“Quedarse embarazada es muy fácil”, “Mujer legrada, mujer preñada”, “Relájate y lo conseguirás”. ¿Quién no ha escuchado alguna vez estos tópicos en boca de su vecina, de su cuñado, de una persona conocida o desconocida? Frases que, en la mayoría de las ocasiones, se repiten intentando animar pero que pueden terminar haciendo daño. Y que, además, no son verdad.
En torno a la fertilidad, igual que en todo lo relacionado con la maternidad y la crianza, existen numerosos mitos o creencias falsas. Frases hechas sin ningún tipo de fundamento científico y que conviene evitar al hablar con mujeres o parejas que están buscando un embarazo, ya que pueden resultar cansinas e incluso dolorosas. Porque no siempre hay que dar una opinión, sobre todo cuando no te la piden. A veces, casi siempre, es mejor callarse, escuchar y empatizar en vez de tener un tópico preparado para cada situación.
1. Quedarse embarazada es fácil. Lo primero y más importante: no, quedarse embarazada no es nada sencillo. Nos pasamos los primeros años de nuestra juventud tratando de evitar un embarazo no deseado y hasta que decidimos tener un hijo no nos damos cuenta de lo complejo que es. Se puede intentar durante meses –incluso años– sin lograrlo, haya o no haya patologías. Y es que la ventana de fertilidad es de apenas seis días al mes. Por eso no es recomendable intentar animar a alguien que trata de quedarse embarazada con un “No te preocupes, no es tan difícil”. Porque en ocasiones sí puede serlo.
Así lo explica la psicóloga, sexóloga y embrióloga clínica Nagore Uriarte: “Si le decimos a alguien que nos cuenta que le está costando tener un bebé que lo de embarazarse es muy fácil, no solo le estamos diciendo que miente o que es una exagerada, sino que estamos invalidando su vivencia y sus emociones cuando precisamente lo que necesita es apoyo y comprensión”, asegura.
Además, la infertilidad es una realidad: se calcula que entre el 16% y el 20% de las personas tienen o van a tener problemas para tener un bebé, según datos de la Sociedad Española de Fertilidad. Y el porcentaje real podría ser superior, ya que esos datos se calculan en base a las personas que acuden a un centro a pedir ayuda y mucha gente no lo hace.
2. No te puedes quedar embarazada si tienes la regla. Sí, claro que puedes. Que la ventana de fertilidad dure solo unos días no quiere decir que el resto del tiempo del ciclo no puedas quedarte embarazada. Es difícil pero no imposible. Por eso las expertas coinciden en que lo primero, antes incluso de intentar el embarazo, es conocer a fondo nuestro ciclo menstrual para poder actuar en consecuencia.
3. Cada mes se ovula por un ovario. Esta es otra de las falsas creencias asociadas con el ciclo menstrual de la mujer, basadas en el desconocimiento de su funcionamiento. Según la doctora Elena Pau, de la clínica de reproducción asistida Equipo Juana Crespo, se trata de una falsa creencia popular muy extendida que no es cierta. “En teoría, todos los meses ambos ovarios trabajan para producir un óvulo óptimo. También puede pasar que se ovule varias veces seguidas de un ovario y posteriormente alternar”, explica la doctora Pau.
4. Cuanto más practiques mejor, y sube las piernas al terminar. No hay fórmulas mágicas para lograr un embarazo: ni tener muchas relaciones sexuales, ni probar en diferentes posturas, ni colocar las piernas hacia arriba tras el coito, ni el calendario lunar, ni nada. El conocimiento del propio cuerpo y de la fertilidad ayuda pero, incluso sin haber problemas diagnosticados, el embarazo puede tardar meses, años o no lograr producirse. Es la llamada “esterilidad de origen desconocido”, que supone un 10% de los casos de infertilidad.
5. La infertilidad es hereditaria. No, no lo es, o no tiene por qué serlo. En este punto hay matices, según Nagore Uriarte: “Puede haber casos en los que tengamos alguna alteración cromosómica o algún factor que pueda ser hereditario, pero eso no quiere decir que todas las personas que tengan algún problema de fertilidad vayan a transmitírselo a su descendencia, para nada. Cada caso es único y hay que estudiarlo en profundidad para poder identificar y solventar esos flecos que hacen que no se consiga el embarazo”, explica.
