“Nadie entendería que dejáramos tirados en una cuneta a cientos de desaparecidos”

La Asociación de Familiares de Fusilados de Navarra ha organizado para el próximo sábado un acto de homenaje en la Vuelta del Castillo de Pamplona a los 308 ciudadanos de la capital que fueron fusilados en 1936 tras el golpe militar franquista. Pero también quieren dar un impulso a los trabajos de exhumación en las fosas que albergan a represaliados de la dictadura de Franco.

Joseba Eceolaza, representante de la asociación, ha incidido en que “es importantísimo apostar por la memoria histórica” y ha asegurado que “en 2015 nos jugamos si seguimos mirando al pasado y a la injusticia, o si damos de una vez por todas un portazo a ese pasado y construimos una memoria democrática basada en lo que pasó y en el apoyo a la memoria de aquellos asesinados”. “Nos estamos jugando estas cosas en el desarrollo de la ley foral de memoria histórica”, ha apuntado.

Eceolaza ha afirmado que “nadie entendería que dejáramos tirados en una cuneta a cientos de navarros que todavía hoy están desaparecidos, nadie entendería que volviéramos a condenarles al silencio de las cunetas”. “Hoy es el día en el que un familiar se tiene que pagar de su propio bolsillo la localización y exhumación de su familiar”, ha lamentado.

Por su parte, la presidenta de la Asociación, Olga Alcega, ha señalado que “todavía faltan por desarrollar bastantes artículos” de la ley foral y ha explicado que es “muy prioritario” el tema de las exhumaciones. Así, ha afirmado que “para cerrar el duelo, lo más importante es recoger los restos y darles un enterramiento digno, y ahora mismo este deseo no lo podemos llevar a cabo”. “Ha habido que esperar 78 años para tener esta ley y cuando se van a cumplir 79 años, se siguen buscando los cuerpos”, ha dicho, para hacer un llamamiento al actual Gobierno de Navarra y a los siguientes “para que esto se desarrolle con urgencia y haya una partida presupuestaria”.

Durante la presentación del acto del sábado, Áurea Jaso, natural de Mélida ha recordado que su padre y sus dos hermanos, Aurelio, Andrés y José Jaso Garde, murieron en 1936: “Mi padre se fue por las Bardenas el 18 de julio de 1936, diciéndoles a su madre: 48 horas y vuelvo. Pues hasta ahora. Cruzó las Bardenas, el monte Zuera, llegó hasta a Madrid y murió en la zona roja”.

Los archivos, cerrados

Según ha relatado, fue enterrado en una fosa común del cementerio del Este en Madrid y posteriormente trasladado al Valle de los Caídos. “Nadie me ha comunicado ni cuándo lo metieron en la fosa ni cuándo lo sacaron. No nos han abierto archivos. Pero hace cuatro años me dijeron que no tenía nada que hacer, porque las aguas subterráneas del Valle de los Caídos han sacado todos los restos de los nichos y están todos mezclados. He vivido toda la vida pendiente de hacerme el ADN y llevárme a mi padre a las Bardenas. Mis cenizas van a ir a las Bardenas, porque fueron los últimos pasos que dio mi padre”, ha indicado.

Este acto, que se viene celebrando desde 2006, será presentado por Irati Goikoetxea y contará con la participación del coro de Berriozar, la cantautora Maite Mene y el grupo de teatro de Mutilva Otro Mundo. Además, habrá una ofrenda floral en recuerdo de las personas asesinadas, que se hará extensiva también a los 3.450 fusilados en el conjunto de Navarra, y los asistentes podrán escuchar el testimonio de Áurea Jaso, cuyo padre murió en 1936.