Falta de organización, recursos y unificación de criterios. Esta es la denuncia, en general, que realizan integrantes de la plantilla de las Urgencias unificadas del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) y que contrasta con la recientemente anunciada por la Dirección del centro, que insistió en que, pese a las carencias, el servicio está funcionando razonablemente bien. La visión de la plantilla es, básicamente, opuesta. Hablan de falsedades por parte de los responsables, de un funcionamiento “deficiente” y con un margen de mejora “incuestionable”. Estos integrantes del personal lo atribuyen, entre otras cuestiones, a que el plan funcional se ha visto “superado”, a que el nuevo edificio no está en la ubicación idónea y, en general, a problemas de organización, precipitación e interés. Así, creen que estas carencias se perciben en que, ante la falta de control de los acompañantes (debería haber uno por paciente), la instalación parezca “un centro comercial”, que los tiempos de atención resulten “excesivos”, y que en ciertas áreas falte intimidad.
Estas son algunas de las valoraciones recogidas en un dossier de 29 páginas (sin firmar, y realizado por un grupo de trabajo que incluye a integrantes de la plantilla de diferentes estamentos), que este pasado miércoles se presentó en una reunión entre una decena representantes de la plantilla y de la Comisión de Personal (el órgano que agrupa a los sindicatos) con representantes de los grupos parlamentarios. En concreto, de UPN, Bildu, Aralar, Izquierda-Ezkerra y Geroa Bai. Esta cita, que se alargó dos horas, se produjo después de que la originalmente prevista, y que se desarrolló el pasado 25 de febrero, generara tensión: la Comisión de Salud visitó las Urgencias unificadas, pero los sindicatos alegaron que desde la Dirección no se les había avisado con tiempo, por lo que (salvo CCOO) abandonaron la reunión.
En esta cita, el director del CHN, Víctor Peralta, defendió que, a pesar de las carencias, los datos sobre el funcionamiento de las nuevas Urgencias unificadas les dan la razón. Subrayó que la plantilla ha aumentado en un 12% (34 empleados más), que ha habido refuerzos en función de la demanda puntual (como la epidemia de gripe), que las instalaciones han permitido contar con más espacios y los tiempos de espera global “se han reducido”: eran 48 minutos en octubre y 36 en diciembre; los pacientes más graves, por su parte, han pasado de 14,8 a 12 minutos. Y, por último, insistió en que entre octubre y enero se atendió en este servicio a 34.726 personas, y que únicamente ha habido 184 reclamaciones.
Estas valoraciones chocan,frontalmente con las recogidas en este dossier de la plantilla, en el que se remarca el “deficiente” funcionamiento del sistema. Eldiarionorte Navarra ya había adelantado, por ejemplo, la lista de carencias en material denunciada por la plantilla o sus dudas sobre ese aumento del personal, pero el documento va más allá al repasar, una a una, las diferentes áreas en las nuevas Urgencias. Lamentan que en los triajes (el punto de entrada, y desde donde se deriva a los pacientes según su gravedad) las esperas en horas punta pueden rondar los 30 minutos, el acceso de las ambulancias sufre con el tránsito excesivo de pacientes y acompañantes, no se cuenta con un punto de información para las personas atendidas y sus familiares, hay atascos en la zona de espera de rayos, falta personal en la sala de espera polivalente (precisan que hay dos auxiliares para hasta 60 enfermos y enfermas), la precariedad de recursos es palmaria (por ejemplo, de sillas de ruedas y camillas), el mobiliario “no está diseñado adecuadamente”, y los ingresos se realizan según el criterio de cama caliente (un paciente se va, otro entra), que alarga la espera.
Explicaciones en el Parlamento
En este largo listado, estos representantes de la plantilla recogen también puntos positivos. Por ejemplo, el diseño de la zona de reanimación en la que se atiende a pacientes con gravedad máxima; el funcionamiento de los circuitos de atención de los pacientes, que sería el adecuado si no fuera por la falta de personal; o el sistema “impecable” de actuación ante ingresos urgentes. Con todo, el informe presentado es crítico con la planificación realizada, la falta de protocolos de comunicación, la necesidad de material y de personal, así como con el exceso de tiempos de espera. Y también pone en duda los datos facilitados por la Dirección al Parlamento, por ejemplo al considerar que incluyeron en los tiempos de espera anteriores solo los datos del Hospital de Navarra, que eran mayores.
Estas valoraciones ya han motivado una respuesta entre los grupos parlamentarios. Tanto Izquierda-Ezkerra como Bildu han preguntado por esta cuestión, que en principio podría debatirse en el Pleno (el último de la legislatura) de este jueves, al preguntar por los “problemas estructurales” del servicio, más de 150 días después de su estreno.