6. La infertilidad suele venir por parte de las mujeres. Como con casi todo en la vida, se nos atribuye a las mujeres la carga o la culpa de cualquier problema relacionado con la fertilidad ya sea por edad avanzada, por baja reserva ovárica o por cualquier otro motivo. Y esto no es real. Hay muchas causas que influyen en lograr o no un embarazo. En palabras de Uriarte: “La infertilidad afecta a todas las personas, independientemente de su sexo o género. Hace unos años, se tendía a culpar de la falta de descendencia a la mujer, pero poco a poco vamos superando esa creencia gracias a los datos. Y es que, a grandes rasgos, un 30% de los casos de infertilidad están relacionados con factores femeninos, otro 30% con factores masculinos, otro 30% serían factores mixtos (esto es, tanto factores femeninos como masculinos) y luego nos quedaría un 10% que sería la esterilidad de origen desconocido”, cuenta la embrióloga, citando datos de la Sociedad Española de Fertilidad.
7. Mujer legrada, mujer preñada. ¿Quién no ha escuchado alguna vez esta frase dirigida a una mujer que acaba de tener un aborto? Al margen de lo poco afortunada que es, es falsa. El legrado es una operación que consiste en raspar la pared del útero para limpiar los restos de un embarazo que no ha llegado a término. La doctora Juana Crespo, que dirige su propia clínica de reproducción asistida, defiende que es justo al contrario, ya que un aborto puede complicar las cosas para un futuro embarazo: “Hay que ser muy cuidadoso a la hora de elegir el procedimiento para terminar un embarazo que no evoluciona de forma normal. Ante la mínima duda hay que ser muy empático con el útero de la paciente para no forzar un músculo único e imprescindible para la gestación”, explica Crespo.
8. Haber tenido un bebé es garantía de éxito para el segundo. Tampoco lo es. En ocasiones, los problemas de fertilidad aparecen después de haber tenido uno o varios hijos. Es la llamada infertilidad secundaria, que puede suponer mayores problemas psicológicos pues es difícil de asimilar. Frases como “Al menos tenéis otro hijo” o “Seguro que lo consigues” no ayudan.
9. Cuando te relajes, lo lograrás. “Tranquila, mujer, estás muy estresada. Relájate y te quedarás embarazada”. Una opinión de lo más generalizada, una frase que busca animar, pero que puede hacer mucho daño. Porque, aunque la situación psicológica de la madre puede influir en la concepción, la relación no es directa. Nagore Uriarte hace hincapié en que no se puede establecer esa relación: “Querer tener un bebé es uno de esos objetivos vitales que muchas personas tienen, y no lograrlo nos puede generar estrés, pero esto no quiere decir que el estrés nos esté provocando la infertilidad. ¡Cuidado con mezclar correlación con causalidad!”. Además, y en línea con otros mitos anteriores, este tipo de frases pueden añadir presión: “Decirle a alguien que si se relaja se embaraza es como decirle que si no se está embarazada es culpa suya, que no sabe o no puede relajarse lo suficiente. Estamos echando toda la carga y la responsabilidad sobre un factor, el estrés, que no tiene por qué ser el causante de que el bebé no llegue”, cuenta Uriarte.
10. La reproducción asistida garantiza acabar con un bebé. Ningún tratamiento de fertilidad cuenta con un 100% de éxito garantizado, a pesar de lo que se empeñan en promocionar algunas clínicas. Según datos del Ministerio de Sanidad, el 9% de los bebés españoles son fruto de un tratamiento de reproducción asistida. Por eso para algunas mujeres o parejas resulta incómodo y desagradable escuchar frases como “Cuando tengas a tu bebé en brazos lo olvidarás todo” o “Vale la pena para ser mamá”. Porque quizás esa mujer esté sufriendo un proceso complejo o porque quizás, a pesar de su deseo y de todos sus intentos, nunca logre quedarse embarazada.