“En el deporte para ser madre hay que desaparecer o esconderse”
La carrera de la regatista Blanca Manchón (Sevilla, 1987) a punto estuvo de verse truncada cuando el año pasado se quedó embarazada. Para entonces, Manchón había ganado cinco campeonatos del mundo de Windsurf y había sido nombrada mejor regatista mundial. Según explica la campeona del mundo, al anunciar su embarazo la respuesta de sus patrocinadores fue el silencio. A un mes de dar a luz aún no sabía nada de ninguno de ellos o le seguían dando “largas”. Fue a base de insistencia y de “ponerse seria” como consiguió una explicación de al menos uno de ellos: el windsurf ya no encajaba igual con la marca, le dijeron. “Había estado encajando seis años, pero ahora ya no...”, recuerda Manchón con ironía.
La campeona del mundo lo tuvo claro y el pasado julio, solo siete meses después de dar a luz, se plantó en el mundial de Raceboard en Salou, con un equipo prestado y gracias al apoyo económico de su familia: “Sabía que si quedaba segunda ya no iba a ser igual, que la única forma de demostrar que había vuelto era ganando ese campeonato”. Lo consiguió. Se proclamó campeona del mundo por sexta vez y empezó una historia diferente, con nuevos patrocinadores y acompañada, eso sí, de un bebé de nueve meses.
Deporte de élite y maternidad, ¿son compatibles o a día de hoy una deportista de alta competición se encuentra con que tiene que elegir entre una y otra?
Yo creo que son compatibles, pero tienes que tener suerte y un entorno favorable. Apoyo familiar y, aparte, contar con una federación o con un patrocinio que te den la seguridad de que tu carrera no te va a costar dinero. Se hace muchísimo esfuerzo y es una forma de vivir el deporte completamente diferente a cuando lo único importante eres tú. Pero también te digo que si estás sola es muy complicado y entiendo que la mayoría de las mujeres lo acaben dejando porque es muy duro.
¿Alguna vez pensaste en hacer lo mismo, en abandonar tu carrera como deportista?
Realmente te lo planteas. Yo tengo amigas futbolistas que tienen una cláusula antiembarazo en el contrato y tienen 30 años. Lo que ocurre es que los años para ser madre coinciden con los mejores años de la carrera deportiva de una mujer: entre los 26 y los 35 cualquier chica está en su apogeo, así que parar para ser madre sin saber cómo vas a volver o si vas a tener apoyo es una aventura. Entiendo que muchas se retiren porque hay mucha incertidumbre y la visión que se tiene es que en el deporte hay que desaparecer o esconderse para ser madre.
Por otro lado, en los últimos años el deporte femenino cada vez tiene mejores resultados y más visibilidad. ¿Os hace justicia la legislación?
Hay cosas que están muy anticuadas, por ejemplo, las cláusulas antiembarazo, que deberían estar prohibidas pero que aún incluyen muchos contratos. Prohíbele a un futbolista que se rompa un ligamento cruzado, que son nueve meses también. Es súper machista, desgraciadamente, pero es así.
¿Tú has tenido que firmar alguna cláusula?
No, no.
¿Y crees que existe todavía presión para que se firmen este tipo de contratos?
Sí, sobre todo en deportes colectivos. Ya hemos llegado a un punto en el que las propias deportistas lo ven normal, asumen que si van a ser madres tienen que desaparecer, que no es posible de otra manera, y sí lo es. Lo que pasa es que si cualquier mujer siente la presión social por recuperarse después del parto, en el deporte esta presión es mucho mayor. Desde la federación, los patrocinadores...
¿Exactamente qué cobertura legal o económica tiene una deportista profesional?, ¿tú has recibido alguna ayuda?
En España tenemos una ayuda del Consejo Superior de Deporte si eres deportista de alto nivel y cumples una serie de requisitos. A mí me dieron una ayuda de 2.800 euros. Y ya está.
Se habla de la necesidad de cambiar de la Ley del Deporte, que no considera el deporte femenino como una actividad profesional. ¿Qué opinas de esto?
En los deportes minoritarios tanto chicos como chicas tenemos muy poca visibilidad. Pero creo que poco a poco se están dando cuenta de que las mujeres en deportes minoritarios también pueden ser profesionales. Y de que en otros países son personas famosas que viven bastante bien.
¿Crees que esta desprotección es algo particular de nuestro país o es algo generalizado? Pensaba por ejemplo en Serena Williams luciendo embarazo en portadas de revistas...
Eso aquí es prácticamente inviable. Quizás si alguien como Mireia Belmonte, por decir alguien que en los últimos años está socialmente más activa, se quedase embarazada, sería portada, pero ya está. Es mucho más importante la novia de un futbolista en una revista que nosotras.
Maialen Chourraut, la piragüista de aguas abiertas que ganó la medalla de oro habiendo sido madre el ciclo anterior, cuando se ha quedado embarazada, ¿quién ha sabido de ella? Nadie, absolutamente nadie. En otros países una deportista de ese nivel saldría en cualquier revista y todas las marcas de niños pequeños estarían detrás de ella para esponsorizarla. Aquí eso no se lleva.
Poco a poco se van oyendo voces críticas como la tuya, ¿crees que son suficientes, que puede haber cierto reparo en las compañeras a hablar?
Hay muchas, muchas chicas que tienen el mismo problema que yo y no han dicho nada. Yo era como ellas. Al principio vi normal lo de perder patrocinadores cuando iba a dar a luz, pero luego me di cuenta de que eso era muy fuerte. Es como si te echan de cualquier trabajo, denunciable, solo que en otros ámbitos se ve más claro. En el deportivo se ve normal.
A pesar de la falta de apoyo la realidad es que algunas deportistas han vuelto tras la maternidad mejorando sus marcas. La atleta Paula Radcliffe, por ejemplo, ganó la maratón de Nueva York después de ser madre. Parece que volver a la alta competición después de ser madre motiva a muchas deportistas.
Yo lo estoy viviendo ahora. Te da ese puntito de madurez y de responsabilidad. A veces piensas que no puedes más, pero poco a poco ves que al final tiene su recompensa, que puedes vivir una experiencia única con tu hijo, viajar por todo el mundo, que vea lo que es el deporte. Y todo eso te motiva. Son vivencias que te quedas para siempre. Y eso no lo paga el dinero.