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Se repite el patrón en Cirugía Torácica: los opositores con notas brillantes son los colegas del autor del examen

La directora general de Osakidetza, María Jesús Múgica.

Iker Rioja Andueza

Los indicios de irregularidades se extienden a nuevas categorías médicas de la OPE de Osakidetza (las oposiciones al Servicio Vasco de Salud). En el caso del examen teórico de Cirugía Torácica, la puntuación media de los dos candidatos del Hospital Donostia (95 puntos sobre 100) es muy superior a la del resto de aspirantes a una de las tres plazas (65 sobre 100). Se da la circunstancia de que esa prueba fue elaborada por el jefe de servicio de ese centro, el doctor José Miguel Izquierdo.

En las oposiciones de 2018 se había introducido como novedad que la prueba teórica, que además tiene un valor del 65% por un 35% de la práctica, la iba a elaborar un organismo externo a Osakidetza, el Instituto Vasco de Administración Pública (IVAP). Pero el IVAP no dispone de expertos en medicina y recurrió a la “estrecha colaboración” con el Servicio Vasco de Salud para preparar también las preguntas de la prueba teórica. En el caso de Cirugía Torácica, el elegido fue el responsable del servicio del Donostia que, además, fue miembro del tribunal evaluador de la especialidad. Este patrón se repite en el 80% de los casos y realmente apenas una decena de ejercicios quedaron verdaderamente en manos de un agente externo.

La directora de este organismo ajeno al Departamento de Salud, Maite Iruretagoyena, detalló en el Parlamento la pasada semana que existe todo un protocolo para garantizar la “trazabilidad” de los exámenes, que no se entregan al tribunal hasta apenas dos horas antes de la celebración de la prueba. Iruretagoyena aludió a salas de seguridad cerradas con llave, contraseñas informáticas e incluso a vigilantes privados para custodiar las cajas precintadas con los ejercicios. Sin embargo, a preguntas de la oposición, indicó que ese control se realiza una vez recibido el examen confeccionado por los asesores, no durante su fase de elaboración. Señaló que se habilitó una plataforma informática para que éstos entregaran las preguntas. Sin embargo, varios de ellos ni hicieron uso de ella y enviaron el material bien por 'email' o bien físicamente en una memoria USB.

En su informe estadístico sobre la OPE, el Sindicato Médico de Euskadi (SME) alude a “indicios marcados de filtración” en esta especialidad. Extiende también la sospecha a la segunda parte de la prueba, la práctica, en la que destaca que “hay una coincidencia exacta” con las notas excelentes y casi perfectas de la primera. Sin embargo, el análisis encargado por Osakidetza al experto de la Universidad de Oviedo José Muñiz no detecta anomalías estadísticas a pesar de que la forma de las gráficas de Cirugía Torácica es muy similar a la de otras especialidades en las que sí remarca esos patrones extraños.

Eso sí, este trabajo sí apunta a una diferencia de notas entre los candidatos del Donostia y el resto y eso que su dato es más matizado porque incluye como aspirante del centro de San Sebastián una opositora que ya no trabaja allí y que ha suspendido. Los dos únicos candidatos del Donostia, por lo tanto, tienen más de 90 puntos sobre 100 en un ejercicio teórico “muy díficil”, según las fuentes consultadas. Ningún colega del autor del examen se ha quedado sin plaza. En su momento, el consejero de Salud, Jon Darpón, aludió a que no se podía descartar que estos resultados estuviesen justificados por la brillantez de los aprobados ya que no hay pruebas fehacientes de filtraciones.

Eso sí, estas mismas circunstancias se repiten exactamente en otra categoría: Neurocirugía. En ese caso, el autor de la parte teórica es el jefe de servicio de Basurto y todos sus colegas que se presentaron a la OPE aprobaron y con notas casi perfectas. Nuevamente fue una prueba de dificultad elevada y la media de los opositores de Basurto superó los 90 puntos por menos de 50 del resto. También en Angiología y Cirugía Vascular la autora de la parte teórica y miembro del tribunal es responsable del hospital, de nuevo Basurto, en el que se acumulan las notas brillantes. Otro vocal de ese tribunal, el doctor José María Egaña, hizo constar esa anomalía en un escrito que, junto a la denuncia de tres anestesistas, hizo estallar esta polémica.

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