“Beber hasta coger el punto es divertido”: la frase de un libro de texto que indignó a una madre que ha logrado su retirada
“Sabemos que beber un poco hasta coger el punto es divertido y no es peligroso, y que hay mucha información respecto al alcohol que tiende a exagerar”. Esas palabras fueron las que molestaron a Sandra Zorita tras leerlas en el libro de Educación Física de 3º de ESO de su hija, de la editorial Teide. Para difundir su enfado, Zorita publicó la foto del fragmento que habla del alcohol en su Facebook. Desde ahí, se hizo viral, provocando a la vez la indignación de los nutricionistas. Ahora, y tras su protesta, tanto el profesor de la niña como la editorial van a rectificar esa parte del temario.
Esta madre descubrió la frase después de que su hija le contase que habían tratado el tema en clase. Que la adolescente le dijera “¿Ves, mamá? Que se puede beber un poco, como dice el libro” fue lo que motivó que ojease el material que tenía su hija. En esas páginas, se podía leer una advertencia sin ambages sobre lo que suponía consumir tabaco, cuya composición impresionó a su hija, y cannabis. Pero no ocurría lo mismo con el alcohol. Lo que, a su juicio, “normalizaba el consumo en jóvenes de 14 años”.
Sandra Zorita solo pretendía “que lo vieran mis amigos” cuando subió la foto a su Facebook. No esperaba que llegase a más gente, y por eso tomó la medida de enviar su queja a la oficina de atención al ciudadano de la Consejería de Sanidad de Castilla y León. “Lo que expuse es que, según el libro, el cannabis y el tabaco son lo peor, pero el alcohol puede ser divertido. Puesto en el contexto, es aún más grave, y esa es la idea que le podía quedar a mi hija”, dice Zorita en conversación con eldiario.es.
Las reacciones
Esta madre habló con el profesor de Educación Física de la niña, que le confirmó que el libro lo había elegido él y que en un primer contacto le dijo que avalaba lo que decía ese párrafo. Días después, el docente rectificó en clase, dejando claro a los adolescentes que “provoca adicción y que no deben beber ni un poco a su edad”, relata Zorita. “Me admitió que el texto no era acertado, pero que el resto del libro sí seguiría usándolo por sus pautas para una vida sana. Estuvo muy receptivo”, explica ella misma.
La foto del libro salió de Facebook y llegó a Twitter, donde también empezó a ser difundida. Especialmente, después de que la recogiera en su cuenta para criticar el contenido Julio Basulto, uno de los nutricionistas españoles más mediáticos. Desde ahí ya se empezaron a pedir explicaciones a la editorial Teide, responsable de este material educativo destinado a alumnos de la ESO.
Para el dietista-nutricionista Pablo Zumaquero, ese fragmento es una “irresponsabilidad enorme”. “Decir eso es, cuanto menos, incitar a un niño a que se coja una borrachera. No es cierto que haya información que exagera”, señala a eldiario.es. Zumaquero añade que el alcohol “es una droga, es adictiva, causa muertes y accidentes. Eso no se puede permitir”.
Teide también ha respondido de la manera que esta mujer deseaba. La editorial ha confirmado a eldiario.es que ya han modificado ese fragmento en la versión en PDF del libro, y que aparecerá cambiada el curso 2019/2020. En el nuevo texto, se deja claro que consumir alcohol es “una de las conductas de riesgo más común entre los adolescentes”. El responsable editorial de Teide, Federico Rahola, ha asegurado a este medio que esa frase “no debía estar”, pero que se coló en la revisión que se hace de todos sus materiales.
Hablar de alcohol con adolescentes
La reacción de la madre ha servido para rescatar el debate recurrente que existe sobre el consumo de alcohol en los adolescentes. Sandra Zorita asegura que no es partidaria de una posición negacionista. “Con esa frase, y vendiendo beber como algo divertido, se daba pie a que los niños compitieran. Pero no niego que todos consumamos alcohol, ni que haya que prohibirlo. Lo que no entiendo es que un libro de texto fomente esa normalidad”, dice. Por lo que sí aboga Zorita es por convencer a los adolescentes de que si beben lo hagan en entornos de control, no en la calle o en una discoteca.
Aunque vender alcohol a menores esté prohibido, que los adolescentes beben y que esto genera una problemática es algo que está en discusión en el Congreso. Desde el pasado año, la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas tiene encima de la mesa la ponencia “Menores sin Alcohol”. Un texto que será el germen de una futura ley que buscará evitar que, como ocurre ahora, el 58% de los jóvenes hayan consumido en los últimos 12 meses y que la edad media para empezar a beber siga disminuyendo, según datos del Ministerio de Sanidad.
Entre los motivos de los adolescentes está que les compensa hacerlo por formar parte de un grupo, como señaló en un estudio la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). Para su directora técnica, Eulalia Alemany, que “a un 42% de adolescentes les compensa beber”, un dato “altísimo”, está provocado porque “un joven de este tipo, sin un grupo, no existe”. La respuesta de la FAD ante estos datos es poner el foco en desmontar las motivaciones para beber, ya que “por su edad, no piensan tanto en el futuro, y alertar de los riesgos no suele funcionar”.
Alemany incide en que es necesaria más pedagogía para reducir el consumo cada vez más, como se logró con el tabaco: “Con los cigarrillos ayudó mucho saber que hacía daño a terceros. Pues hay que convencer de que beber puede provocar accidentes de tráfico e incluso motivar casos de violencia machista”. Pero el problema, señala esta experta, es que nadie se toma en serio que es problemático que un menor beba. “Si viésemos a un adolescente conducir un coche, todos reaccionaríamos. ¿Por qué en estos casos no?”, dice.
“No hay que criminalizar a los menores”
Esa pedagogía es compartida por el Consejo de la Juventud de España, que ha instado a no criminalizar a los jóvenes. En una resolución motivada por la Ley “Menores sin Alcohol” avisó de que la legislación no podía estar basada en “el castigo y el control” y centrada en los menores de edad, ya que es “un problema social”. “Se debe reflexionar sobre la creación de una Ley acerca del consumo de alcohol en la sociedad en general”, apuntaba el texto.
Además, recordaron que “3 de cada 4 consumidores son mayores de 25”, lo que motiva que los menores “tiendan a reproducir ese patrón”. Por eso defienden que sería un error “el excesivo control de las personas menores de 18 años sea el camino correcto para la regulación”. Lo que sí funcionaría sería, según el Consejo, “generar conciencia sobre hábitos de vida saludables” y “desnormalizar el consumo en nuestra vida”.