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Paliar la soledad o facilitar la convivencia de mayores LGTB: cinco proyectos de cuidados más allá de la crianza

Imagen correspondiente al proyecto Senda de Cuidados.

Felipe G. Gil

Los cuidados son esenciales para la vida. No importa la ideología, el equipo de fútbol o si te gusta o no la piña en la pizza: llegado a un punto toda persona requiere de ellos para poder hacer su vida dignamente. Esta tarea, la de velar por el bienestar físico y emocional de los demás, ha recaído tradicionalmente en las mujeres. Y suele hablarse de ella en relación a la crianza. Niñas y niños son durante varios años seres dependientes que necesitan de otros para poder vivir. Lo que ocurre es que los cuidados son necesarios toda la vida.

“Los seres humanos somos interdependientes, nacemos y durante toda nuestra vida somos vulnerables y finitos. Por eso los cuidados son necesarios durante toda la vida, aunque más especialmente en determinadas fases como la infancia o la vejez”, indica la antropóloga ecofeminista Yayo Herrero. En los últimos años se ha ido viendo florecer proyectos que tratan de llevar a la práctica la de idea de generar espacios para el cuidado de los adultos. Estos son algunos de ellos.

Proyecto Radars

Proyecto Radars es una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona para generar “una red de prevención y de acción comunitaria dirigida a detectar y prevenir situaciones de riesgo de las personas mayores, y a paliar los efectos negativos de la soledad no deseada, contando con la complicidad del entorno”.

Barcelona tiene una población de 1.610.427 personas, de las cuales el 11,5% tienen más de 75 años. De estas, un 31,3% viven solas. El proyecto busca implicar a la ciudadanía de los 35 barrios en los que se ha implantado para que sean las propias vecinas y vecinos quienes funcionen a modo de “radares”, detectando así posibles problemas de las personas mayores.

En Radars, la comunidad tiene un papel clave. La institución ejerce de facilitadora de esta red y trata de implicar también a los centros de salud así como a otros agentes del territorio que facilitan la incorporación de las personas mayores al proyecto.

Con el objetivo de paliar el sentimiento de soledad de estas personas, se crea la Plataforma de Seguimiento Telefónico, donde participan voluntarios y voluntarias del barrio que llaman de forma periódica a las personas mayores, con quienes establecen una relación de confianza que será un primer paso para promover su vinculación al territorio.

Fundación Veintiséis de Diciembre

Desde 2010 la Fundación Veintiséis de Diciembre se dedica a coordinar todas las acciones necesarias para generar atención residencial especializada a personas mayores lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB). Además, la Fundación 26D lleva a cabo otras actividades para dar mayor visibilidad y mejores derechos del colectivo de Mayores LGTB.

La Fundación 26D tiene sede en Madrid y recientemente ha conseguido generar un acuerdo de colaboración con la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS) del Ayuntamiento de Madrid, que ha cedido cuatro viviendas que gestiona la fundación. “Estamos orgullosxs de presentar los primeros pasos en nuestro proyecto de vivienda acompañada, libre, capacitadora, visible y construida por todxs. Ya tenemos en marcha nuestras unidades de convivencia, formada por personas LGTB, de carácter intergeneracional, internacional y sobre todo de las pioneras en nuestro país”.

Centro de Desenvolvemento Rural O Viso

En la comarca de A Limia, en Ourense, y bajo el lema “Escucha las piedras, descubre la Galicia que no se ve”, el CDR O Viso (entidad sin ánimo de lucro declarada de utilidad pública) pretende llevar a cabo “una estrategia de desarrollo integral dirigida a la población más vulnerable; a través de acciones globales de carácter social, educativas, informativas, económicas, de formación y empleo para que nuestra comunidad permanezca en su medio, en mejores condiciones y con una mayor calidad de vida”.

El CDR O Viso conecta con una de las ideas presentes en los proyectos y discursos vinculados a los cuidados y a la interdependencia: no hay cuidado de las personas sin cuidado del medio ambiente. Uno de los proyectos más emblemáticos del CDR O Viso es el “Centro Lodoselo”: un centro de prevención de la dependencia que da herramientas a las familias del entorno para fomentar el envejecimiento activo y que cuenta con servicios de higiene y cuidados personales, terapia ocupacional, fisioterapia y rehabilitación entre otros servicios.

Orcamaris

El colectivo La Quinta Ola de Bilbao lleva un tiempo organizando encuentros de mujeres cuyo objetivo es compartir experiencias individuales y tratar de buscarle soluciones en grupo. Hasta el momento han organizado “Café para autónomas”, “Café para madres” y “Café para gordas”. Orcamaris es otro de estos encuentros en los que las mujeres se encuentran para nadar juntas en mar abierto.

El propio colectivo lo explica en su web diciendo que “las orcas son delfínidos que se organizan socialmente en grupos matrilineales, de madres a hijas (…) Nosotras, como las orcas, nos agrupamos para nadar y hacernos fuertes. No atacamos, pero nos defenderemos si es necesario. Somos fuertes, inteligentes, versátiles, como las orcas. Ocupar el mar. Nadar para hacernos fuertes. El mar como espacio a conquistar, disfrutar, reapropiarnos de nuestros cuerpos y hacernos conscientes de nuestra fuerza”.

Senda de Cuidados

Senda de Cuidados es una entidad sin ánimo de lucro de Madrid que tiene como principales objetivos “ofrecer unos cuidados dignos a todas aquellas personas que necesiten ser cuidadas y cuyas familias o amigos necesiten de ayuda para poder llevarlos a cabo (...), construir una alternativa de trabajo digna para las personas que cuidan de los demás (...) y poner en valor algo tan necesario como los cuidados en nuestra sociedad, visibilizando su papel y apostando, frente a todos los discursos que enfatizan el individualismo, por crear vidas basadas en la dependencia y en los lazos comunes”.

Senda de Cuidados establece cuatro líneas de trabajo en las que ofrece cuidados personales, atención de necesidades del hogar, coordinación y asesoramiento, y, por último, cuidados específicos. El proyecto incide en una de las cuestiones esenciales y que ha sido denunciada en numerosas ocasiones por colectivos sociales y es la falta de condiciones laborales dignas para las personas que se dedican al cuidado de otras.

Tal y como indica la socióloga María Ángeles Durán, esto ha provocado el surgimiento del cuidatoriado: “Lo que hacemos es entonces forzar a un sector de la población a que haga todo aquello que el mercado no compra, el estado no protege y esas personas son el cuidatoriado: el 90% son mujeres, no tienen Seguridad Social, la pobreza a futuro está garantizada, la dependencia y la marginalidad, también”.

Todos estos proyectos ponen en evidencia la forma en que se gestionan nuestras vidas en nuestras sociedades y como el mercado laboral y la economía se han dirigido a lugares que dificultan el cuidado de las personas. De ahí la importancia de este tipo de proyectos porque, ya sean iniciativas públicas o privadas, son un bien común.

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