Mamás en acción: miles de voluntarias de toda España acompañan a niños y niñas que están solos en el hospital

Cuando la llamaron para su primera experiencia como voluntaria, Sara reconoce que se puso muy nerviosa. Tenía que acompañar a una bebé prematura que estaba sola en el hospital, debido a una situación familiar compleja. “Estaba llena de cables, me impactó mucho porque era la primera vez que veía una bebé así. A los 30 segundos de estar allí me di cuenta de que esa era la mejor decisión que podía haber tomado y que ahí es a donde quería encaminar mis siguientes pasos. Mi primer voluntariado fue la experiencia más emocionante de mi vida”, recuerda.

Sara es una de las más de 3.000 personas voluntarias que forman parte de Mamás en Acción, un proyecto solidario donde el objetivo es acompañar a niños, niñas y adolescentes que están hospitalizados y que no tienen la compañía de sus padres u otros familiares –bien porque no los tienen o bien porque no pueden estar con ellos–. Según los últimos datos del Ministerio de Derechos Sociales, en España hay más de 50.000 menores atendidos por el sistema público de protección a la infancia, una cifra que además ha ido aumentando en los últimos años. Cuando esos menores tienen problemas de salud que los llevan al hospital y sus tutores, aunque se hagan cargo de ellos, no pueden acompañarlos todo el tiempo, es donde entra el trabajo de Mamás en Acción. Su lema es “Ni un niño solo”.

Majo Jimeno es la fundadora de este proyecto. Cuenta que, en 2013, se encontró con un niño enfermo y solo en un hospital; investigando, descubrió la cifra de los más de 50.000 menores que viven sin sus familias biológicas. “Y ahí fue cuando me cambió la vida”, asegura. Compaginándolo con su trabajo y criando a sus hijos, acompañada de varias amigas, puso en marcha un proyecto solidario que no ha parado de crecer desde entonces. Hoy en día cuentan con más de 3.000 voluntarias, que han acompañado a más de mil menores sin familia hospitalizados en 35 centros de toda España –en concreto tienen gente en Valencia, Madrid, Murcia, Barcelona, Castellón, Las Palmas, Sevilla, Zaragoza, Huelva y Alicante–.

Los niños están en el hospital rodeados de personas vestidas de blanco, que les hacen pruebas y preguntas, se encuentran en un medio hostil donde no entienden bien qué van a hacerles. Necesitan un referente adulto, y ellas consiguen rápidamente que estén más tranquilos

El voluntariado consiste en acompañar a los menores durante el ingreso hospitalario. “Hacemos lo mismo que lo que hace el papá o la mamá de la habitación de al lado. Lo mismo que haríamos si fueran nuestros hijos o sobrinos: calmar, consolar, achuchar, dar biberones, cenas, comidas… charlar y escuchar para poder acompañar. A veces, también esperamos a las puertas de un quirófano y sostenemos una mano antes de entrar”, explica Majo Jimeno. Aclara que, aunque los voluntarios no deben esperar nada a cambio, al final se acaban sintiendo agradecidos: “El objetivo es acompañar y dar cariño para que otro esté mejor. Es un acto de servicio y no de servirte tú, pero aun así, siempre recibes más de lo que das”, asegura.

Así lo confirma Yolanda, otra de las voluntarias de la organización: “He tenido tantas experiencias que podría contar mil y una anécdotas; de todas te llevas un trocito en tu corazón. Los niños son tan generosos, te dan tanto cariño, que no se te olvida”, afirma. También ella recuerda su primer acompañamiento, los nervios iniciales y la buena experiencia: “Fue con un adolescente de 14 años. Yo tenía muchísimos nervios, no sabía lo que había detrás de esa puerta del hospital. Pero la verdad es que fluyó todo de tal manera que fue muy bonito y siempre me voy a acordar de ese niño, de lo cariñoso que era”, rememora Yolanda.

Beneficios para la salud

El acompañamiento mejora notablemente la situación de los menores en el hospital. Para el personal sanitario, los beneficios para la salud física y mental son “indudables”, y se notan desde el primer momento. Lo cuenta Pilar Herreros, directora de enfermería del Hospital Niño Jesús, en Madrid, que lleva colaborando con Majo y su equipo desde hace años. “Son maravillosas; son garantía de que todo salga bien”, comienza Herreros.

Y ahonda en los beneficios: “Cuando los niños están en el hospital, que es un medio desconocido para ellos, rodeados de personas vestidas de blanco, que les hacen pruebas y preguntas, se encuentran en un medio hostil donde no entienden bien qué van a hacerles. Necesitan un referente adulto, pero por la razón que sea están separados de sus padres. Ellas [las voluntarias] lo hacen tan bien, se adaptan tan pronto a las necesidades de cada niño, que consiguen rápidamente que estén más tranquilos y aportan mucha información del día a día al personal sanitario”, explica la enfermera.

La gente no sabe que en España más de 50.000 niños viven bajo el sistema de protección de la infancia, que más de 30.000 niños son maltratados en su casa, y que además miles de ellos están enfermos y solos en los hospitales

Ese es precisamente uno de los objetivos del acompañamiento: tranquilizar a los menores dándoles seguridad. “A los niños les aportamos calma, paz, consuelo y esperanza. Se sienten seguros, protegidos, y eso hace que se reduzca su miedo, su ansiedad y su angustia. Si están más tranquilos, es mucho más fácil tratarles”, asegura Majo Jimeno. Comparte este punto de vista Pilar Herrero: “De hecho, cada vez que recibimos visitas de las voluntarias, al día siguiente el personal sanitario me lo agradece, porque pueden trabajar mucho mejor”, asegura la directora de enfermería del Hospital Niño Jesús.

Para Majo Jimeno, una de las claves de que Mamás en Acción haya crecido tanto en los últimos años es que trabajan con una realidad “que toca el corazón”. “La gente no sabe que en España más de 50.000 niños viven bajo el sistema de protección de la infancia, que más de 30.000 niños son maltratados en su casa, y que además miles de ellos están enfermos y solos en los hospitales. Cuando la gente se entera, enseguida te dicen: ‘¡Cuenta conmigo!’”. La fundadora de Mamás en Acción explica las distintas formas de colaborar con ellas: “La gente se puede unir como voluntaria para que no se nos quede ningún turno sin cubrir, o bien aportar lo que se pueda para ayudarnos a sostener los gastos fijos para que nuestra labor continúe”, concluye Jimeno.