“La situación actual exige mala leche a la hora de hacer una viñeta”

“Los políticos parece que no están a nuestro alcance”. El dibujante Manel Fontdevila (Manresa, 1965) asegura que, en la actualidad, ha aumentado la distancia entre la clase política y los ciudadanos; sin embargo, a través de sus viñetas, él es uno de los encargados de que los cargos toquen suelo. Y no quiere que sea con medias tintas porque, según defiende, la realidad exige que los humoristas se tiren a la piscina. Fontdevila, colaborador de ‘eldiario.es’ y ahora embarcado en la revista ‘Orgullo y satisfacción’, acude este fin de semana a Pamplona a dar una charla y a impartir un taller de dibujo, como parte del V Salón del Cómic de Navarra. Seguro que en esta cita recordará las razones que le llevaron, tras la retirada de su portada sobre la abdicación del rey, a dejar ‘El jueves’ y seguir dando su visión de la actualidad.

Viene a Pamplona a impartir, entre otras actividades, un taller de dibujo. ¿Tan veterano es que ya puede dar lecciones?

Todavía intento dilucidar esto. La verdad es que se trata de la primera vez que doy un taller y, más que con saber mucho, creo que esto tiene que ver con saberse explicar. Y eso me da un miedo terrible. Veremos qué tal.

El dibujo de humor es, además, muy personal, donde cada autor puede tener su propio método.

En el taller no se da tanta importancia al dibujo como el hecho de ver una noticia y reflejar una opinión sobre ella que sea graciosa o que la cuestione. Pero es verdad que hay mucha variedad entre las viñetas de prensa: habrá a quien le guste más El Roto y quien prefiera a Forges. Tampoco se trata, por tanto, de cómo hacer un chiste porque no hay una forma canónica de hacerlo, pero sí intentaré explicar cómo convertir las noticias en algo humorístico o crítico.

¿Qué importancia tiene en la viñeta la inspiración y cuánta tener una idea y saber pulirla?

No diré que mi forma de trabajar es rutinaria, pero sí que tengo mi método y, pese a todo, los chistes nunca vienen igual. Un día tienes una buena idea y otro, tienes que pasarte el día ensuciando papeles. Esto es un oficio, y claro que hay una parte de trabajo bastante grande en coger una idea en bruto y transformarla en un chiste. Y, con todo, a veces los chistes funcionan por motivos que no controlas.

Se dará la circunstancia de que viñetas muy trabajadas no tienen éxito y otras que, no sabes por qué, aciertan desde el principio.

Exactamente. A veces trabajando mucho una idea te la acabas cargando.

En su caso, ¿cuáles son los temas de inspiración? Entre la política y la actualidad, tiene mucho caldo de cultivo…

Sin política y actualidad, me quedaría poca cosa. Ahora están pasando un montón de cosas, sobre la corrupción y sobre la prepotencia del poder, y al final estamos contando lo mismo de una forma distinta.

¿La indignación es una buena inspiración?

La indignación es una responsabilidad: sabes que la gente está indignada, y no puedes salir con una ‘chorradita’. Al final, tú mismo no quieres salir con esa chorrada, el momento lo exige. Tampoco me gustaría decir que mis chistes son demoledores, me parecería de mal gusto, pero es verdad que la situación pide mala leche.

¿Vivimos una mala época para la política y una buena para el humor?

Vivimos un buen tiempo para la política: quien quiera trabajar en ella, nunca habrá tenido más trabajo. Casi todo está por rehacer.

¿Podemos será un nuevo filón al hacer humor?

Aún lo estoy mirando. De momento, han expresado sus ideas, pero, y no quiero usar un discurso rancio, luego habrá que ver qué dicen y qué hacen. Claro que haremos humor sobre Podemos.

Usted, a raíz de la primera polémica en 2012 sobre una portada de ‘El jueves’ en la que se mostraba a los entonces Príncipes de Asturias manteniendo relaciones sexuales, ya aseguró que ‘Soy un bruto, y prefiero pasarme por arriba’ al hacer chistes. ¿Se puede bromear sobre todo?

Bueno, cuando hacemos entrevistas, siempre decimos nuestras barbaridades. Es verdad que soy bruto en comparación con otros, pero tampoco es que sea un troglodita. Aunque sí, prefiero pasarme por arriba que quedarme corto. Prefiero quedarme en el punto justo, pero me molesta entregar algo blando.

Otra de las actividades de su visita a Pamplona (el viernes habrá entrevista con público, el sábado el taller de dibujo) será una entrevista frente a los asistentes. ¿Espera muchas preguntas sobre ‘El jueves’ y su portada?‘El jueves’su portada

Claro, yo traigo preparado el rollo para contarlo. Y hablaremos de ‘El jueves’ y de vender ‘Orgullo y satisfacción’ [su nueva revista]…

¿Está cansado de esa polémica?

Bueno, lo he contado muchas veces, y cansado no estoy. Si a la gente le interesa esta historia, la cuento. Claro que si la tuviera que contar cada tarde me cansaría. Sí es verdad que, si en una revista no puedes colocar un símbolo como una corona llena de mierda, cabe preguntarse a dónde hemos llegado. El drama es que hemos perdido el contacto con el editor, que ya no es parte del equipo. Fue una censura, pero dentro del ámbito laboral. El dueño de la revista dijo que no quería este tipo de cosas en ella, y está en su derecho.

En su presentación biográfica en ‘eldiario.es’ usted destaca que tiene suerte de trabajar en algo que “en general, me gusta”. ¿Qué no le gusta?presentación biográfica

(Se ríe). Bueno, eso lo pongo para dar rabia a la gente. Mi profesión me gusta mucho y me lo paso muy bien. Claro que también me gustaría vivir bien de esto, sin tener que sufrir cómo llego del día 20 al 30. Es que somos un país en el que nos quejamos mucho.