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Condenado a 11 años de cárcel por abusos sexuales el profesor del colegio del Opus Dei Gaztelueta

El profesor José María Martínez Sanz

Iker Rioja Andueza

El profesor del colegio masculino Gaztelueta de Leioa y numerario del Opus Dei José María Martínez Sanz ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Bizkaia a once años de cárcel por un delito “continuado” de abusos sexuales a un antiguo alumno cuando éste cursaba los dos primeros cursos de la ESO. La sentencia prevé también una “prohibición de acercarse” a la víctima durante 15 años.

El fallo, muy largo, de 70 páginas, puede ser recurrido ante el Tribunal Supremo. Hay un plazo de cinco días hábiles. Con todo, la familia ha mostrado su “enorme satisfacción” por ver resarcidos tantos años de denuncias que cayeron en saco roto. Todavía en el juicio el colegio rechazó que hubiera pruebas e incluso puso en marcha una página 'web' en la que se cuestionaba la denuncia del joven, ahora ya mayor de edad. A través de un comunicado en el se olvidan de la víctima y de su familia, el colegio ha insistido en que “varias instancias” habían “desestimado” las acusaciones y que la resolución no es “definitiva”.

Los hechos se produjeron en los cursos escolares 2008/2009 y 2009/2010, cuando el alumno tenía entre 11 y 13 años. Martínez Sanz era el tutor del adolescente y, según el relato de la víctima, lo sacaba a preceptuar con más frecuencia que al resto y, en esas sesiones en su despacho, le realizaban en un inicio tocamientos que fueron a más hasta acabar en prácticas más graves.

Fue en diciembre de 2012 cuando el caso saltó a los medios de comunicación. El colegio replicó con un comunicado: “Nos duele especialmente el trato hacia el antiguo profesor, ya que el relato publicado está construido a través de una versión unilateral de los hechos. Él no ha realizado ninguna declaración a los medios. No tenemos ninguna prueba que acredite y avale las acusaciones que se hacen contra el profesor. Al contrario, tenemos el testimonio de profesores y alumnos que contradicen los supuestos hechos publicados”.

El asunto fue investigado y archivado en la propia justicia eclesiástica. Finalmente, al cumplir la mayoría de edad, la víctima decidió presentar en nombre propio una querella contra su profesor. Esa investigación desembocó en el juicio que se celebró el pasado mes de octubre y en que el docente negó los hechos y denunció haber sido perseguido. Parte de su estrategia de defensa fue acusar a su madre de haberle inducido el relato y a su padre de exhibirle fotografías eróticas de un 'blog' personal de cine.

La Fiscalía reclamaba tres años de prisión y, durante el juicio, no sólo se mantuvo en segundo plano sino que cuestionó que las acusaciones más graves de la víctima, que incluían la penetración, fuesen ciertas, lo que le llevó a plantear al final del proceso una pena “alternativa” todavía más baja, de 20 meses. Por el contrario, todos los expertos médicos que le trataron le daban plena credibilidad a su relato y destacaron que sí al inicio no contó todo fue por miedo y porque es habitual que en estos casos la realidad se vaya haciendo paso poco a poco. Fue la letrada de su familia, Leticia de la Hoz, la que mantuvo la acusación más alta hasta el final, exigiendo hasta 14 años de cárcel.

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