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Transformar humo en energía: una idea no solo reservada para sondas espaciales

Más que vender humo, se trata de aprovecharlo. En concreto, de utilizarlo para generar electricidad. Este es el proyecto en el que trabaja un grupo de Ingeniería Térmica y de Fluidos de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), que pretende emplear convertidores termoeléctricos para recuperar, por ejemplo, la energía calorífica que se pierde a través de las chimeneas de fábricas o viviendas. No se trata, por tanto, de una fuente de energía alternativa porque no afecta a los efectos nocivos de esos humos, pero sí de una medida de autoconsumo que, según puntualiza el responsable de este proyecto de investigación, David Astráin, puede servir para emplear una energía que, ahora mismo, “se tira”.

Astráin, doctor Ingeniero Industrial, profesor del Departamento de Ingeniería Mecánica, Energética y de Materiales, y la segunda persona en España en defender una tesis sobre termoelectricidad, lleva más de 13 años interesado por esta técnica, muy ligada por ejemplo a los sistemas para generar electricidad que se utilizan en las sondas espaciales. Por lo tanto, se trata de otra forma de aplicar tecnología de origen aeroespacial y militar a la vida civil. Y, en concreto, el proyecto apuesta por colocar esos convertidores en chimeneas de edificios de viviendas y fábricas.

“Esta tecnología tiene muchas ventajas. Por ejemplo, es compacta, modular y robusta, pero tiene un inconveniente: que es menos eficiente que, por ejemplo, una turbina de vapor”, explica. Por ello, la apuesta del proyecto es por conseguir un aprovechamiento residual del calor que, de todas formas, está abocado a perderse, y ahí, puede beneficiarse por ejemplo de “la calefacción de las casas o del ámbito industrial”.

El proyecto actual, según ha explicado la UPNA a través de una nota, sigue la línea abierta por otro anterior (se le denominó GETER, Generación termoeléctrica con energía calorífica residual), que en este caso pretendía desarrollar generadores termoelétricos que convirtieran en energía eléctrica la calorífica de bajo nivel térmico, que es la la inferior a 250º C.

Por el momento, el grupo de la universidad ya ha realizado una prueba, en una industria dedicada a la fabricación de azulejos de Castellón y que trabaja con hornos: en una de sus cuatro chimeneas se colocó un prototipo que logró producir unos 58MWh al año. Esa cifra que equivale al suministro de energía eléctrica de unos 16 hogares. 

Sobre el autoconsumo

Este proyecto, según ha explicado la UPNA a través de una nota, cuenta con una financiación de 50.820 euros por parte del Ministerio de Economía, dentro del Plan Estatal de Investigación Científica y Tecnológica y de Innovación 2013-2016. Astráin reconoce que, en la actualidad, se trata de una tecnología cara, pero con margen para avances tecnológicos, y es un paso más en el autoconsumo. Preguntado por la tasa establecida por el Ministerio de Energía a este concepto, este profesor de la UPNA considera que la medida tendrá que ser derogada “por sentido común”, al defender que es “un derecho de la ciudadanía” poder realizar estos aprovechamientos.