La ONGD Madre Coraje tiene un mercadillo solidario permanente en Pamplona. En el barrio de la Milagrosa, los voluntarios recogen ropa usada, la desinfectan y la ponen a la venta si está en buenas condiciones. Si no, la empaquetan y la venden a empresas de reciclaje. De esta manera financian sus proyectos de cooperación en España, Perú y Mozambique.
La única trabajadora que la OGN tiene en la Comunidad Foral, Laura Irurzun, asegura que “cuesta que la gente entre al mercadillo, pero cada vez se animan más, por la crisis o por la sensibilización con los proyectos de cooperación”. También está aumentando el número de personas que se acercan para depositar su ropa usada. “La gente no quiere tirar la ropa y cuando ven cómo trabajamos lo donan con gusto”. En abril se mudaron a la nueva localización en la calle Sangüesa y están muy contentos con la respuesta de los vecinos. “La respuesta de la gente del barrio ha sido increíble, tanto de donaciones de ropa como de gente que viene a comprar artículos”.
Laura asegura que todo el dinero que genera el mercadillo se destina a proyectos de cooperación. De hecho, Madre Coraje cuenta con el sello de lealtad, “una auditoría externa vela por la transparencia y garantiza que cumplimos con lo que decimos que vamos a hacer y que todo el dinero se destina a la cooperación”, explica la trabajadora.
Una de las demandas de la organización es poner contenedores en la calle que permitan mejorar el sistema de recogida de ropa usada, así como facilitar a vecinos de otras partes de la ciudad que puedan donar las prendas que no utilizan. Sin embargo, desde la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona se denegó el permiso para hacerlo porque “había muchos contenedores en la vía pública”. Aun así, la recogida de ropa “está teniendo buenos resultados”, manifiesta Laura.
Cuando la ropa llega a la sede de la organización la separan. Por un lado, la que puede ser reutilizada porque está en buenas condiciones y, por otro, lado la que almacenan para venderla y que sea reciclada. En el caso de la ropa que se destina a la venta, lo primero que hacen es desinfectarla. En ese mismo momento colocan una etiqueta en la prenda con la fecha de desinfección, para que quien vaya comprar cuente con todas las garantías higiénicas y sanitarias.
La ropa que no está en condiciones se almacena y empaqueta para venderla a empresas de reciclaje. “Es ropa rota, que en nuestro mercadillo de la calle Sangüesa no se pone a la venta”. Ya se han realizado 3 ventas a empresas textiles que “dan una segunda vida a esta ropa y la reciclan”. En concreto, en 2013, desde la sede de Pamplona, vendieron 11,6 toneladas de ropa. En lo que va de año ya han realizado un primer envío de 5030 kilos.
“Necesitamos más voluntarios”
A día de hoy, se encargan de la gestión de la sede en Pamplona una trabajadora y siete voluntarios, personal insuficiente para abordar el trabajo de la ONG. “Necesitamos voluntariado para gestionar bien las donaciones de las personas”. Laura remarca que mover una cantidad tan grande de ropa requiere de más personas. Además del mercadillo permanente, la ONG organiza mercadillos itinerantes que forman parte de alguna campaña puntual. Los últimos han sido en la sala Mikael y en un acto organizado por la Mancomunidad en los depósitos de agua de Mendillorri.
Las acciones que Madre Coraje lleva a cabo en Perú y Mozambique se centran en labores de ayuda humanitaria y cooperación para el desarrollo. En el país africano han comenzado su andadura el último año con la construcción de una escuela. Proyecto, en el que todavía están trabajando.