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“Aquí la posibilidad de tener ébola es muy baja; en África hay contagios a diario”

“Detrás del ébola hay personas, y vidas en juego”. El director del Instituto de Salud Tropical de la Universidad de Navarra (UN), el camerunés Paul Nguewa (Duala, 1976), hace esta reflexión cuando se le pregunta por la alarma generada por el virus en Navarra. Nguewa no separa las medidas que se pueden adoptar en la Comunidad Foral para mejorar la formación y la información de la ciudadanía y del personal sanitario de las que se pueden impulsar en países en vías de desarrollo. Al final, todo suma para combatir esta crisis sanitaria ya, porque el tiempo, asegura, corre en nuestra contra.

Una de estas medidas es la organización de una charla abierta, este martes a las 19:00 horas en el Planetario de Pamplona, en la que expertos de la propia UN como el propio Nguewa y del Instituto de Salud Pública de Navarra atenderán las dudas del público sobre este mal, que, pese a conocerse desde 1976, nunca había sufrido un brote de este tipo, con más de 1.000 muertes, ni tampoco había generado esta preocupación mundial. ¿Revela esta situación un desinterés por África? Nguewa insiste en que “cada uno debe hacer una reflexión personal sobre este tema, porque todos podemos hacer algo. También es verdad que antes los brotes se daban en pueblos de África, muy localizados, y en poco tiempo se acababan. La incidencia no era tan grande. No pensamos que se podía extender con tanta rapidez ni traspasar así fronteras y continentes”. Y la consecuencia es clara: de cientos de afectados, se ha pasado a miles.

Pero Nguewa, en lugar de mirar hacia atrás, prefiere pensar en las medidas a adoptar ahora y de cara al futuro. Este profesor del Departamento de Microbiología-Parasitología de la Universidad de Navarra insiste en que los planes para frenar al virus deben ser globales, en diversos ámbitos y se pueden compaginar. Igual que se está interviniendo en países desarrollados, se puede actuar en los que estén en vías de desarrollo. Porque, de forma global, se ha detectado “un gran desconocimiento”. Y, en los países africanos afectados (Guinea, Sierra Leona, Liberia, Nigeria), a esto se une la desconfianza de la población en el sistema sanitario. También se trata, por tanto, de un problema de “educación sanitaria”.

Precisamente, la semana pasada, sindicatos como ELA o SATSE y la asociación de consumidores Irache denunciaron los problemas de formación e información en torno al ébola, respectivamente, en el Sistema Navarro de Salud y entre la población en general. Estos nervios y miedo entre la población son el reflejo de la alarma mundial y, por ello, este experto anima a la ciudadanía a pasarse por el Planetario y, en poco más de 90 minutos, escuchar y plantear a especialistas las dudas más comunes en torno a este virus. La mayoría se repiten: cómo se contagia, cuáles son las medidas de prevención adecuadas, dónde se origina el virus…

“Una cuestión de voluntad”

Preguntado sobre los síntomas más comunes, como la fiebre, el dolor muscular o en las articulaciones, Nguewa lamenta que una mera enumeración de ellos puede aumentar la alarma porque, habitualmente, se trata de características también presentes en otras enfermedades. De hecho, ello ha contribuido a que se sospechen casos en afectados, por ejemplo, por malaria, paludismo u otras patologías.

El Instituto de Salud Tropical, surgido en 2011, se centra precisamente en elaborar nuevas técnicas de diagnóstico, protocolos de atención sanitaria, posibles tratamientos en torno a bacterias y parásitos. ¿Servirá esta crisis para impulsar la investigación de una cura contra el ébola? Nguewa insiste en que hay que avanzar en todas las líneas, también en medidas que se pueden implantar ya, por ejemplo, para controlar la enfermedad, el aislamiento de los afectados y mejorar la información disponible para la población. Porque, si en países como Estados Unidos, con su disponibilidad tecnológica y de otros medios, se han producido casos, ¿qué pasa en zonas de vías de desarrollo? “Aquí la posibilidad de contagio es bajísima, pero en otros países tienen muchas más probabilidades. Todos los días hay personas que se contagian de ébola”, apunta. De ahí la necesidad de actuar, de activar herramientas, porque intervenir ya para frenar los contagios “es una cuestión de voluntad”.