Agronautas en busca de nuevas realidades urbanas
Como los argonautas que acompañaron a Jasón en la búsqueda del vellocino de oro, así partieron hace dos años largos Maé Durant y Elisa de los Reyes García, responsables de Pezestudio de Arquitectura, en busca de cómo aportar su grano a la construcción de otra sociedad, de “cómo reformular las relaciones de las personas con el medio natural”, en sus palabras. El resultado, agronautas.org, un complejo de iniciativas que nacieron con un documental y que se desarrollan en forma de ingeniosos artefactos de cocina, los agrodomésticos, nuevas realidades urbanas, como la agroestación, talleres y, ya en marcha, la fabricación de estos prototipos para que la gente los monte en su casa: lo que podríamos llamar un 'do it yourself' agronáutico.
'Agronautas', el documental, recoge en una hora, en forma de mosaico, decenas de experiencias que proponen otra relación con el medio natural, desde la cooperativa integral catalana de Calafou hasta el movimiento por el decrecimiento en Euskadi, Desazkundea, pasando por arquitectos como Pascual Perea, ecologistas como Joaquín Araujo, activistas o representantes de recuperación de solares urbanos para el cultivo como 'Esta es una plaza'. “Era un trabajo infinito porque las experiencias lo son, y muy enriquecedoras, aunque quizás lo que más nos atraía desde nuestro ámibito de la arquitectura y el diseño, son los huertos urbanos”, recuerda Elisa de los Reyes.
La película, dirigida por Juan Dopico Massobrio, ya ha participado en distintos festivales y se encuentra a la espera de poder difundirse libremente por Internet, ya que, como los diseños de ade Elisa y Mae, está realizado bajo licencia creative commons. 'Agronautas' avanza algunas de las líneas que se plasman luego en los agrodomésticos. Se habla de autogestión, de aprovechamiento racional y respetuoso de los recursos naturales, de un diseño económico y con materiales no contaminantes...
Y algo de todo ello se desprende de los diseños de Elisa y Mae. Pero lo mejor es ver el vídeo de presentación, donde se cocina un formidable pisto para tres amigas, gracias al 'horno solar parásito', un artefacto diseñado para colocarse en cualquier ventana orientada a sur o sureste, que permite cocinar al captar energía solar y acumularla en su interior. Las verduras se encontraban en el 'refrigerador botijo', “un receptáculo a baja temperatura con un sistema de agua que se enfría por los fenómenos de evaporación y radiación nocturna”, explican. Lo próximo, el desarrollo de una aplicación que indique a partir del tiempo atmosférico y la estación del año, cuál es el alimento idóneo para cocinar con el menor coste.
A partir de estos dos agrodomésticos, las arquitectas de Pezestudio fueron trabajando en otra línea agronauta, un módulo para ser transportado en bici, que ellas han definidido como 'cicloremolque', con dos usos. Por un lado, la 'agrococina', un módulo que permite cocinar para entre 6 u 8 personas con mínimos recursos energéticos y materiales y en cualquier espacio público. El módulo de agua utiliza los recursos existentes en la ciudad (fuentes, sumideros) y dispone de un filtro de grasas que permite la reutilización del agua para riego. La cocina utiliza, como única energía, la del sol. Por otro, el módulo de encuentro para el intercambio de semillas que también puede servir como comedor para quienes disfrutan de la 'agrocina'. Incluye una mesa desmontable, bancos y banquetas. Y en la parte superior del remolque dispone de almacenamiento para el transporte de macetas, semillas etc..
En la actualidad, Maé Durant y Elisa de los Reyes García trabajan para que esos prototipos que suponen su vellocino de oro, se hagan realidad, desde un diseño funcional, asequible y se conviertan “en situaciones y prácticas posibles y verídicas, formuladas en términos de sostenibilidad y procomún”, en propias palabras.