Congelar o ralentizar aquellas inversiones que no sean necesarias. Esta es la previsión anunciada por el nuevo presidente de Volkswagen, Matthias Müller, que en un discurso ante 20.000 empleados de la compañía en la sede alemana de Wolfsburg ha admitido que estos retrasos o dilaciones en las inversiones afectarán a todo aquello que no sea estrictamente necesario.
Hasta el momento, la planta de Landaben en Pamplona tenía comprometidos algo más de 800 millones en inversión tras la firma del último convenio, a finales de 2013, aunque se había especulado con que esa cifra podía aumentar si se concretaban las inversiones anunciadas en España. La fábrica quería prepararse de esta forma para el lanzamiento del nuevo modelo de Polo, el A07. Diversos expertos de la UPNA, en cualquier caso, ya alertaron de que las inversiones de la compañía alemana, en general, podían ralentizarse si no eran estrictamente necesarias. Y ahora la clave es si la firma considera que la inversión prevista en Navarra debe seguir adelante o no.
Por otro lado, el presidente del comité de empresa mundial, Bernd Osterloh, ha explicado que el escándalo aún no ha tenido consecuencias sobre el empleo en la compañía, en la que trabajan unas 60.000 personas solo en la sede central, pero sí tendrá un efecto sobre las ganancias de las divisiones estratégicas de fabricación de vehículos, así como sobre los bonus que se pagan al personal.
(Edición actualizada).