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Charla universitaria sobre el derecho a la vida impartida entre gritos de “asesino” por un expreso de ETA no arrepentido

López de Abetxuko, en el centro, devolviendo las aplausos de los asistentes a su charla en la UPV-EHU

Iker Rioja Andueza

El derecho a la vida está recogido en el artículo 3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Este carta fue promulgada un 10 de diciembre de 1948. Este martes ha cumplido 71 años. En Euskadi, hay personas a las que se les ha “impedido vivir”. Ha habido personas a las que no se les ha garantizado una “calidad de vida digna”. O, simplemente, las ha habido “obligadas a una muerte segura”. Quien ha pronunciado esos entrecomillados este martes, día de los Derechos Humanos, ha sido José Ramón López de Abetxuko. Es un exmiembro de ETA no arrepentido y no se refería a sus víctimas. Se refería a su propio sufrimiento en la cárcel y al de otros presos. Lo ha solemnizado en una conferencia en el campus de Álava de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), un centro público. La sala estaba abarrotada. La charla ha terminado entre aplausos.

López de Abetxuko, desde 2018, es un hombre libre tras cumplir con el Estado de Derecho. También entonces, al salir de la cárcel, tuvo un 'ongi etorri' en las calles de Vitoria. En su historial consta el haber asesinado en nombre de ETA a Jesús Velasco, jefe de la Policía foral de Álava (el cuerpo de Miñones), y a Eugenio Lázaro, inspector jefe de la Policía local de Vitoria. Ambos crímenes se produjeron en la capital vasca en 1980 y en calles contiguas. Familiares de ambos han acudido este martes a la puerta del aulario universitario para protestar. Han gritado “asesino”. Casilda Chico ha dicho también que las instituciones no han hecho “nada para impedir que este terrorista tenga voz en la Universidad”. Ella es la nieta de Velasco.

La conferencia estaba organizada por Sare, una organización en defensa de los derechos de los presos de ETA. Las siglas de la extinta banda terrorista no han estado presentes en ningún momento en la charla. Sobraba también un pequeño folio de color amarillo que, en la puerta del salón donde se iba a desarrollar el acto, recordaba que en el campus fueron asesinados un político socialista, Fernando Buesa, y su escolta, Jorge Díez Elorza. Se ha hablado de “presos políticos”, de “presos vascos” o, en genérico, del “colectivo de presos”.

El motivo del acto era exponer la situación de los reclusos de ETA gravemente enfermos. Las instituciones ya han hecho pronunciamientos favorables para que se les aplique la ley y vean atenuada su condena si se cumplen los requisitos. Es un grupo de 21 personas, según el acompañante del expreso, el letrado Txema Matanzas, que augura que la lista se ampliará próximamente. López de Abetxuko cumplió íntegra su condena a pesar de sus dolencias cardíacas, se ha quejado. “Angustia” y “miedo” sintió en la celda. “Ese miedo con el que vives continuamente”. Nuevamente no se refería a las víctimas, sino a sí mismo. En Euskadi 3.300 personas precisaron uno, dos o más  guardaespaldas para sobrevivir a la amenaza de ETA. “Hay que salvar en algún momento la vida”, ha seguido el ponente.

El acto había sido objeto de polémica. El Gobierno central y vasco consideraban poco ético algo semejante. Covite y el PP pedían algo más, que la Universidad pública lo prohibiera. Finalmente se ha impuesto la libertad de expresión, el artículo 19 de la Declaración Universal. Pero no en todo momento. Sare ha impedido hacer preguntas a los periodistas cuando dos portavoces han lamentado el “boicot” a su jornada. Han amagado también con no permitir el acceso a la sala porque el aforo estaba completo. Finalmente, aunque las estrecheces eran evidentes, no ha sido así. Las cerca de 80 butacas estaban llenas. Había gente de pie al fondo y los pasillos estaban repletos de personas sentadas en el suelo. Muchos de los oyentes eran jóvenes, muy jóvenes. Otros eran periodistas. Incluso había algún policía de paisano.

El salón no era muy grande y estaba en la segunda planta del aulario de Las Nieves. Abajo, en la entrada del edificio, con los familiares de las víctimas, dirigentes del PP y miembros de la asociación Esteban de Garibay se han manifestado en contra. La Ertzaintza ha desplegado varias dotaciones en el campus ante posibles incidentes que no han tenido lugar. Los gritos de los manifestantes no se escuchaban arriba. Eran unas pocas decenas de personas. El exdelegado del Gobierno y presidente de Esteban de Garibay, Carlos Urquijo, se ha quejado de que Vitoria no estuviera en la calle para parar la charla. “La ciudad entera debiera haber estado colapsada reclamando su suspensión”. El líder del PP vasco, Alfonso Alonso, ha sido más escueto: “Es como traer a un violador a celebrar el Día de la Mujer”. 

López de Abetxuko y Matanzas han pedido la liberación, al menos, de los presos de ETA enfermos. Han criticado la política penitenciaria. Han usado los términos “Estado español” y “Estado francés”. Han acompañado su ponencia con un vídeo. En él se decía que “en tercer grado no hay ni un solo preso”. No es correcto ese dato. Exmiembros de ETA han pasado a semilibertad, pero ellos no son considerados presos vascos al haberse acogido a la 'vía Nanclares'. Es un proceso de reinserción que implicaba desvincularse de la violencia. Sare ha enfatizado que el EPPK -el colectivo oficial de presos de ETA- también ha tenido gestos de “reconocimiento del daño causado”. 

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