Según el Centro de Estudios Ambientales, la pobreza energética es la incapacidad de un hogar de satisfacer una cantidad mínima de servicios de energía para sus necesidades básicas, y es una realidad que aumenta cada año. Los últimos datos disponibles sobre personas afectadas por la pobreza energética son de 2012, disponibles en una encuesta elaborada por el propio centro, y no son esperanzadores. En ese año, en Navarra, el 5% de los hogares navarros ni siquiera podía vivir con una temperatura adecuada en los meses de invierno. Cifras que empeoran teniendo en cuenta la tendencia ya que el porcentaje de viviendas que no pueden utilizar la calefacción ha subido un 3% desde 2007.
Navarra es, además, la cuarta Comunidad Autónoma que más gasta en energía. En 2012, el 19% de los hogares navarros destinaba a los gastos energéticos más del 10% de su salario; en 2007 era el 9%. Un aumento importante debido sobre todo al aumento de las tarifas de luz y gas y la reducción de los ingresos desde que comenzó la crisis económica. Es precisamente el aumento y la complicación de las tarifas lo que más preocupa a las entidades sociales. Desde la Plataforma de la Renta Básica, que forma parte de la Red Navarra de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, denuncian que muchas familias desconocen cómo se elaboran sus tarifas y sus facturas, por lo que optan, incluso, por no encender la luz para reducir gastos ya que no saben cómo actuar para reducir sus facturas.
Es en invierno cuando más cruda se vuelve esta realidad ya que el gasto en calefacción es uno de los más altos a los que tienen que hacer frente las familias. Desde la Plataforma de la Renta Básica, Marisol de la Nava, que además es trabajadora social y conoce de cerca la realidad de las familias más necesitadas, denuncia la falta de tarifas sociales para el gasto en gas y luz. “Así como la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona ofrece una bonificación del 90% en la factura el agua para aquellas familias perceptoras de la Renta de Inclusión Social, desde las compañías energéticas, la bonificación es del 10% y no existe en el caso del gas, lo que agrava la situación de muchas familias”.
Esta es la situación de quienes perciben la renta de inclusión social, pero Marisol advierte de que las personas en situación de pobreza energética son muchas más. “Una familia de 4 miembros que ingresa 1.000 euros al mes, si tiene que pagar vivienda y alimentación, difícilmente podrá hacer frente a las facturas de la casa, y no están incluidas en las ayudas sociales”. Asegura que hay familias que pasarán el invierno sin agua caliente o sin calefacción porque no pueden pagar el gas, y muchas de ellas no aparecen en las estadísticas que miden la pobreza porque tienen unos ingresos que se consideran suficientes.
El último dato que analiza el Centro de Estudios Ambientales es el nivel de hogares que tienen goteras, humedades o podredumbre en su vivienda, y el índice se dispara en Navarra. En 2012 el 12% de los hogares en la Comunidad Foral declaraba vivir bajo estas condiciones, un dato un 1% mejor que en 2007, en el que las malas condiciones de habitabilidad de la vivienda afectaban al 11% de los hogares.
Pago de las facturas
Los datos del informe del Centro de Estudios Ambientales son mejores en cuanto al pago de facturas. En Navarra ha disminuido el 2% el porcentaje de hogares que pagan con retraso las facturas, y únicamente el 3% tiene dificultad para pagar y es a este 3% a quien va a dirigir sus ayudas el Gobierno de Navarra. La lucha contra la pobreza energética es, precisamente, uno de los puntos recogidos en la Estrategia Navarra de Inclusión Social, presentada este miércoles en conferencia de prensa por el consejero de Políticas Sociales, Íñigo Alli. En concreto, la previsión es que antes de fin de año se puedan desarrollar medidas para paliar la pobreza energética, a través de la negociación con las empresas responsables del suministro para garantizar que este no se corte en época invernal y que haya un protocolo previo al corte del mismo. Alli también ha concretado que, en la actualidad, el Gobierno Foral destina 1,9 millones a esta materia. Sin embargo, desde los servicios sociales alertan de que el problema está en quien paga los mínimos, privándose de utilizar la calefacción o el agua caliente, incluso la luz, y esas personas no van a ser ayudadas por el departamento foral porque sí pagan la factura a final de mes y solo se atienden los casos extremos que supongan un posible corte en el suministro.