Son las que más crecen en España y el 50,1% vive en riesgo de pobreza, sin embargo, las familias monoparentales no tienen una ley propia que las regule y las reconozca. “Hay que visibilizar a las familias monoparentales e insistir en la necesidad de una ley que defina en toda su diversidad la monoparentalidad y a la monomarentalidad”, dice la presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres Solteras (FAMS), Carmen Flores. Las organizaciones tienen como referencia a las familias numerosas, que sí tienen, aseguran, “una ley de protección exclusiva aunque son muchas menos en número”.
El último 'Informe Monomarentalidad y Empleo' de la Fundación Adecco señala que por primera vez los hogares monoparentales españoles rozan los 2 millones: 1.964.900, un 11% de los hogares españoles y un 3,6% más que el año pasado. Las cifras hablan también de una tendencia en femenino: el 81% de este tipo de hogares está encabezado por una mujer, de ahí la insistencia de las asociaciones en la utilización de un lenguaje inclusivo que haga referencia al término de familia “monomarental” en la ley que reclaman.
“No significa que excluyamos las situaciones de hombres con hijos a su cargo, pero reconocemos que las mujeres están en desventaja por ser mujeres, por tener peores empleos, con menores salarios y menores oportunidades de promoción laboral y más dificultades a la hora de conciliar”, dicen Carmen Flores.
Para tratar de revertir esta situación, proponen implementar medidas de “acción positiva”, entre ellas: la creación de servicios públicos de educación y conciliación o asegurar protección social en casos concretos como jubilaciones o permisos de maternidad, así como establecer categorías para el acceso a los diferentes recursos que no estén vinculadas al nivel de ingresos, sino al número de hijos o hijas. Y otra medida clave: acabar con la “discriminación fiscal” que supone que, “a día de hoy las familias biparentales se desgraven 3.400 euros al año frente a los 2.150 que puede desgravarse una familia monoparental”. Para reclamar una ley propia, este jueves tuvieron lugar en Madrid las Jornadas de Familias Monomarentales, organizadas por la Federación de Asociaciones de Madres Solteras.
Se trata, además, de eliminar las actuales diferencias en la regulación y recursos específicos de las diferentes comunidades autónomas. La presidenta de la asociación de Mujeres Juristas Themis, Amalia Fernández Doyague, destaca la importancia de una legislación unitaria y estatal en este aspecto. En su opinión: “Es un peligro que la regulación de temas tan específicos y que afectan a los derechos fundamentales se deje en manos de las comunidades”.
Visibilización pero no estigmatización
La mitad de las familias monoparentales vive en riesgo de exclusión social, según el VI informe el Estado de la Pobreza EAPN. Además, según Save the Children, el desempleo es el principal responsable de esta situación: el 51% de las mujeres al frente de una familia monoparental trabaja en la economía sumergida o está desempleada. Una situación que además tiende a cronificarse: el 69% es desempleada de larga duración.
Para Ana García López, fundadora de la asociación SOLAS, de Andalucía, madre de dos hijos y separada, el acceso al empleo y la desigualdad de oportunidades son precisamente una de las mayores dificultades con las que acuden las mujeres a su asociación. Como explica: “Suelen ser mujeres que han dedicado su vida al cuidado de sus hijos, han dejado de lado su promoción y formación laboral y se encuentran con muchas dificultades por falta de experiencia”.
A pesar de ello, como otras compañeras, coincide en la necesidad de que se deje de asimilar monoparentalidad a la pobreza o exclusión. En esta misma línea, María García, presidenta de la Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan, habla de la “estigmatización”, y reivindica el papel del movimiento colectivo para intentar cambiar esta imagen nada beneficiosa en su opinión.
Por su parte, Carmen Flores, asegura: “Las familias monoparentales siempre aparecemos en los planes de exclusión, relacionadas con la pobreza. Pero entendemos que si se atiende con medidas adecuadas a la monoparentalidad no tendríamos que estar en situación de pobreza porque por ser de un tipo de familia o de otro no se tiene por qué estar en una casilla de pobre”. Y continúa: “Esto no nos ayuda a sentirnos como familias con un lugar en la sociedad; un lugar digno con un reconocimiento como el que tienen otras familias”.