Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.
La penecracia vasca
El lehendakari es hombre. Los que ostentan las alcaldías de las capitales del País Vasco son hombres. Los mandatarios principales de las tres diputaciones vascas también son hombres. En 40 años de democracia ninguna mujer ha sido alcaldesa de Vitoria, Bilbao o San Sebastián. En 40 años de democracia ninguna mujer ha sido diputada general de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. En Ajuria Enea siempre ha mandado un hombre en democracia.
Un artículo de El Correo lo recordaba este jueves. Vivimos en la penecracia vasca.
Y lo más probable es que tengamos penecracia para rato. Salvo en Vitoria, donde las encuestas auguran que las candidatas mujeres de PP y EH Bildu tienen posibilidades de alcanzar la alcaldía, en el resto de las principales instituciones vascas sobre las que se votará el próximo 26 de mayo van a seguir gobernando hombres. El PNV lleva una ventaja clara en las encuestas y el PNV sólo ha presentado hombres como cabezas de lista a las capitales y diputaciones vascas.
Y no será porque en el PNV no hay mujeres preparadas para dirigir una de estas grandes instituciones. No será porque en el partido con más experiencia en gestionar la administración no hay mujeres con solvencia para liderar los gobiernos más importantes de Euskadi. ¿Entonces por qué es? Con motivo de este 8M, los hombres del PNV han hecho los consabidos llamamientos a la igualdad, pero a la hora de decidir quién gobierna en los seis principales ejecutivos vascos que se votarán en mayo, los hombres del PNV no ceden ni un milímetro: el poder se puede compartir con las mujeres pero la última palabra la tienen ellos, los hombres.
Para las mujeres quedan otras responsabilidades: presidencias del Parlamento vasco o de los legislativos territoriales, alcaldías (pero no de capitales), consejerías y departamentos municipales. Eso sí, que quede bien claro, el bastón de mando es para los hombres. Este reparto de las tareas en la política vasca ha provocado esperpentos como que, con motivo de la celebración de la Copa de la Reina de baloncesto femenino en Vitoria, algún hombre que lidera instituciones quisiera protagonizar la foto de la presentación del evento apartando a las políticas mujeres que habían trabajado durante meses para que la competición se pudiera celebrar en la ciudad. Obviamente el gesto fue afeado y al final se suspendió aquel despropósito.
Este 8M, el PNV ha dado libertad a las mujeres políticas del partido para que hagan huelga. El año pasado no fue así. Las decisiones -la del año pasado y la de este 8-M- las ha tomado el Euzkadi Buru Batzar, el máximo órgano de gobierno del PNV donde -otra vez- el presidente es hombre y la mayoría de sus miembros son hombres.
Un estudio realizado por el Gobierno vasco sobre los procesos electorales entre 2001 y 2016 concluyó que las leyes vasca y española sobre igualdad habían logrado avances en la conformación de listas electorales paritarias pero esos avances -matizados también en muchos casos- no habían llegado a las más altas instancias del poder. “Ninguna de las dos normas ha mostrado ser eficaz para acabar con el techo de cristal que hace que en la Comunidad Autónoma del País Vasco no haya habido una mujer lehendakari. (...) Lo mismo podemos decir de los órganos de gobierno de los territorios históricos. Nunca ha habido una diputada general”.
“Llama la atención el bajo porcentaje de alcaldesas que está muy lejos de suponer una presencia equilibrada”, señalaba el estudio. E iba más allá este informe del Gobierno vasco: “Sorprende que a día de hoy se siga alimentando el argumento del imaginario patriarcal según el cual las mujeres no están en las cúpulas de las grandes estructuras, tampoco de las de representación política, porque ellas se desenvuelven mejor en las pequeñas, en las más cercanas a las personas”.
A todos los partidos les queda camino por recorrer, pero de cara a las próximas elecciones a las capitales vascas y las diputaciones, las cosas están de la siguiente manera: de los seis cabezas de lista, en Podemos cinco son mujeres, en EH Bildu cuatro son mujeres; en el PSE tres son mujeres y en el PP también hay tres mujeres candidatas.
En el PNV, cero de seis. Ninguna mujer.
Sobre este blog
Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.