiones es de 79.017 euros anuales.
Para apoyar a que empresas y ciudadanos puedan mitigar los costes de la energía, el departamento cuenta con varias líneas de ayudas que suman un total de cerca de 30 millones de euros.
Una de las líneas “más importantes” son las ayudas para instalaciones de autoconsumo y almacenamiento con fuentes de energía renovable, así como la implantación de sistemas térmicos renovables en el sector residencial que cuenta con 12 millones de euros.
El departamento también tiene ayudas para que pymes y grandes empresas del sector industrial puedan realizar actuaciones de eficiencia energética y que cuenta con 10,68 millones de euros. Por su parte, las entidades locales pueden solicitar ayudas y subvenciones a entidades locales para la promoción de la eficiencia energética, la implementación de energías renovables y el impulso de la movilidad eléctrica con 1 millón de euros de presupuesto.
A estas líneas ayudas hay que sumar las deducciones fiscales y otro tipo de medidas como el Plan MOVES que impulsa la compra de vehículos eléctricos y la instalación de puntos de recarga.